Joe Biden afronta una cruda realidad tras la derrota de su partido en el estado de Virginia
El mandatario sufrió su peor revés en un lugar donde había ganado por 10 puntos en la presidencia. Ahora habrá gobernador republicano.
Un año después de las elecciones que le dieron la victoria, el presidente de EE.UU., Joe Biden, despertó ayer en un Washington menos amable para su partido, el demócrata, obligado a hacer examen de conciencia tras su derrota en el estado de Virginia.
Recién aterrizado de su gira europea, el presidente tuvo que afrontar nada más llegar de madrugada a la Casa Blanca la cruda realidad de que el candidato demócrata a gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, había perdido en el mismo estado que Biden ganó por 10 puntos hace justo un año.
Además, en Nueva Jersey, lo que los demócratas consideraban un mero trámite para reelegir a su gobernador, Philip Murphy, se convirtió en una contienda agónica debido a lo ajustado de los resultados que hicieron que la victoria del progresista no se conociera hasta la tarde del miércoles.
REACCIÓN DEBIDEN
Después de guardar silencio durante horas, Biden interpretó la derrota en Virginia como una señal de que los votantes quieren que su partido "produzca resultados" más concretos.
"Lo que sé es que la gente quiere que hagamos cosas, y por eso estoy presionando mucho para que el Partido Demócrata avance y apruebe mi proyecto de ley de infraestructura" y el de gasto social, recalcó el presidente en una rueda de prensa.
En los círculos progresistas del país, sin embargo, persistía el temor de que los resultados del martes sean un preludio de lo que puede ocurrir dentro de un año, cuando los demócratas se jugarán sus estrechas mayorías en la Cámara Baja y el Senado, o incluso en las próximas presidenciales, en 2024.
POPULARIDAD
En la reflexión de la Casa Blanca sobre lo ocurrido entraba también, con toda seguridad, un factor incómodo: la reciente pérdida de popularidad de Biden, cuyo índice de aprobación ha ido en declive desde agosto y ronda ahora el 42%, según un promedio de sondeos nacionales.
Ese porcentaje es similar al que registró el expresidente Donald Trump (2017-2021) en los puntos álgidos de su mandato, y en una reciente encuesta de la cadena NBC News, los votantes consideraban a Biden casi tan impopular como su polémico predecesor.
"Estos índices (de aprobación de Biden) arrastran a todo el partido", advirtió Allan Lichtman, profesor de Historia y experto en elecciones en la American University.
La caótica ejecución de la retirada estadounidense de Afganistán y el hecho de que las estrechas mayorías demócratas en el Congreso hayan sido incapaces hasta ahora de aprobar las reformas económicas de Biden son, según Lichtman y otros analistas, dos de las causas de esa caída de popularidad.
Otro factor es que el 78 % de los votantes republicanos sigue creyendo que Biden no ganó de forma legítima las elecciones de 2020, según una encuesta de septiembre de la cadena CNN.
EL IMPACTO CONGRESO
Según Lichtman, los resultados de las elecciones a gobernador en Virginia no son una "herramienta fiable" para predecir lo que ocurrirá en los comicios legislativos de 2022.
Sin embargo, otros observadores recordaron que en 2009 los republicanos ganaron las elecciones en Virginia y en Nueva Jersey y, el año siguiente, tomaron las riendas de la Cámara de Representantes, además de ganar terreno en el Senado.
Los dos senadores demócratas que representan a Virginia, Tim Kaine y Mark Warner, achacaron ayer la derrota en ese estado al hecho de que su partido no se haya unido todavía para aprobar los planes sociales y de infraestructuras de Biden.
No obstante, horas más tarde, el propio Biden reconoció que no está claro que McAuliffe hubiera ganado incluso si el Congreso hubiera aprobado esas leyes, dado el número de "votantes de Trump" que se movilizaron en Virginia.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo que los demócratas perdieron porque se están pasando de la raya en sus planes de gasto social y de aumentar los impuestos a los ricos, ideas que definió como "socialistas".
Un afroamericano gana en Nueva York
El expolicía afroamericano Eric Adams se impuso con claridad en las elecciones a la alcaldía de Nueva York con un 66,5% de los votos cuando se llevaba un 78% de los votos escrutados. El candidato demócrata y antiguo policía fue a votar portando una fotografía de su madre, Dorothy Adams, que falleció en marzo en plena campaña y cuya imagen ha usado en varias ocasiones para reivindicar su origen pobre y denunciar las "injusticias históricas" de la ciudad hacia las comunidades más vulnerables. En tanto, Michelle Wu, de origen taiwanés, con 64,2% de los votos, se convirtió en la primera mujer y la primera persona que no es de raza blanca elegida para la alcaldía de Boston, una ciudad gobernada en los últimos dos siglos por hombres blancos. Según The New York Times, la demócrata Felicia Moore, ganó en Atlanta con el 40,8% de los votos, mientras que en Bufalo India B. Walton, que perdió en las primarias demócratas y su nombre no aparecía en la papeleta pero se podía escribir ("write in"), lideraba con 58,8% de los votos. Por su parte, Mike Duggan, actual alcalde de Detroit, ganaba el conteo con 75,3%. En el caso de Florida, el demócrata Dale Holness llevaba una leve ventaja:23,8% de los votos, frente al 23,7% de la también demócrata Sheila Cherfilus-McCormick.