Aula hospitalaria, un espacio de acogida y aprendizaje
Cada vez más establecimientos se suman al modelo de instalar una escuela al interior de los centros de salud, que lleve la educación, la pedagogía y la distracción a quienes enfrentan una situación crítica de salud.
Puede ser una estadía hospitalaria de dos días o, prácticamente, cuidados de por vida. En especial en estos últimos casos, la figura "aula hospitalaria" cobra un valor social insospechado para miles de familias, por lo que es una experiencia que hoy se repite, con diferentes fórmulas, en varios centros de salud del país.
Daniela Guíñez, educadora diferencial titulada de la Universidad San Sebastián, después de egresar, optó por la modalidad aula hospitalaria, decisión que la llevó a trabajar en el colegio "Construyendo Sueños", de la Clínica Dávila. Allí se desempeña como coordinadora del área de Pedagogía Domiciliaria.
"Aula hospitalaria es una unidad educativa de apoyo que funciona en centros de salud, como clínicas y hospitales, brindando educación compensatoria a niños y adolescentes que están pasando por alguna enfermedad", explica Guíñez. Son servicios totalmente gratuitos que, además de ofrecer educación y recuperación de la salud, se orientan a la reinserción de los menores cuando, para los más afortunados, llega el momento de regresar a sus establecimientos formales.
"Es una educación reducida, acotada, bien de familia, dirigida a niños, niñas y/o jóvenes que están pasando por una enfermedad de hospitalización, ambulatoria o de tratamiento prolongado", narra la educadora. "La necesidad de abrir aulas hospitalarias se debe a que hay mucha deserción escolar en los chicos que pasan por una situación de salud, simple o compleja. Los colegios no brindan apoyo, ni contención ni acompañamiento en este caminar, porque no se encuentran capacitados. Así surgen estas aulas, para hacer este acompañamiento, y están enfocadas sobre todo en evitar la deserción escolar", dice.
Daniela Guíñez explica que, como pedagogía hospitalaria, se busca permitir que los menores, al momento de la hospitalización, disminuyan su ansiedad, para favorecer sus procesos de recuperación y, por supuesto, ser agentes educativos no solo en el hospital, sino también en los domicilios. "Nosotros vamos a las casas; la idea es que el niño, niña o adolescente no pierda su día a día, sus amistades, sus compañeros, profesores, su interacción", establece.
MODELO INSTAURADO
La experiencia de este tipo más antigua en Chile, e incluso en Latinoamérica, es la Escuela Hospital del Hospital Regional Guillermo Grant Benavente. Tiene aula para pacientes en tratamiento ambulatorio y quimioterapia, junto con clases en sala de hospitalización, para quienes no pueden moverse de la cama. Lamentablemente, por la pandemia, la actividad presencial se encuentra suspendida. Sin embargo, sus tres profesoras, más la directora, se contactan con los alumnos vía online (en el caso de los estudiantes que, por su patología, solo pueden asistir a la Escuela Hospital).
También hay otras experiencias similares en el Biobío. En el Hospital Las Higueras se desarrolla el aula hospitalaria gracias a un convenio con la Dirección de Educación de la Municipalidad de Talcahuano, teniendo como referente técnico a la Escuela Huachipato (del sector), que aporta a las docentes participantes. Y en Cañete, el aula hospitalaria es dirigida por Estefanía Neira, también profesional de la USS.
"El académico que se dedique a aula hospitalaria debe reunir requisitos sólidos, porque no es fácil", acota Rodrigo Pradenas, director de Pedagogía en Educación Diferencial de la USS Concepción. "Debe tener espíritu y creatividad frente a los diversos escenarios, manifestar dinamismo ante los distintos acontecimientos y flexibilidad".
"Los equipos educativos debemos tener permanente retroalimentación con los equipos médicos y de tratamiento, médicos, enfermeros, kinesiólogos, todos apoyando este singular aprendizaje y adaptándolo lo que más se pueda. Se da algo muy mágico; nos apoyan otros profesionales, las tías del call center, del aseo… Los niños vivencian mucho amor, fundamental para su recuperación", establece Daniela Guíñez.