De Qué Leo a Página 128: la aventura librera de dos chillanejos en la ciudad
La de esta pareja es una historia que vale la pena descubrir, y más cuando hoy se conmemora el Día Internacional del Libro.
Parte de sus 39 años, Sebastián Pérez los ha dedicado a la literatura, principalmente a satisfacer sus deseos lectores, los mismos que lo fueron llevando a géneros como la ciencia ficción y fantasía, como también hacia aquellas plumas que han escrito las letras contemporáneas.
"Escritores editados por Anagrama, Impedimenta o Alpha Decay", ilustra este ingeniero formado en las aulas de la UdeC, sobre las casas editoriales a las que siempre presta atención.
De ahí el cariño y la conexión que sintió con la capital regional, desde que se instalara como estudiante a inicios del 2000, trasladado desde su natal Chillán.
"Concepción me encanta, encuentro que es una ciudad muy relacionada con la literatura, lo cultural y nos gusta para vivir, porque la siento a escala humana. Tiene de todos, encuentras todo en barrios muy bonitos", comenta, quien desde 2015 tiene residencia local, junto a su mujer María Alime Sentis.
De hecho, Pérez "volvió" a la zona, luego de titularse y transitar entre Antofagasta y Santiago (2007-2015) desarrollando el ámbito profesional ingenieril. Pero las letras fueron más fuertes, posiblemente, pues el arribo a la zona tenía como objetivo instalar Qué Leo, la librería que abrió sus puertas en el corazón de la Plaza Perú, hacia fines de 2015.
Contando con la franquicia del espacio capitalino, la pareja tomó la decisión y el riesgo de llegar a la capital penquista. "Si bien nos gustaba la literatura y los libros no conocíamos bien su funcionamiento práctico. Entonces, asociarnos a la franquicia de Qué Leo fue una forma rápida de aprender cómo funcionaba una librería y generar contactos con editoriales. Finalmente, era una marca que ya tenía un conocimiento en el público, por lo que también no partíamos desde cero", señala Pérez, sobre la instalación de un espacio literario que tuvo los argumentos para escribir su historia hasta diciembre del año pasado.
NUEVOS RUMBOS
Con la experiencia ganada en cinco años, Sebastián Pérez sintió que era el momento de emprender una aventura propia, siempre en lo literario, asumiendo el buen fluir de los últimos cinco años.
Lo anterior se concretó en Página 128, nombre del nuevo espacio inaugurado en enero pasado, buscando una identidad más local. "La decisión la tomamos (con Alime) porque hace tiempo nos daba vuelta el tema identitario, para salir de lo que era una marca que no tenía un arraigo propio y nuestro", explica, quien durante el último año fue dando curso a la idea.
"Sabíamos que nos estábamos arriesgando, pero lo concretamos en diciembre y el 1 de enero partimos como Página 128", dice, indicando que el nombre de la nueva librería responde a la dirección del local (Paicaví 128).
"También está el simbolismo de dar vuelta la página e iniciar un nuevo capítulo en este proyecto", acota, quien igualmente encuentra graciosas las lecturas de algunas personas a relacionarlo con la página de alguna novela en particular. "Resulta un juego muy entretenido", apunta Pérez, quien para esta aventura cuenta con las dos tradicionales colaboradoras.
- Una continuación aceptada.
- Afortunadamente, la recepción del público ha sido súper buena. Mucha gente lo entendió como una transición natural (buscando la identidad). Creo que siempre hemos sido la librería de la Plaza Perú, y eso no ha variado en todos estos años.
- ¿Y la venta remota?
- Ha funcionado, finalmente, es una medida de mitigación, porque cuando la librería está cerrada y por la página web no alcanza a compensar el nivel de ventas que se tiene cuando está abierta, con el tránsito de gente es otra cosa.