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Inflación acumula alza de 1,5% en dos primeros meses de 2022

El IPC de febrero llega a 0,3% y Gobierno ajusta el Mepco

La cifra fue la mitad de lo proyectado. La presión sobre el precio del crudo por la guerra en Ucrania llevó a tomar la medida para evitar un alza brusca.
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Por Redacción

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero de 2022 anotó un aumento de 0,3%, la mitad de lo que esperaban los expertos. Según detalló el Instituto Nacional de Estadísticas, la inflación acumula un alza de 1,5% en los dos primeros meses de 2022 y de 7,8% en un año.

El indicador estuvo influido por las alzas de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas (1,8%) y vivienda y servicios básicos (0,9%). En detalle, el aumento más importante fue en el pan, con 3,2%, seguido por la carne de vacuno, con 2,8%.

Pese a la positiva cifra, el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, pidió moderar el optimismo y subrayó que el problema inflacionario en el país persiste y que la preocupación por controlarlo debe continuar.

"Efectivamente el IPC fue menor a lo esperado. Eso es una buena noticia", dijo Cerda en el comentario de lo que será su último IPC como titular de Hacienda.

Sin embargo, aseguró que si en el dato no se consideraran precios más volátiles, "la inercia inflacionaria se mantiene todavía. Eso significa que parte de lo que ocurrió con este IPC tiene que ver con que se revirtieron algunos precios volátiles que habían ocurrido el mes pasado, por lo tanto, todavía mantenemos cierta presión inflacionaria, todavía mantenemos una inflación sobre 7% medida a 12 meses".

Por eso, continuó, "todavía es muy importante seguir quitándole presión a los aumentos de precios. El problema inflacionario se sigue manteniendo y tenemos que seguir preocupados de este fenómeno, cumpliendo la reducción de gasto en el sector público y el Banco Central realizando lo que competa en materia de Tasa de Política Monetaria (TPM)".

"MENOR PRESIÓN"

El ministro de Economía, Lucas Palacios, también calificó la cifra como "positiva y esperanzadora" y afirmó que "es una buena noticia para los hogares porque significa una moderación del incremento de la UF y una menor presión sobre las tasas de interés".

"Pese al buen dato del IPC de febrero, la inflación interanual sigue siendo elevada (7,8%), lo que está muy por sobre la meta del Banco Central", dijo Palacios.

"Es necesario mantener los esfuerzos por retirar el impulso fiscal y monetario, en línea con lo contemplado en el Presupuesto 2022, y con lo que ha estado haciendo el Banco Central desde el segundo semestre del año pasado. Se debe perseverar en esta estrategia", sentenció.

CAMBIOS EN PARÁMETROS DEL MEPCO

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El ministro Cerda recalcó la importancia de monitorear el conflicto en Ucrania, lo que está presionando con fuerza los precios internacionales del petróleo y trigo. Ayer el Gobierno anunció una modificación en los parámetros del Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) para evitar que mañana se produzca una brusca alza de las bencinas, que debía alcanzar los $25 por litro, y el diésel, que pudo subir $50 por litro. Ambos solo tendrán un aumento de precio de $6,7 por litro. Además se pronostican alzas por las próximas 30 semanas.

Comisión de la Convención aprobó que futuros gabinetes sean paritarios

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Durante la jornada de ayer, en la que se conmemoró en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, la Comisión de Sistema de Gobierno de la Convención Constitucional aprobó en particular una iniciativa en la que se exige que los gabinetes de los futuros gobiernos sean paritarios, algo que hasta ahora depende del Presidente en ejercicio.

Además, se agregó otro inciso en el que se establece que en los futuros equipos del poder Ejecutivo "al menos un ministro o ministra deberá pertenecer a un pueblo o nación originario".

Entre las últimas propuestas aprobadas para pasar al pleno se incluye una que permitirá la reelección de la dupla de Presidente y Vicepresidente, después de un periodo presidencial que se mantendrá en cuatro años.

Ellos podrán ser reelectos de manera conjunta o separada, de forma inmediata o posterior, y una sola vez.

De igual forma, "no pueden existir relaciones de parentesco hasta el tercer grado de afinidad o el cuarto grado de consanguinidad", estableció la comisión.

También se visó una modificación a los requisitos para ser candidato o candidata presidencial, rebajando de 35 a 30 años la edad mínima para postular, ambos aspectos que se presentarán al Pleno posiblemente la próxima semana.

Asimismo, se aprobó también en particular la posibilidad de que el Presidente o Presidenta de la República presente su renuncia y ésta sea debidamente aceptada por el Congreso Plurinacional.

Y otra propuesta, surgida de las iniciativas populares, que sigue adelante con su trámite es una que se denomina "Cárcel para Piñera", pero que en su redacción no nombra al actual Presidente de la República, sino que apunta a que se establezcan en la Constitución garantías de no repetición de violaciones a los Derechos Humanos. Por ello para ser votada en el pleno la redacción deberá eliminar su actual denominación pues no alude al contenido. -

Opinión

La ceremonia del adiós

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Hay pocos casos en la historia política reciente de un adiós como el del presidente Piñera. Después de haber alcanzado la presidencia de Chile por dos veces -algo inédito en la historia política del siglo XX- se aleja rodeado de un inédito rechazo que proviene, incluso, del sector que lideró por tanto tiempo.

Por supuesto el suyo no es -como se ha dicho por estos días, olvidando la dictadura- el peor gobierno de la historia; pero así y todo se le trata como si lo fuera.

¿A qué puede deberse esto?

En los textos de ciencias sociales, a la hora de explicar algún fenómeno colectivo suelen competir dos puntos de vista: uno acentúa el factor individual, otro prefiere poner el acento en las pautas de conducta recibidas; uno de ellos acentúa la personalidad, el otro, factores impersonales.

Es la vieja querella entre agencia y estructura.

En el caso de lo que pudiera llamarse el fenómeno Piñera -la increíble ojeriza y malquerencia de la que se ha hecho víctima- es probable que ambos tipos de factores concurran.

Piñera asumió el poder alimentando las dos expectativas que son propias de una sociedad que se moderniza: la expansión creciente del consumo y la movilidad social. Ese fue el fondo del lema "vendrán tiempos mejores" y de la agenda de clase media con la que arribó al control del Estado. Esas expectativas cuando se hacen plausibles o cuando se satisfacen, logran restañar la herida de la desigualdad. Si, en cambio, ello no ocurre, desatan una inmensa frustración. Pero Piñera creyó que el apoyo electoral que había recibido era una adhesión ideológica a la derecha. Malentendió su triunfo. Y de esa forma, al olvidar que la gente lo había apoyado confiando en que esas expectativas se satisfarían, los defraudó. Y esa frustración se transfirió hacia él, convirtiéndolo en un pararrayos del malestar. Este fue un factor predominantemente estructural.

Pero a ese factor se suma una cuestión individual o de agencia, relativa a la personalidad del presidente Piñera.

Por alguna razón que debe estar oculta, incluso para él, entre los intersticios de su infancia, el presidente Piñera mostró siempre un excesivo deseo de reconocimiento, de protagonismo, de aparecer en el centro de la escena. Pero en una personalidad tan poco empática como la suya -una personalidad que se revela en el hecho que no mira a su interlocutor, sino a través de él- esa pulsión por el reconocimiento nunca es totalmente satisfecha. Ni el público encuentra razones para reconocerlo, ni él juzga suficiente ningún aplauso. El suyo es un deseo destinado a no ser colmado. Entonces cada aparición, cada gracia, cada chiste, genera otra aparición, otra gracia, otro chiste en una especie de compulsión sin fin. Este rasgo de su personalidad -necesitar de una audiencia que lo reconozca- arremolina en torno suyo todas las emociones, y siendo así no es raro que él haya padecido lo que pudiera llamarse una permanente transferencia. Así como el paciente personaliza en el terapeuta la emoción inconsciente que experimenta, así también la ciudadanía hace recaer en quien tiene el poder toda la frustración que padece. Piñera ha experimentado lo que pudiera llamarse una gigantesca transferencia negativa.

¿Cambiará la situación con el transcurso del tiempo?

Por supuesto que sí. El fenómeno que él ha padecido es el fruto, como se acaba de ver, de factores combinados. Uno de ellos -su propia personalidad- no cambiará; pero el otro -la estructura que dio origen al fenómeno- se modificará, para bien o para mal, poco a poco. Piñera seguirá envejeciendo y los rasgos de su personalidad se acentuarán; pero las expectativas sociales cambiarán y el lugar de la transferencia lo ocupará otro personaje.

Y entonces Piñera, por fin, tendrá la oportunidad de que se le describa no con mayor favor, sino al menos con ecuanimidad, o si se prefiere, con reflexión y sin ira.

Por Carlos Peña