La necesidad de cuidar el agua
Durante febrero y parte de marzo se mantuvo el racionamiento de agua en la localidad de Rere, en Yumbel, debido al déficit hídrico, y sólo se pudo usar el consumo humano. Esta fue la primera localidad de la Región del Biobío donde se tomó esta drástica determinación. Tras la decisión, la comunidad recibió el apoyo del municipio y el Gobierno que comprometieron la distribución de agua en camión aljibe y buscar una posibilidad de realizar un nuevo pozo de captación.
El déficit hídrico por el que cruza el país mantiene las alertas encendidas sobre un probable escenario de racionamiento en el Gran Santiago, donde se concentra la mayor parte de la población, un panorama que el Presidente de la República, Gabriel Boric, dijo no descartar, ya que la ciudadanía al parecer no ha entendido la necesidad de cuidar el agua, por lo que es posible ver que en algunas comunas se gasta en forma excesiva el recurso en el riego de jardines, o en las viviendas, en el lavado de vehículos. El déficit hídrico es un fenómeno que llegó para quedarse, por lo que en varias ciudades del país se analizan medidas especiales para racionalizar el consumo y, de ser necesario, para restringir el suministro.
Los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población, el crecimiento y tiene impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en cuestiones que tienen que ver con la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y el medio ambiente.
Sin embargo, Chile enfrenta al menos trece años consecutivos de sequía. Y el presente verano ha sido más caluroso y seco de lo normal. En los últimos años, Chile perdió en promedio, el 20% del agua de sus embalses y, paralelamente, la menor existencia de lluvias y nevazones invernales hicieron difícil recuperar el nivel del recurso acumulado. Esta sequía histórica, a la que se suma el impacto de los incendios forestales del verano, genera también complicaciones para enfrentar el riego en el agro. La falta pastos de los últimos años ha golpeado la actividad ganadera y también hay una considerable baja de la población de abejas, lo que afecta la producción apícola.
El cambio climático es una realidad, y está la creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades. Por otra parte, la contaminación de ríos, lagunas y lagos es cada vez mayor, lo que acelera la crisis. Y mientras la zona centro sur enfrenta el déficit de lluvias, en el norte de Chile, la desertificación avanza sin cesar.
Los organismos de Gobierno han destinado presupuestos para ir en ayuda de los agricultores más necesitados, a la vez que se han desarrollado iniciativas para optimizar el uso del agua en los sectores rurales. Como parte de los esfuerzos para enfrentar la compleja crisis hídrica por la que atraviesa el país se están ejecutando proyectos seleccionados del Fondo de Investigación Estratégica en Sequía, convocatoria extraordinaria de seis mil millones de pesos, para promover el desarrollo de soluciones de I+D frente a esta emergencia, en áreas como las ciencias agrícolas, ingeniería, microbiología, oceanografía y geografía, para contribuir con nuevo conocimiento y soluciones tecnológicas a los desafíos de la sequía y sus consecuencias.
Los suelos cultivables se afectan a causa de la falta de precipitaciones y de las sequías prolongadas en el tiempo, que no solo repercute en los cultivos y en la ganadería, sino también en las condiciones de vida de las personas que habitan estos lugares. Asimismo, ha habido en los últimos años un cambio en el régimen de lluvias, porque cuando caen precipitaciones fuertes, se concentran en muy poco tiempo, por lo que el agua escurre superficialmente y no se infiltra para recargar los acuíferos y mantener las reservas necesarias para el resto del año. Por ello, es necesario cuidar el agua.
En febrero y parte de marzo se mantuvo el racionamiento de agua en Rere, y sólo se pudo usar para el consumo humano. Fue la primera localidad de la Región del Biobío donde se tomó esta determinación.