Conservatorio Laurencia Contreras continúa expandiendo su legado
La entidad dependiente de la UBB, se encuentra en pleno proceso de la vuelta presencial de sus alumnos. Siempre con el foco puesto en la música.
Desde sus inicios en el piano, Laurencia Contreras siempre fue vista como prodigio, como si tuviera un sello de excelencia garantizado en sus dedos.
A 24 años de su fallecimiento, el 22 de julio de 1997, ese sello de excelencia y su propio espíritu inundan el quehacer del conservatorio que lleva su nombre.
El mismo que este mes celebra 81 años, siempre dejando una huella en los estudiantes que han pasado por sus aulas.
"Tengo afecto, cariños y mucho amor, porque mi vinculación con este espacio nace en 1988 cuando empecé a estudiar canto, y en ese periodo conocí a Laurencia", señala Igor Concha, su actual director.
Quien también es parte del cuerpo docente desde 1998, ha tenido la misión de ser director en dos ocasiones, de 2010 a 2015, y de 2018 a la actualidad.
Por lo mismo, dice, su vínculo con el conservatorio es íntimo. "Es mi segunda casa, mi segunda familia. Suena cliché, pero es verdad", asegura el artista con más de 25 años de carrera.
REFERENTE CIERTO
No es una mentira decir que el Conservatorio Laurencia Contreras es un símbolo de educación musical preuniversitaria, en Concepción y Chile.
Fundado en 1940, desde 1941 a 1985, el espacio tuvo exámenes válidos para quienes aspiraban a seguir estudios profesionales.
"En lo material el Conservatorio fue un legado de un proyecto más que patrimonial. Tenemos algunos pianos de Laurencia, los famosos 'silabarios musicales' y partituras. Aquí la herencia más grande es el proyecto, uno del que la Universidad del Bío-Bío se ha hecho responsable", expresa Concha.
Y es que, en 1986, la pianista dona a la UBB su entidad como una forma de asegurar su permanencia y proyección. También para aumentar su formación y divulgación.
De ahí, la casa de estudios penquista ha liderado diversos procesos de actualización y remodelación del espacio artístico.
De acuerdo al cantante lírico, Laurencia heredó el amor por los niños y la música. "Por enseñar a través de ella a ser mejores personas. Eso ha pasado de generaciones en generaciones", señala.
Actualmente, cuenta con 190 alumnos, 98 programas de estudios impartidos por 32 docentes y se encuentra retomando -gradualmente- la presencialidad de sus clases, respetando protocolos.
Imparte disciplinas como canto, guitarra, violín, clarinete, percusión e historia. También cuenta con elencos como el coro infantil y el de cámara juvenil-adulto, las orquestas semillero y UBB. Suman ensambles de guitarra, maderas, bronces y percusión.
"Este retorno nos pilla con una fuerza grande y un apoyo muy interesante, quizás histórico, desde la universidad. Por ejemplo, teníamos muebles muy antiguos, generalmente, reciclados (de la UBB), y hoy tenemos una infraestructura de mobiliario totalmente nueva", destaca el barítono, sobre la entidad que cuenta con un programa de $10 millones para equipos de sonido.
Están embarcados en un proyecto para certificar los programas de estudio con una institución, posiblemente la Pontificia Universidad Católica. Es decir, el primer paso para que el Ministerio de Educación pueda reconocer al Conservatorio como curso elemental de música y así los alumnos puedan convalidar ramos en las universidades.
"Estamos haciendo bien la pega, con todo lo complicado que puede ser. Creo que Laurencia no se habría imaginado jamás esto, somos uno de los mejores Conservatorios del país y hemos luchado como equipo para esto", señala Concha, reconociendo que tienen mucho que hacer.
"El conservatorio es y será siempre un trabajo de reconocimiento y de aporte hacia la ciudad. Es importante este vínculo", finaliza Concha.