Caída en el uso del transporte público fue el principal impacto por la pandemia en Coronel
En cuanto a emisiones por energía para otros usos y calefacción; cambios están relacionados a otros factores como la temporada del año, tipo de vivienda y los ingresos económicos de la familia.
Con la llegada de la pandemia del coronavirus a Chile, un grupo de investigadores decidió estudiar el impacto en la huella de carbono que dejaba la emergencia sanitaria en cuatro ciudades del país, entre ellas, Coronel. Para eso, se analizó las formas de calefacción, el uso de energía y, también la movilidad. Y en es este último punto donde se encontró el mayor impacto negativo en la excomuna del carbón y que está directamente relacionado con la pandemia y no por otros factores: el uso del transporte público cayó considerablemente y, en consecuencia, aumentó el del automóvil, lo que genera un aumento en la contaminación.
La investigadora Carolina Rojas, cree que este cambio se mantendrá en el tiempo independiente del avance de la pandemia en los próximos meses o años o si existirá un mayor o menor confinamiento. Pero, aunque disminuyó el uso del transporte público, considerando mayoritariamente los buses, el Biotren sale fortalecido de esta pandemia, porque aumentó su uso.
Por lo mismo, Rojas espera que este servicio pueda ser robustecido con un aumento en sus frecuencias y horarios; para así seguir potenciando su uso y disminuir la huella de carbono por movilidad.
HÁBITOS LOCALES
Entre los otros resultados de la investigación, que entrevistó 300 hogares de Coronel en invierno del 2020 y en el verano 2021 para conocer sus cambios de hábitos, es que en los meses de invierno aumentó el consumo de calefacción a través de la leña y que en pandemia explicó un aumento del 27% en la generación de contaminación en relación a la misma temporada del 2019. Eso sí, la generación de CO2 para calefacción baja un 67% en verano si se compara con el invierno prepandemia.
Carolina Rojas, geógrafa y docente del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la PUC, explicó que la diferencia entre el comportamiento en invierno y verano "es que bajaron los consumos en calefacción, en invierno se gastaban $250 mil y en verano menos de $40 mil. La energía -para el uso de electrodomésticos y otros- también presenta una baja, pero en menor magnitud que la calefacción. Ya que el confinamiento presenta una mayor presión en el sistema energético".
Lo anterior, debido a que el confinamiento hace que el gasto energético o necesidad de calefacción que antes se realizaba en el trabajo o en el lugar de estudio, se haga en el hogar. Pero tras el fin del confinamiento, el comportamiento vuelve a la normalidad en cuando a las fuentes emisoras de contaminación y los hábitos no se modifiquen producto directamente la pandemia en el caso de calefacción y energía para otros usos. Por ejemplo, el mayor uso de electricidad producto del teletrabajo y clases online.
Sobre los resultados consolidados de ambas temporadas en pandemia, la investigadora que encabezó el estudio señaló que "los patrones muestran que estamos recuperando el impacto ambiental prepandemia e incluso más".
MOVILIDAD
En el caso de la movilidad, se ve una caída en el uso del transporte público y aumento en el uso del automóvil privado. "Probablemente ese cambio quede, porque se modificó la forma de moverse y es bien difícil convencer a los usuarios a que se compraron un vehículo, que vuelvan a usar la locomoción colectiva", sentenció Rojas.
Pero recalcó que respecto al Biotrén se registró un aumento en su uso, "este aumento también ayuda a disminuir las emisiones contaminantes, especialmente si lo comparamos con otras ciudades. Cuando tienes diversidad de opciones de transporte público, ambientalmente la ciudad es mucho más sustentable".
Respecto a las emisiones por transporte, en el invierno se vio una baja por el confinamiento, teletrabajo y clases online, pero desde el verano ha ido aumentando, especialmente por ítem de trabajo.
QUÉ MEJORAR
A raíz de la revisión de las emisiones por calefacción, que son 80% por leña en Coronel, es que se da cuenta que las viviendas son de material liviano, mezcla de madera con hormigón y que son difíciles de calefaccionar. Por ende, "la calefacción es lo que más hay que trabajar en Coronel, por ejemplo, potenciando el recambio de calefactores y promover la eficiencia energética y la aislación térmica", precisó Rojas.
También se suma la generación de energía por otras fuentes más renovables, y que las viviendas no sólo dependan de la termoeléctrica, sino que avanzar hacia las energías solares y que desde el Gobierno se pueda potenciar a través de subsidios.
DETALLES DE LA INVESTIGACIÓN HUELLA COVID
El estudio fue financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a través de su concurso de investigación sobre los efectos del coronavirus. Se inició en julio del 2020 y tuvo una duración de 11 meses. Se analizaron cuatro ciudades del país: Coronel, Temuco, Valdivia y Osorno; en cada ciudad se encuestaron 300 hogares en cada una de las estaciones, en el caso de Coronel se escogieron personas que vivieran en 10 sectores distintos de la comuna. Los autores son, además de Carolina Rojas, Francois Simon del Cedeus-UC, Felipe Irarrázabal de IEUT-UC, Marc Quintana de Biobío Recicla, Carolina Stamm de IEUT-UC y Bryan Castillo de Cedeus-UC.