Personas en situación de calle en la región
Durante la pandemia de coronavirus ha aumentado la cantidad de personas que viven y duermen en la calle, a la entrada de las galerías, bajo marquesinas, debajo de los puentes o pasos sobre nivel, en los quioscos de las plazas o en el acceso a la Catedral.
Mendigos, desplazados o personas en situación de calle sobreviven de la caridad ciudadana, de la ayuda que les llevan los voluntarios de instituciones formales u otras que han surgido por motivación de jóvenes que se conduelen con el dolor y la tragedia ajena. En diversos sectores del centro levantan sus carpas, instalan colchones, cartones y trasladan en carros de supermercados sus frazadas y otros enseres. Otros se instalan en sitios eriazos o en paraderos de micros.
De acuerdo con el Hogar de Cristo, en la Región del Biobío hay alrededor de 1.400 personas en situación de calle, de las cuales la mitad corresponde a Concepción. Al igual que en otros puntos del país, el número se ha visto incrementado por la pandemia, mientras que poblaciones que anteriormente no estaban en esta condición, hoy están apareciendo, como es el caso de inmigrantes que, de alguna manera han ido emergiendo. Por otro lado, están quienes tradicionalmente han hecho de las calles su hogar.
Nuestros lectores dan a conocer por medio de cartas o fotografías de denuncia, el drama de estas personas, que muchas veces fueron abandonadas por sus familias o porque el vicio de la droga o el alcohol los llevó a vagar. Esto es preocupante en estos meses en que se realizan los esfuerzos porque la población adopte medidas de precaución con el fin de evitar los contagios con el covid-19. La pregunta que formulan los lectores es si no hay hogares colectivos donde puedan acogerlos para darles el techo y la comida que requieren. Sin embargo, el problema no es tan sencillo de resolver, porque muchas de esas personas se rehusan a ir a los centros de acogida.
El invierno pasado, la Seremi de Desarrollo Social mantenía dieciséis albergues y hospedajes para estas personas, pero durante el presente verano sólo hay dos albergues permanentes, además de los hospedajes tradicionales, como el del Hogar de Cristo. Las personas en situación de calle deben tener un proceso de intervención social que les permita escalar hacia la salida de la pobreza. En los albergues se les recibe sin tratamiento psicosocial, pero al alojar en un hospedaje deben contar con algunos requisitos, como dejar las drogas o el alcohol y mantener hábitos de higiene. La Municipalidad de Concepción no tiene programas especiales sino que cuando se registran situaciones críticas se gestiona para que las personas puedan acceder a los Programa Calle del Ministerio de Desarrollo Social.
Las personas en situación de calle se distribuyen por toda la ciudad, pero tienen la característica de ser itinerantes y van recorriendo diversas comunas apelando a la caridad. Buscan colchones, carpas, mantas y ropa. Como carecen de hogar, tampoco tienen arraigo con una ciudad. La falta de reglas en la vida de estas personas es el principal problema al que se enfrentan quienes tratan de ayudarlas, y si bien vivir en la calle es complicado, la situación se agrava por la adicción a las drogas o al alcohol que tienen algunos. Uno de los requisitos que tienen los programas de ayuda del gobierno es que deben dejar el consumo de esas sustancias.
Quienes están en situación de calle viven un drama porque muchas veces fueron abandonados por sus familias o porque el vicio de la droga y/o el alcohol los llevó a vagar, lo que resulta especialmente preocupante en estos meses en que se realizan los esfuerzos con el fin de que la población adopte medidas especiales y estrictas de precaución con el fin de evitar los contagios con el covid-19. Sin embargo, el problema de las personas en situación de calle no es tan sencillo de resolver, porque muchas de ellas se rehusan a ir a los centros de acogida o a cumplir con sus exigencias, establecidas para que haya una buena convivencia entre los usuarios.
Las personas en situación de calle se distribuyen por toda la ciudad, pero tienen la característica de ser itinerantes y van recorriendo diversas comunas apelando a la caridad. Buscan colchones, carpas, mantas y ropa. Como carecen de hogar, tampoco tienen arraigo con una ciudad.