"La nueva Constitución permitirá modernizar muchos conceptos"
El ingeniero agrónomo estuvo la semana pasada en la Región del Biobío y visitó algunos proyectos emblemáticos. Insistió también en la necesidad de incentivar las capacitaciones.
Hasta Biobío y Ñuble llegó hace unos días Álvaro Eyzaguirre, director ejecutivo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura dedicado a impulsar la innovación en el sector silvoagropecuario y la cadena agroalimentaria asociada.
En su visita, el ingeniero agrónomo aprovechó de examinar una serie de iniciativas emblemáticas, entra las que destaca un sistema autónomo para la ventilación de colmenas. "Con este instrumento la colmena se transforma en una colmena inteligente, es decir, ayuda a enfriarla o a mantenerla con la temperatura adecuada. Esto tiene un impacto súper importante", remarcó.
Así como este proyecto, FIA registra 20 a lo largo de la Región, además de otros dos que se sumaron recientemente luego de una última convocatoria nacional. En total, el aporte de la Fundación a nivel local alcanza los $4.100 millones.
-¿Cuáles son los desafíos que debe asumir una región como Biobío en materia de innovación agraria?
-Históricamente, el rubro agrícola ha sido uno de los que menos innovación realiza, y eso es bien sorprendente. Nosotros hicimos un análisis de cuáles son las causas y nos dimos cuenta de que, más allá del financiamiento, tenemos que apoyar el tema de las capacitaciones.
-¿Qué falencias observa hoy dentro de ese ámbito? ¿Dónde hay que profundizar los esfuerzos para robustecer el sector?
-La innovación requiere entender cuál es la mejora en el proceso o en el producto, es decir, que agrega valor, que tiene un impacto y que puede terminar como un piloto. Lamentablemente, eso no es parte del currículum escolar o de lo que se aprende en la universidad, salvo que exista un diplomado o un postgrado. En general, la innovación no se enseña y eso lo hemos tomado como un gran desafío. Por lo mismo, en dos años ya hemos visto cómo la calidad y la forma en que se presentan los proyectos a las convocatorias son de mucha mejor calidad.
Otro de los temas cruciales que mencionó Eyzaguirre y que necesitan ser potenciados tiene que ver con la falta de información y la generación de redes, a fin de que los innovadores sepan sobre las alternativas de mercado, precios internacionales y factibilidad técnica, o se conecten aún más con la academia.
-Pronto se comenzará a redactar una nueva Constitución. ¿Qué rol cumplirá este proceso en el desarrollo local de la innovación agraria?
-La nueva Constitución permitirá modernizar muchos conceptos y principios que, quizá, hemos arrastrado durante muchos años. Esto traerá una mirada más moderna de los actuales desafíos. En ese sentido, creo que será algo muy positivo, pues habrá una fotografía de los retos, necesidades e inquietudes.
-¿Y cómo se podría fomentar una mayor descentralización en la generación de este tipo de iniciativas?
-Nosotros tuvimos que reajustar nuestro número de empleados para disponer de las vacantes y ocuparlas en regiones. Eso nos ha permitido tener profesionales de las regiones, lo que ha posibilitado transmitir los desafíos y las necesidades, además de difundir los instrumentos disponibles y capacitar a la gente. Es importante trabajar con profesionales de cada uno de los territorios, ya que eso hace que se puedan defender las iniciativas que surgen en cada zona.
ESCASEZ HÍDRICA
-¿Cuál es su proyección respecto a la disponibilidad de recursos hídricos en la zona?
-Somos un país tremendamente vulnerable y el cambio climático nos va a pegar, aunque ya nos está pegando más fuerte que a otros países. En ese sentido, tenemos que mejorar la gestión hídrica y aprovechar todas las tecnologías a mano: sensores, sistemas de riego o la integración de fotos satelitales con estaciones meteorológicas, en donde se pueda integrar el desarrollo de un cultivo con la necesidad de cada localidad. A veces uno se espanta, por ejemplo, con la inteligencia artificial, pero hoy es una realidad.
-¿Qué elementos innovadores se deben impulsar desde la Región para evitar un escenario de escasez?
-Ahí hay una necesidad de eficientar lo que ya hay. Por ejemplo, la administración de los canales se puede llevar a cabo a partir de la telemetría. Por otro lado, se podría tener una medición de los caudales o desarrollar riegos mecanizados. Todo eso es una tremenda oportunidad para Biobío en el contexto de hacer de ese recurso tan escaso algo súper eficiente.
-¿La carretera hídrica es una opción?
-Tengo mis aprehensiones respecto a la factibilidad técnica, pues eso significa expropiaciones y todo un manejo del territorio. Lo veo muy complicado. Ahora, hay otro proyecto interesante que también considera los cauces del Biobío, pero que busca canalizar sus aguas justo antes de que lleguen al mar. Ahí, unas mangas enormes podrían canalizar el recurso por medio del suelo marino y llegar hasta las zonas de necesidad, aunque, igualmente, se producen cuestionamientos.