Los peligros del consumo y tráfico de drogas
La Asamblea General de Naciones Unidas decidió en 1987 celebrar cada 26 de junio el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas. También ha alentado a las personas, a las organizaciones sin fines de lucro, al sector privado y a los Estados miembros a participar en su campaña a través de las redes sociales.
En esta oportunidad, se ha señalado que la pandemia de covid-19 es una oportunidad para advertir que el uso de drogas que se fuman o inhalan incrementa el riesgo de contagio y empeora el pronóstico de pacientes con coronavirus. Estas personas pasan a ser un grupo vulnerable ante la pandemia, ya que las drogas ilícitas debilitan el sistema inmune y hacen al organismo más vulnerable ante esa y otras enfermedades. Además, el aislamiento social y la ansiedad pueden incrementar el riesgo de consumo de drogas, razón por la cual la relación entre el consumo y las repercusiones en el covid-19 hacen necesario alejarse de la ingesta.
Un estudio realizado dado a conocer hace unos días por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) reveló que un 36,1% de las personas ha consumido menos alcohol desde el inicio de la pandemia, un 22,2% que ha tomado más y un 33,9% usó la misma cantidad. En cuanto a la marihuana, un 22,2% declara haber consumido menos desde el inicio de la emergencia sanitaria, mientras que un 33,4% dice haber usado más y un 39,9% indica haber consumido la misma cantidad. En relación al estudio anterior, se observa un aumento de 3,8 puntos porcentuales en la declaración de igual uso. Entre quienes declaran usar menos esta droga, el 21,6% dice que esto ocurre ya que hay menos oportunidades para consumir (15,5% en la encuesta anterior), el 18,3% porque está preocupado por los efectos a la salud (19,8% en 2020) y el 13,9% por la reducción en la capacidad de conseguir debido a las restricciones a la movilidad producto de la pandemia (14,4% en 2020).
Es preocupante el incremento del consumo de marihuana que se aprecia desde 2011, mientras que paralelamente han disminuido los índices de percepción de riesgo que tienen los niños y jóvenes acerca de los daños que provoca su uso. Ayer, la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia de Chile advirtió que la disminución de la percepción de riesgo, el alza en la potencia de la marihuana y los intentos de legalizarla han demostrado ser alicientes para el consumo de esta droga. Es por esto que llaman a los candidatos a considerar la evidencia científica, ya que no se trata de una discusión de libertades individuales, sino de las consecuencias que podrían tener miles de ciudadanos, hoy niños, niñas y adolescentes, por una mirada elitista y poco científica del problema que enfrentamos.
Muchas veces, un medio familiar deteriorado y disfuncional hace que un sector de los jóvenes opte por refugiarse en la bebida y en las sustancias ilícitas, lo que conlleva a la aparición de la violencia y el riesgo de caer en alguna acción delictual con el fin de conseguir dinero y proseguir en el vicio.
El Gobierno puso en práctica, previo a la pandemia, el programa "Elige vivir sin drogas", con el fin de prevenir el consumo de estas sustancias entre los escolares, con un plan inspirado en un exitoso modelo de prevención desarrollado en Islandia, que recoge el aporte de las sociedades médicas y científicas e incorpora la experiencia de la sociedad civil, de los municipios y del Estado. Lamentablemente, la situación epidemiológica ha interrumpido en parte ese programa, que se basa en las familias, a las que se les entregan instrumentos eficaces para cuidar y proteger a los niños; las escuelas, con programas preventivos que involucran a alumnos, padres y profesores; una mejor oferta pública de actividades, para que los niños y adolescentes tengan más y mejores oportunidades deportivas, culturales, recreativas y comunitarias a las cuales dedicar su tiempo libre.
Ayer, la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia de Chile advirtió que la disminución de la percepción de riesgo, el alza en la potencia de la marihuana y los intentos de legalizarla han demostrado ser alicientes para el consumo. No es un tema de libertad, sino de consecuencias.