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La comuna de pescadores que se concentra en un solo punto de vacunación

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Lo primero que reconoce el director del Cesfam de Lebu Norte, Felipe García, es que el aviso de aplicar la dosis de refuerzo fue repentino. "Tuvimos que echar mano a todas nuestras estrategias de promoción para difundir el nuevo calendario y la campaña es a nivel comunal porque implementamos, en conjunto con el hospital, un único punto de vacunación y eso nos ha funcionado súper bien", comenta.

El punto es el gimnasio municipal, por ende, no han registrado aglomeraciones a pesar de que es el único lugar habilitado para toda la comuna y permite aunar los esfuerzos de los funcionarios de salud.

Además, para quienes viven en sectores rurales de difícil acceso, así como para quienes están postrados, la vacunación es a domicilio.

La respuesta de los adultos mayores fue mejor de lo que esperaban y García reconoce que "superó nuestras expectativas la cantidad de gente, han presentado mucho interés en aplicar su dosis de refuerzo, algo que tal vez no vimos con la segunda dosis porque los grupos estuvieron más reacios de aplicársela por desconocimiento, creían que con una estaba bien y les servía para estar protegidos".

Eso sí, plantea que desde que se realizaron los cambios al plan Paso a Paso que entregó más libertades y beneficios para quienes tuvieran su Pase de Movilidad y que fue anunciado por televisión, hubo un peak de rezagados llegando al vacunatorio y se triplicó la demanda.

Como es un solo centro de vacunación comunal, en un territorio con menor población, el director del Cesfam de Lebu Norte, señala que ha sido más fácil la coordinación respecto a la disponibilidad de las dosis de AstraZeneca y Pfizer que son las que se están aplicando como dosis de refuerzo, dependiendo de cada caso.

"Nos preparamos para tener una mayor demanda y manejamos una cantidad de dosis por día. Además, la gente está súper bien informada gracias a que los equipos también han concentrado la labor en esa área y, por lo mismo, no hemos tenido retrasos", señala Felipe García.

Al ser una comuna eminentemente de pescadores, el director del Cesfam Lebu Norte, cuenta que -por la naturaleza de su trabajo, muchos de estas personas decidieron posponer su vacación y esperar a que se aprobara el laboratorio que trabaja con una dosis. "No siempre estaban en tierra firme cuando les tocaba por calendario y podía pasar lo mismo cuando les tocara la segunda dosis y no cumplir el tiempo estipulado entre cada una. Por eso, cuando se aprobó CanSino, registramos un aumento en la vacunación, porque era lo que a ellos más les convenía para cumplir con su plan de vacunación", precisa García.

El desafío de reunir un grupo de siete personas y no perder las dosis por falta de asistentes

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Alto Biobío es la comuna que menos inoculaciones con dosis de refuerzo registra en la Región. Esta semana terminó con 43 vacunas aplicadas, lo que incluso es superior a lo que pronosticaba su director Salud comunal, Jorge Contreras. La única comuna que lleva una cantidad algo similar es Tirúa, con 150.

Contreras explica que existen dos puntos que complejizan un avance mayor de la campaña de inoculación. Primero, cuentan con un alto porcentaje de rezagados producto de que la población adulta mayor se confía en la medicina ancestral para cursar el virus y, por ende, sólo en la comuna existen 73 personas sobre 55 años que completaron su esquema de vacunación antes del 14 de marzo. Esas personas están dispersas por toda la comuna.

"El otro tema es administrativo. La vacuna de AstraZeneca viene en un frasco de 10 dosis y puedo perder el 30%, es decir, necesariamente debo reunir a siete personas para inocularse y esa es una dificultad gigante en Alto Biobío", indica el director de la Salud Municipal.

El problema, agrega "es que hay gente que va al poblado sólo para inocularse y le tengo que decir que no la puedo vacunar porque no tengo más gente para armar un grupo. Le pedí a la Seremi que generáramos una estrategia distinta, fuera de lo etario, porque esto es algo que se nos repite".

A raíz de la ruralidad que tiene Alto Biobío, que es un 100% según el Censo del 2017, es imposible que la municipalidad aplique una estrategia de inoculación a domicilio, porque llegar a las comunidades, en lo alto de la cordillera es dificultoso y no tienen automóviles disponibles. Además, existe una dispersión territorial de quienes podrían recibir la tercera dosis.

Por otro lado, aquellos que acuden al Cesfam y no pueden inocularse, puede que no regresen en otra oportunidad. "El lunes ellos bajan al pueblo, van al banco, a comprar y al Cesfam. Esa persona que se levanta a las 5 de la mañana para poder hacer sus trámites, no va a querer hacer ese viaje nuevamente porque no se pudo vacunar la primera vez que acudió", precisa Jorge Contreras.

En Chiguayante también les complicó la elección del laboratorio AstraZeneca para la aplicación de la dosis de refuerzo a la hora de iniciar su logística para el proceso. "La presentación implica que se abre el depósito y tienes que tener 10 personas, si no pierdes las dosis", plantea Andrea Quiero, directora de Salud de Chiguayante.

Agrega que "tengo que vacunar a ese grupo y esperar 30 minutos para observar a los pacientes, y eso ha significado que algunas personas tengan una respuesta negativa, porque nos falta espacio y es un poquitito ingrato tener que explicarles que tenemos que tener espacios disponibles".

Estos atochamientos que han registrado, han hecho que hayan tenido que utilizar un bus para trasladar a las personas que se encontraban en exceso en un local, para poder llevarlos a otro con más disponibilidad. "Para esta semana pensábamos abrir un espacio para inocular en vehículos, pero la lluvia lo corrió para la otra semana. Los gimnasios son los mejores lugares para este proceso, pero disputamos esos espacios con los colegios que ya están en la vuelta a clases y que nos obliga a buscar otros lugares espaciosos", precisa Quiero.

Respecto al avance de la tercera dosis, Quiero reconoce que van atrasados porque debería ser cerca de 8 mil las personas que deben recibir esta dosis y se terminó la semana con 4 mil 939 dosis aplicadas. Eso sí, detalla que hay una mayor presión de los rezagados, ya que "llegan con efecto retardado, dan cuenta de que no pueden inocularse ahora y empiezan a reclamar", detalla.

Sobre este proceso, hay dos críticas fundamentales que realiza la directora de Salud Municipal de Chiguayante: que no se haya utilizado Sinovac como dosis de refuerzo, ya que se trata de monodosis y eso facilitaría su aplicación, especialmente a pacientes a domicilio, y que no se haya integrado en el calendario de la tercera dosis de refuerzo al personal sanitario que también se inoculó a principios de año con Coronavac. Por lo mismo aclara que ellos estaban preparados para que la tercera dosis se empezara a aplicar en septiembre, a 6 meses del inicio de la vacunación masiva y haber avanzado con los niños de 12 años.

En tanto, en Alto Biobío, que cuenta con un alto porcentaje de rezagados, fue clave el Pase de Movilidad que permitió llegar al 58% de la población objetivo inoculada. "Fuimos de las últimas comunas en salir de cuarentena y la gente se dio cuenta de que tenía restricciones para ir a las comunas aledañas, así que eso las incentivo. Aun así, tenemos 300 adultos mayores que no se han inoculado y que, de todas formas, estamos en proceso de convencer, pero es difícil".