"Me pidieron ser candidato al Senado porque me ven bien y con fuerza"
A casi dos meses del alta tras ser hospitalizado por neumonitis producto del covid, afirma que la base militante le pidió dar el salto electoral.
"Me internaron el 3 de abril y a los 25 días me dijeron que me podían dar de alta, porque no me iba a morir por la neumonitis que tenía y la falta de oxígeno que me produjo. Estuve 34 días en peligro de muerte, esa es la verdad; pensé mucho en ese tiempo, que había cumplido un ciclo, y que nadie me puede decir que no me esforcé en hacer lo mejor posible".
Con su tradicional tono fuerte y marcando fechas y situaciones, José Miguel Ortiz Novoa (79) dice que estuvo de frente a la muerte, luego de haber estado hospitalizado en abril por un cuadro de neumonía tras contraer covid -pese a estar vacunado-, que lo tuvo incluso en la UCI y UPC de la Clínica Biobío durante su estadía.
En su primera entrevista con EL SUR a dos meses de recibir el alta del recinto hospitalario, el diputado de la Democracia Cristiana por el distrito 20 repasa los momentos más difíciles de su lucha por la vida, su regreso a la actividad política y cómo alista su última gran batalla electoral luego de tres décadas en la Cámara Baja: competir por un escaño en el Senado por Biobío.
"Quiero ser candidato, siempre que la salud me acompañe, porque todos los partidos políticos estamos en crisis, y esto no es sólo un problema de la DC. Más ahora que el deber que tenemos es trabajar más con los territorios, organizaciones y la comunidad en general, y mi aspiración es representar a toda la Región", plantea.
SUS DÍAS INTERNADO
Ortiz retrocede en sus recuerdos al pasado 29 de marzo, día en el que dice que le "cambió la vida" luego de una situación particular para alguien que nunca pidió licencia en tres décadas, cumplió con el 100% de asistencia en la Cámara -histórico su eslogan de campaña- y que incluso con las restricciones de la pandemia, estuvo al frente de importantes discusiones como la del presupuesto nacional.
"Estaba de lo mejor trabajando, y de repente sentí como algo extraño, como un rayo, y me sentí desorientado. Traté de pararme, y las piernas no me responden. Me di cuenta de que la cosa era seria (...) Llegué a que me chequearan en una residencia sanitaria, el médico me dice que el pulmón no estaba recibiendo el oxígeno correspondiente y si seguía sintiéndome mal me tendrían que internar. Al día siguiente fue peor, y me acosté temprano para ver si me sentía un poco mejor", recuerda.
-¿Qué ocurrió después?
-Lo que vino fue horrible. Desperté a las cinco de la mañana, con un golpe en la cabeza y en el suelo. Por suerte no fue de extrema gravedad, pero me di cuenta de que estaba en el suelo, y cuando traté de pararme las piernas no me respondieron. Pedí que me vinieran a atender, le cuento lo que me pasó, me examinaron y determinaron que debía ser internado.
Ese día fue ingresado a la Clínica Biobío, donde estuvo 25 días en lo que, junto con tratar su insuficiencia respiratoria, también por primera vez su salud fue monitoreada por un psicólogo y siquiatra, por una posible depresión y el trauma del golpe.
"Durante la primera semana me hicieron todos los exámenes para conocer mi estado de salud, a solicitud del médico broncopulmonar que me atendió. Me pasaban a examinar a las 6 de la mañana, un repaso completo del organismo hasta la noche, con régimen estricto. A los cuatro días, pensé que me moría y no con amargura, pero me di cuenta de que me había llegado la hora, porque no era autovalente en nada. Después de ser alguien lleno de vida, con una mente recordando todo, me di cuenta al tiro que me estaba afectando una parte de la memoria. Nunca la perdí completa, pero había cosas que se me olvidaban", rememora.
Tras ser dado de alta a fines de abril tanto por su médico de cabecera como por el psicólogo y la siquiatra, y una completa recuperación realizada en la casa de su hijo Álvaro, recibió el alta médica hace un par de semanas, donde comenzó a retomar su vida pública.
"Me he sentido bien, otra vez me siento una persona útil, porque mi gran drama era que dos días antes de volver a la pega me chequearon el psicólogo y la siquiatra para ver si había superado la depresión y el trauma que me habían diagnosticado, y gracias a Dios no he olvidado nada, con lápiz y papel anotando todo, y me recibieron con grandes gestos", comenta.
Su primera imagen pública fue un video en apoyo a su hijo en la campaña por la alcaldía de Concepción en de mayo, y luego otra votando en el balotaje de gobernadores: "El 13 de junio fui a votar solo, sin ningún apoyo, y en la elección de mayo fui a votar en silla de ruedas, con eso te digo todo".
CON LA MIRA EN EL SENADO
La intención de postular a la Cámara Alta tomó fuerza en los últimos días, luego de participar en una reunión virtual el martes con casi 170 militantes de la DC y dirigentes sociales, convocados por el presidente regional Marcelo Yévenes, donde el plan original era respaldar a Aldo Mardones, administrador municipal de Concepción, como su sucesor.
"Les pregunté si estaban de acuerdo con que Aldo postulara, y todos me dijeron que sí. Pero, ahí mismo me comenzaron a plantear que pasaba conmigo, yo no lo planteé, y todos me dijeron que debía ser candidato a senador, porque me veían bien y con fuerza. Ante eso, dije que estaba disponible a ser precandidato para postular al Senado, siempre y cuando quienes me han acompañado desde el 90' lo deseen y el partido esté de acuerdo", cuenta, en una postura también reafirmada en la junta nacional.
-¿Qué lo motiva a postular, tras una difícil situación de salud que vivió, donde miró de frente a la muerte?
-Este es un escenario desafiante, pero quiero aportar a la unidad de la centro izquierda, con un programa de recuperación del país y la Región, y que sea encabezado por una gran mujer como es la presidenta del Senado, Yasna Provoste. La Unidad Constituyente puede levantar una gran opción presidencial unitaria, y veo a mi camarada Yasna Provoste junto a una lista parlamentaria común que represente un programa de transformaciones profundas.
-En la constituyente, la DC tuvo un resultado muy negativo, con sólo dos convencionales electos.
-Lo de la constituyente es la realidad que tenemos, y hay que vivir con esa realidad. El estallido social no fue casualidad, y esto es una consecuencia de lo ocurrido. Yo soy un defensor de los 20 años de la Concertación, y no me digan que no hicimos nada. Pero hubo varias cosas que no pudimos hacer, y que han sido discriminaciones brutales. En la constituyente votaron contra los políticos, pero los alcaldes como Álvaro todos salieron electos. La gente vota por lo que se está haciendo, por las personas en los cargos y debemos seguir trabajando juntos.