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-¿Y le parece mejor idea retirar los fondos de cesantía? Finalmente, también es la plata de la gente.
-Yo creo que esa propuesta de Joaquín Lavín, que en el Gobierno hemos analizado detenidamente, merece ser vista con seriedad. Es un camino alternativo respecto a tener que utilizar las platas del ahorro previsional de los chilenos y es algo que en la etapa en la que estamos hay que ir viéndola con la seriedad que amerita. La entendemos más como una idea de complementar y llegar con ayuda a un sector muy importante de chilenos a los cuales todavía no les están llegando con toda su magnitud los beneficios para enfrentar la crisis. Es un camino que el Gobierno no ha abandonado, pero por el momento estamos prefiriendo optar por el uso exclusivo de los recursos del Estado. Estamos actuando con una mirada responsable de futuro en términos de no gastarnos todo ahora. Porque nadie sabe el devenir de este virus tan errático y peligroso que nos está afectando. Quién sabe cómo estaremos en agosto o septiembre. Entonces, puede ser que sea necesario implementar nuevas ayudas en el futuro cercano y por ende tenemos que ser cautos en guardar recursos para eventuales situaciones peores.
LAS CRÍTICAS
-¿Cómo tomó las críticas a su nombramiento?
-Estoy seguro de que muchas de las caricaturas que se construyeron respecto a que yo soy una persona muy dura, que no tendría capacidad de lograr acuerdos, va a quedar en el olvido. Tengo una tradición democrática de 30 años en el Parlamento, de haber sido elegido con altísimas votaciones durante ocho elecciones y de haber alcanzado grandes acuerdos con la oposición en el Parlamento. Tengo sin duda una vocación de entendimiento y no de enfrentamiento, tengo una vocación de escuchar y no de imponer, y sin duda una de incluir y no excluir a nadie, de forma que esas son los parámetros con los que estoy actuando y con los que he actuado en mi vida política.
-No sólo fue tildado de duro, sino que de "homofóbico", de "votar siempre en contra de los trabajadores" e incluso de haber sido "informante de la CNI". ¿Qué le dolió más?
-Son todas mentiras. Yo le agradezco esa pregunta porque son todos hechos falsos. Ninguno de ellos tiene asidero en la realidad. Ninguna de aquellas cosas que se relatan me involucra a mí, en ninguna está mi nombre. Ha habido la intención de un escritor y de sectores políticos muy radicales que pretenden enlodar mi trayectoria adjudicándome hechos en los que no tengo participación alguna. Mi nombre no está en ninguna parte de las cartas u oficios que se mencionan, no soy destinatario. Me adjudican una participación en tiempos que yo fui secretario de la Juventud (en la Secretaría de la Juventud), en circunstancias de que ya era hace un año que alcalde de Pudahuel. En fin, no quiero entrar en el detalle, sólo quiero decirle que son hechos falsos, que en ninguno de ellos estoy involucrado y responden a una acción de sectores extremos que incluso buscan hechos falsos parea tratar de perjudicar a una persona. Así que no me preocupan más que eso, sólo quiero señalar que son injuriosos y falsos y que por consiguiente totalmente ajenos a lo que ha sido mi conducta pública.
-¿Y cuando le dicen pinochetista, qué siente?
-Yo creo que haber sido alcalde en el Gobierno del presidente Pinochet no me inhabilita para actuar en la vida pública, porque mis credenciales democráticas son vastas y de muchos años. Yo me he sometido al veredicto popular y por algo he sido elegido de forma democrática en comunas del mundo popular. Tengo el orgullo de haber sido alcalde de Pudahuel. Es más, la alcaldía de Pudahuel fue la plataforma que me permitió llegar al mundo social, al de la gente más vulnerable y ellos valoraron mi trabajo, mi forma de ser. Tanto, que inmediatamente terminada mi alcaldía designada fui validado y elegido democráticamente el año 89-90 y de ahí nunca más me permitieron irme y me reelegían y me reelegían, de tal modo que por algo será, no lo habré hecho tan mal.
-¿Y se definiría como pinochetista?
-Yo no soy "ista" de nada. Yo tengo una visión amplia en general de la vida. Creo que el gobierno militar tuvo luces y sombras. Tuvo cosas positivas y otras muy negativas, como en general lo tienen los gobiernos y las personas. El gobierno militar terminó hace ya más de 30 años, la intervención militar del 73 fue hace casi 50 años, así que creo que seguir mirando el Chile actual desde la perspectiva de décadas atrás es una mirada que yo creo que hay que superarla. Uno tiene que poner la mirada en el presente y en el futuro, en los desafíos. Si usted me pide una definición, soy un chileno de buen corazón con toda la fuerza y ganas de trabajar por mi patria y especialmente en la tarea que ahora me convocan, que es darles trabajos dignos y pensiones dignas a los chilenos.
"Ha habido la intención de un escritor y de
sectores políticos muy radicales que pretenden enlodar mi trayectoria adjudicándome hechos en los que no tengo participación alguna".