"Necesitamos ampliar la mirada desde una visión urbana del desarrollo a una territorial"
La secretaria de Estado sostiene la idea de robustecer los conceptos asociados al mundo rural y al agua. Además, adelanta la generación de instancias de diálogo con alcaldes locales y actores del agro.
Dos debiesen ser las aspiraciones del sector agro de cara a la elaboración de la nueva Constitución, según la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga. En conversación con EL SUR, la autoridad plantea que es vital que en este proceso se pueda avanzar en caminos que permitan acortar las brechas y potenciar el desarrollo del mundo rural, pero desde perspectivas económicas, sociales y ambientales. A eso suma el tema del agua, "aspecto gravitante para la agricultura".
Por lo mismo, dice que es importante ampliar ambos conceptos a lo territorial, a fin de vincularlos con la descentralización, otro de los ejes que prometen ser discutidos con fuerza entre los 155 convencionales recién electos.
-¿Preocupa que esta discusión se "urbanice" mucho?
-Justamente. Nosotros queremos que esta Convención sea una oportunidad de llevar esa diversidad a la discusión y que no se concentre en la problemática de las grandes ciudades. Queremos llevar la particularidad del territorio y el complemento necesario desde las ciudades y los territorios menos densos para aportar al crecimiento. Para eso necesitamos ampliar la mirada desde una visión urbana del desarrollo a una visión territorial.
-¿Se le ha dado al sector rural la importancia que merece? La pandemia, por ejemplo, puso en evidencia un grave problema asociado a la digitalización.
-Hoy se ha hecho evidente la brecha en acceso a conectividad digital entre los mundos urbanos y rural. Eso sí, se ha profundizado el trabajo con los distintos ministerios para llevar fibra óptica a las cabeceras de las comunas rurales. También hay programas de última milla.
-El exministro Walker decía el año pasado que "le vemos gran potencial agrícola, frutícola, vitivinícola, ganadero y hortícola a Biobío". ¿De qué depende alcanzar ese objetivo?
-Muchas veces vemos que el cambio climático es negativo, pero en el caso de las regiones del sur es lo contrario, ya que ha ido cambiando el clima y permitiendo el desarrollo de cultivos de mayor valor comercial, como los frutales. Ahí hay dos cosas, tenemos que tener acceso al agua, porque esto también nos ha traído situaciones de estrechez hídrica. Por otra parte, hay un desafío en materia de investigación y desarrollo.
-¿Está de acuerdo con implementar una carretera hídrica en el país? Ese un tema que ha generado bastante polémica.
-Desde el Ministerio estamos viendo distintas formas, porque la decisión de la carretera hídrica está en Obras Públicas. Estamos en un país que mira el mar y creemos que tenemos grandes posibilidades de acceder a la desalinización del agua, por ejemplo (...) Si nos queremos proyectar como un país sustentable en la producción de alimentos, tenemos que buscar nuevas fuentes y ver cuál es la mejor forma. Estamos abiertos a analizar las distintas alternativas.
-¿Qué significó para Biobío dividirse político-administrativamente con Ñuble? ¿Cree que eso tiene algún efecto en despotenciar la sinergia agropecuaria entre los territorios?
-Si bien están divididos administrativamente, en el caso de Agricultura tenemos un trabajo bastante coordinado entre los seremis. Estamos empujando una visión territorial que responde poco a los límites administrativos.
VIOLENCIA EN ARAUCO
-¿Qué sensación le deja la violencia que afecta a la Provincia de Arauco y que toca muy directamente a empresarios del rubro forestal y agrícola?
-Primero hay que lamentar y condenar cualquier acto violento, porque esa no es la forma de resolver los problemas. Desde Agricultura somos bien enfáticos en separar la violencia y las legítimas demandas de los pueblos indígenas. Ahí como Ministerio tenemos mucho que hacer.
-¿Cómo?
-En coordinación con el intendente, los seremis y los alcaldes. A nivel territorial hoy estamos promoviendo algunos diálogos para que podamos, en torno a la tierra, el agua y los bosques, trabajar en un camino de futuro con ellos.
-¿Qué características tienen estos encuentros?
-Son encuentros que todavía no se inician a nivel del Ministerio. Como cambiamos alcaldes, estábamos esperando eso para poder acercarnos a las autoridades locales y comenzar un diálogo que haga sentido en el territorio, siempre entendiendo la actividad agropecuaria-forestal y que somos puente a las necesidades más amplias. Eso lo queremos levantar con los alcaldes para ver cuál es la forma que les hace sentido a ellos, cuáles son los actores que creen hay que incluir (...) Hay que priorizar las necesidades y trabajar juntos. Las soluciones no vienen solo de un sector.
-¿Y qué ocurre con los empresarios del agro y forestales afectados por la violencia?
-Hay algunas iniciativas de seguros que está trabajando el subsecretario (José Ignacio Pinochet). Además, nos estamos coordinando con las distintas autoridades regionales que están viendo el tema.
-¿Cuánto pueden afectar estas situaciones al desarrollo económico del Biobío?
-El análisis es complejo, porque uno muchas veces cae en el análisis del costo puntual de lo que un atentado significa.