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Región del Biobío registró un 13,2% en esta situación

Casen 2020 en Pandemia: Mujeres, niños y migrantes son los más afectados por pobreza por ingresos

Desde el Hogar de Cristo y la Fundación Para la Superación de la Pobreza señalaron que ayudas sociales del Gobierno evitaron que cifras aumentaran más y que estrategias deben ser diferenciadas para la recuperación del empleo.
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Por Lesly Zurita Arriagada

"Si bien era un resultado esperado, siempre es una mala noticia porque detrás de estas cifras hay rostros de personas", precisó Daniela Sánchez, jefa de Operaciones Sociales del Gran Concepción del Hogar de Cristo sobre el aumento en la pobreza por ingresos a nivel nacional en la Casen 2020 Pandemia. Se trata de cifras que venían a la baja desde hace 20 años de forma continua.

A nivel país, este porcentaje llegó al 10,8% y en el Biobío al 13,2%, siendo la cuarta región con una cifra tan alta y por sobre el promedio del total nacional. En tanto, la incidencia de la pobreza extrema llega en la Región a 5,1% y nuevamente se supera la cifra país de 4,3% y sigue en cuarto lugar de las comunas con este porcentaje más alto.

Desde el Hogar de Cristo, así como de la Fundación Para la Superación de la Pobreza coinciden en que sin las ayudas económicas del Gobierno esta cifra de afectados en pandemia habría sido mucho más alta y que los más afectados han sido las mujeres y los migrantes, quienes ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad previo a la crisis sanitaria y económica. Eso sí, como esta situación de emergencia se mantiene, sería más lento una baja nuevamente de estas cifras.

GRUPOS AFECTADOS

Según la Casen, en la Región del Biobío el ingreso promedio por hogar es de $574 mil 334, cifra menor a la medición del 2017 que lo cifraba en $616 mil 561. Respecto a este año, otras cuatro regiones presentan ingresos menores al Biobío. Por ingreso autónomo promedio, el monto estimado en el estudio es de $722 mil 494 por hogar y subsidios monetarios es de $61 mil 586.

El director regional de la Fundación Para la Superación de la Pobreza, Cristian Riquelme, recalca que "esto significa que más de 2 millones de personas en el país están bajo la línea de la pobreza, es decir, no cuentan con ingresos para cubrir sus necesidades básicas. El 40% de ellos no tienen recursos suficientes para adquirir alimentación".

Riquelme planteó que ellos como fundación han visto el aumento de la pobreza por ingresos a través de "la proliferación de ollas comunes, como parte de las estrategias comunitarias que surgieron para hacer frente a esta realidad y muchas de ellas se vieron condicionadas a propósito de la cuarentena".

Daniela Sánchez, del Hogar de Cristo, agregó que "hemos sido testigo de que los campamentos han crecido considerablemente. El rostro de los afectados es que son mujeres jefas de hogar vinculadas a la primera infancia, familias migrantes y, por supuesto personas en situación de calle".

El director regional de la Fundación Para la Superación de la Pobreza también coincidió en que son mujeres y niños los más afectados por esta crisis. "Esta ha sido una crisis de pérdida de empleo, donde se ha visto afectado el formal y si bien es en estos momentos donde prolifera el informal, en este caso tampoco ha podido aumentar por el contexto sanitario", detalló.

AYUDAS SOCIALES

Si se comparan los datos del estudio del 2020 con años anteriores, las cifras no superan a las registradas previo al 2015. La jefa de Operaciones Sociales del Gran Concepción del Hogar de Cristo explicó sobre este punto que "todavía no son las peores cifras, pero en pandemia sí es preocupante que estos números aumenten y estas cifras hay que mirarlas con delicadeza porque muchos de los resultados fueron amortiguados gracias a los efectos que tuvo la transferencia económica del propio Estado y se han tomado en relación a la pandemia, no son eternas".

Es por esto que Cristián Riquelme hace un llamado a generar nuevas formas de políticas públicas "porque muchas están obsoletas y tienen que ir focalizadas a la reactivación económica, a la generación de empleo y con énfasis en las mujeres. No pueden las políticas públicas ser estandarizadas, por ende, es clave cómo incorporamos a la comunidad en procesos de participación, que incluso han logrado organizarse, por ejemplo, a través de las ollas comunes".

Agregó que "por lo mismo y como se sabe que las ayudas y bonos van a terminar, lo ideal sería que este proceso sea paulatino y no sean eliminados de forma abrupta, sino que el Estado pueda ir disminuyendo poco a poco estas ayudas".

Respecto a la recuperación de las cifras, ambos representantes de organizaciones no gubernamentales creen que será un proceso más lento porque aún estamos en plena crisis y los empleos no se recuperarán en el corto plazo, sumado a los cambios que pueden venir en las medidas de confinamiento y que afectan directamente a los empleos.

Asimismo, Riquelme enfatizó que la Casen 2020 Pandemia sólo midió la pobreza por ingresos y es importante recordar que hay otras dimensiones relevantes que deben medirse como la educación, el acceso a un medioambiente libre de contaminación, salud, entre otras.

"Es importante dejar atrás el paradigma de la pobreza sólo por ingresos y es importante atender otras dimensiones. Lo que vemos aquí es la desigualdad existente entre quienes ya ganaban menos y entre quienes ganaban más y hay diferencias regionales y de territorio, esto no ha golpeado a todos por igual y para eso se necesitan estrategias diferencias", recalcó el director regional de la Fundación Para la Superación de la Pobreza.

Opinión

Empleos para superar la pobreza

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Recientemente conocimos los resultados de la última encuesta Casen, sondeo que se realizó a fines de 2020 y como era de esperar, los resultados mostraron el impacto económico y social que ha dejado en nuestro país la pandemia por covid 19.

Sin embargo y más allá de lo esperado, las cifras arrojadas por este estudio que aplica el ministerio de Desarrollo Social, nos enrostraron el lado más duro de la vulnerabilidad… la pobreza y peor aún la extrema pobreza, que nos hizo retroceder en 5 años en la calidad de vida de los chilenos, una condición que pese a los apoyos que ha implementado el Gobierno, es devastadora.

De acuerdo a las cifras de Casen, hoy un 10,8% de los chilenos vive en la pobreza y ubica a la Región del Biobío como la cuarta a nivel nacional con mayor aumento en este indicador, con un 13,2%. Este alto porcentaje se traduce en los dolores de alrededor de 220 mil personas que no poseen los ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas del grupo familiar, entre otras razones, por la pérdida de empleo.

En materia laboral, las cifras entregadas mensualmente por el INE, muestran mejoras; sin embargo, aún están lejos de alcanzar los niveles precrisis. Debemos recuperar cerca de 80 mil empleos en la zona y ahí, las empresas, las autoridades y todos nosotros tenemos un desafío conjunto que enfrentar.

Es fundamental reactivar la oferta de empleo que hoy está contenida, entre otras razones, porque las personas han dejado de buscar trabajo, principalmente las mujeres que, en muchos casos, debieron ocuparse del cuidado de la familia.

Por otro lado, la demanda de empleo tiene dos caras, hay actividades económicas que no han generado vacantes por las incertezas para operar con cierta normalidad y continuidad como los rubros del comercio, turismo y gastronomía; y en contraposición, hay sectores como la agricultura, la construcción, y la metalurgia, que presentan escasez de mano de obra, entre otras razones por los subsidios y las ayudas que hoy el gobierno está entregando.

En este escenario, los desafíos vienen dados por potenciar la generación de empleo, estableciendo líneas de encadenamiento productivo desde las grandes industrias de la zona que fortalezcan el trabajo de las pymes locales. En nuestra región no sobra ninguna pyme y no sobra ningún empleo. Además, debemos trabajar en la atracción de mayores inversiones y destrabar el inicio de obras ya aprobadas que deben iniciarse en nuestra región. Sin nuevas inversiones, es complejo aumentar la empleabilidad, que sean trabajos estables y que perduren en el tiempo; y por ende, que se traduzcan en un cambio real, que contribuyan a superar los índices de pobreza arrojados por Casen y a mejorar la calidad de vida de quienes habitamos esta región, cuyo principal potencial está en sus habitantes.

Álvaro Ananías Itaim, presidente de CPC Biobío