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Tiene forma de diamante y un diámetro de alrededor de un kilómetro

Primera radiografía del asteroide Ryugu: oscuro y con una elevada porosidad

La nave japonesa Hayabusa 2 viajó millones de kilómetros y hace un año dejó caer en la Tierra 5,4 gramos de muestras de su superficie.
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cronica@diarioelsur.cl

Oscuro, con una elevada porosidad y una composición heterogénea a nivel microscópico. Así parece que es Ryugu, un asteroide con forma de diamante de aproximadamente un kilómetro de diámetro del que, en diciembre en 2020, la nave japonesa Hayabusa2 trajo a la Tierra muestras de su superficie, unos 5,4 gramos.

Ahora la revista Nature Astronomy publica en dos artículos un examen preliminar de este primer material trasladado a Tierra desde un asteroide rico en carbono, que puede dar pistas sobre la historia temprana del Sistema Solar y sobre la formación de minerales orgánicos e hidratados, los componentes básicos de la vida.

La sonda japonesa Hayabusa2, tras un viaje de seis años y 5.200 millones de kilómetros, dejó caer el seis de diciembre de 2020 sobre Australia un contenedor con una pequeña cantidad de polvo y gas del asteroide Ryugu.

Hayabusa2 aterrizó en 2019 en dos ocasiones en la superficie del asteroide para recoger muestras y los primeros análisis en tierra se hicieron el 10 y 11 de diciembre del pasado año, en un laboratorio de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).

De este primer examen se concluyó que el gas en el contenedor derivaba de Ryugu. La cápsula también trajo diminutas piedras de varios milímetros de tamaño.

Todo este material, como en su día dijo la agencia espacial JAXA, es interesante para avanzar en el conocimiento del origen de nuestro Sistema Solar, encontrar detalles claves sobre la formación del asteroide Ryugu, hace 4.600 millones de años, y comprender mejor su afinidad con una clase de meteoritos llamados condritas carbonáceas.

En el primero de los dos trabajos, Toru Yada y sus colegas, de JAXA, constatan que la muestra es muy oscura -refleja solo el 2% de la luz que incide en ella- con una elevada porosidad del 46%, mayor que la de cualquier meteorito estudiado hasta ahora.

En el segundo artículo, Cédric Pilorget y su equipo, de la Universidad Paris-Saclay, determinan la composición de las muestras utilizando un microscopio capaz de adquirir imágenes a diferentes longitudes de onda de luz en los espectros visible e infrarrojo.

Según el análisis, está compuesta por una matriz hidratada, similar a la arcilla, con una variedad de elementos orgánicos incrustados. Sin embargo, algunas partes individuales están formadas por sustancias diferentes, como carbonatos o compuestos volátiles.

La presencia de especies ricas en volátiles, probablemente procedentes del Sistema Solar exterior, respaldaría el hecho de que Ryugu haya conservado tanto material prístino como fases alteradas, que ahora están disponibles para realizar análisis refinados en el laboratorio, con el potencial de extraer nuevos conocimientos sobre las vías de formación y evolución de los cuerpos planetarios, señalan los investigadores.

Estos hallazgos revelan la composición heterogénea microscópica de las muestras de Ryugu, al tiempo que confirman las observaciones 'in situ' realizadas por Hayabusa2, que sugieren que este asteroide es macroscópicamente uniforme en su estructura y composición -semejante a los meteoritos condritos ricos en carbono-, pero es más oscuro, más poroso y más frágil. -

6 años y 5.200 millones de kilómetros duró el viaje de la sonda japonesa Hayabusa2, que rescató material del asteroide Ryugu.

Adornos de cáscara de huevo de avestruz revelan una red social de 50.000 años

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El análisis de unas cuentas (partes de un collar o pulsera, como bolitas o perlas) de cáscara de huevo de avestruz revela la existencia de una red social de 50.000 años en el sur de África, según científicos del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, informó revista Nature.

En un nuevo estudio, los investigadores Jennifer Miller y Yiming Wang destacan los miles de años de conexión de la población en el sur africano, impulsado por los cambios en los patrones de lluvia.

Los adornos de cáscara de huevo de avestruz son artefactos ideales para comprender las relaciones sociales antiguas, resalta la investigación, y estos son los más antiguos del mundo que se hayan fabricado, lo que significa que en lugar de depender del tamaño o la forma natural de un artículo, los humanos transformaron por completo las conchas para producir cuentas.

Debido a que diferentes culturas produjeron cuentas de diferentes estilos, los accesorios prehistóricos brindan a los investigadores una forma de rastrear conexiones culturales, según el análisis.

"Es como seguir un rastro de migas de pan. Las cuentas son pistas esparcidas por el tiempo y el espacio, esperando ser notadas", señaló Miller, autora principal del estudio.

Para buscar signos de conexión de la población, Miller y Wang reunieron la mayor base de datos de estos adornos de cáscara de huevo de avestruz, en una investigación que llevó más de una década.

La base incluye datos de más de 1.500 cuentas individuales desenterradas de 31 sitios en el sur y este de África, que abarcan los últimos 50.000 años.

Al comparar el diámetro total, el diámetro de apertura y el grosor de la concha, Miller y Wang encontraron que hace entre 50.000 y 33.000 años las personas en el este y el sur de África usaban cuentas de huevo de avestruz casi idénticas.

El hallazgo sugiere una red social de larga distancia que abarca más de 3.000 kilómetros. "El resultado es sorprendente, pero el patrón es claro", dice Wang, coautor correspondiente del estudio.

"A lo largo de los 50.000 años que examinamos, este es el único período de tiempo en el que las características de las perlas son las mismas", resaltó el investigador.

Esta conexión este-sur constituye la red social más antigua jamás identificada y coincide con un período húmedo en el este de África. "Estas pequeñas cuentas tienen el poder de revelar grandes historias sobre nuestro pasado", dice Miller. -

Analizan síndrome asociado a la enfermedad

El 40% de los contagiados de covid-19 desarrolla secuelas duraderas, según estudio

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El 40% de las personas que superan el covid desarrolla secuelas que duran más de seis meses, según un estudio de una universidad alemana publicado ayer que pretende arrojar luz sobre el síndrome del "covid persistente" o "long covid".

Según investigadores de la Clínica Universitaria de Mainz, no son necesariamente los pacientes más graves quienes desarrollan dichos síntomas, sino que estos afectan en muchos casos a personas asintomáticas o que pasan la enfermedad con transcurso leve.

En el 35% de los casos estudiados, los afectados no sabían siquiera que habían superado el covid-19 hasta que fueron sometidos a test de anticuerpos como parte del estudio, recalcaron los investigadores.

Algunos de los síntomas persistentes más comunes son cansancio, trastornos de la memoria, dolores articulares, disminución del gusto y del olfato y dificultades respiratorias, aunque no existe un patrón claro ni se ha consensuado todavía una definición unitaria del "long covid".

Los resultados publicados forman parte de un estudio más amplio con una muestra de 10.250 personas, de las cuales unas 500 tuvieron la enfermedad, y apuntan a que los síntomas del covid persistente tienden a desaparecer con el paso del tiempo.

Para sorpresa de los investigadores, el 46% de las mujeres de la muestra que contrajeron covid-19 se vio afectada, frente al 35% de los hombres, a pesar de que habitualmente la enfermedad es más grave en los varones.

NO ES LA EDAD

La edad no parece aumentar las probabilidades de contraer covid persistente, de acuerdo al estudio, que reveló también que un tercio de los contagiados afirmaba no haber recuperado los niveles de rendimiento previos a la enfermedad.

Para el 15%, las secuelas llegan al punto de restringir su vida diaria, mientras que en el 6% de los casos los antiguos pacientes se ven limitados en su actividad laboral.

La universidad anunció además que lanzará un nuevo estudio centrado específicamente en los pacientes con síntomas persistentes, con el objetivo de definir mejor el cuadro clínico.

Además, pretenden identificar factores de riesgo, como la presencia de determinados biomarcadores y averiguar cuál es el impacto de la vacuna en el desarrollo de secuelas duraderas.

"Sólo una profunda comprensión de los mecanismos de actuación de la enfermedad posibilitarán un diagnóstico y una terapia efectivas," comentó el vocero de la dirección de Estudios de la universidad, Philipp Wild. -