Educación técnica usa simuladores para formar durante la pandemia
Las instituciones de la zona reconocen que el denominado estallido social y luego la emergencia sanitaria generaron una merma en las matrículas y una fuga de estudiantes. Sin embargo, afirman que hicieron los ajustes necesarios para cumplir con los planes y ayudar a adquirir destrezas.
Por Alma Canales Silva / alma.canales@diarioelsur.cl
A Diego Rodríguez (21) le gustaba la construcción. Conocía del tema porque su papá trabaja en el rubro. Pensó que sería una buena idea estudiar técnico en construcción en la sede San Andrés del Duoc. Se matriculó en 2019 en el curso vespertino. Ahí lo encontró el denominado estallido social. Luego vino la pandemia. Entre las restricciones de movilidad y la suspensión de las clases presenciales decidió congelar su carrera y retomarla cuando las cosas volvieran a la normalidad. Mal que mal optó por ingresar a la carrera por el componente práctico que tiene.
Diego no fue el único que pensó eso. Así lo muestran las cifras de matrículas del Consejo Nacional de Educación, CNED. Si en 2019 unas 34 mil 866 personas ingresaron a algún Centro de Formación Técnica (CFT) o Instituto Profesional (IP) de la Región, el año pasado la cifra bajó a 32 mil 460. Para este cálculo se consideran seis CFT y doce IP.
Los totales de 2021 aún no están consolidados, pues las matrículas se cierran oficialmente el 17 de este mes, pero desde los mismos centros -como Duoc, CFT Lota Arauco, el IP Virginio Gómez y Santo Tomás- confirmaron que estos dos últimos años han tenido una merma en alumnos.
Roger Sepúlveda, rector de Santo Tomás y coordinador regional de Vertebral, organismo que reúne a la educación técnica de nivel superior, menciona que "esto fue un choque importante en la matrícula. Hubo bastante retiro, a nivel nacional fue alrededor de un 10%".
Los centros saben que el corazón de las carreras técnicas es la práctica. Por eso los programas que registran mayor fuga de alumnos son aquellos que tienen más ramos de ese tipo, como los del área mecánica, industrial o salud.
Para cumplir de todas formas con los currículos han adoptado distintas estrategias para entregar los conocimientos a los estudiantes, estrategias que van desde la capacitación de los docentes para la realización de clases virtuales hasta la entrega de becas de conectividad, préstamo de equipos y el trabajo con software de simulación.
Razones
El CFT Lota Arauco lleva tres semanas de clases. Hay 2.070 alumnos matriculados, de los cuales 970 son estudiantes nuevos. Corresponden al 94% de los cupos considerados para este año.
Patricio Pérez, rector del organismo, menciona que la pandemia llevó a muchos alumnos el año pasado a congelar o retirarse. Esto se dio en las 12 carreras que dictan y que están disponibles en sus dos sedes (aunque en Arauco hay cuatro programas solamente).
Según Pérez, esto se explica por varias razones: "Hubo un grupo de estudiantes que inmediatamente abandonó. Unos porque no tenían cobertura, así que no había nada que hacer, aunque nosotros les consiguiéramos equipos y planes de internet. Lo segundo es la alfabetización digital. Hay una segmento de personas más adultas a las que les costó mucho. Los que se quedaron dijeron que iban a volver cuando pase la pandemia. Otros no tenían las condiciones económicas".
Pérez comenta que esta última situación fue la que primó en la mayoría de los casos. "Se han entregado becas de conectividad, pero no podemos luchar con las familias que se quedan sin trabajo y tienen otras prioridades antes que estudiar", agrega.
En Santo Tomás la experiencia fue similar, indica el rector Roger Sepúlveda: "Las carreras donde hubo mayor deserción fue en las que tenían mayor componente práctico. Pero no debemos mirar en menos el impacto económico de la pandemia, porque muchos estudiantes tuvieron que retirarse porque perdieron su trabajo o para aportar a sus familias trabajando".
Alrededor de un 11% de los matriculados se retiró o desertó durante 2020. El CFT se vio más complicado que el IP, reconoce.
Sepúlveda plantea que las políticas públicas no favorecen al estudiante técnico superior, pues "el estudiante universitario tiene más acceso a becas y beneficios que uno de CFT e IP".
Adecuaciones
El campus Arauco de Duoc lleva cinco años de funcionamiento. Tiene una oferta de seis carreras, aunque su sello está en las tres que presentan un modelo educacional dual, el que implica que los estudiantes pasan dos de los cinco días de clases en la planta de la empresa Arauco, con quien desarrollan los programas.
Esta fue la primera dificultad que tuvieron que sortear, afirma Rodrigo Viveros, subdirector académico de la sede. "Con la pandemia hubo una primera etapa donde tuvieron que hacerse adecuaciones, porque lo principal fue resguardar la seguridad y la salud. Ahí la virtualidad fue el mecanismo para enfrentar esta situación de aprendizaje mixto, presencial y a distancia".
En las carreras como electricidad y automatización industrial o mantenimiento electromecánico, que tienen un componente práctico sí o sí, se suspendieron las visitas a planta. La solución fue rediseñar la experiencia y trasladarla al mundo virtual a través de simuladores.
"Son para que los chiquillos puedan resolver problemas. Eso se aborda en la carrera de electricidad y en mantenimiento. Con eso lo que buscas es que logren ciertas competencias asociadas a identificar problemas, resolver y proponer soluciones", explica.
En el campus San Andrés de Concepción hicieron algo similar. Aunque no tienen educación dual, sí hay carreras con un alto componente práctico y presencial.
Thomas Klischies, subdirector académico de la sede penquista de Duoc, comenta que después de una revisión de las mallas de las 33 carreras que ofrecen, determinaron qué podía hacerse de forma virtual y qué debía enseñarse de forma presencial.
Gastronomía es una de las carreras que requiere supervisión directa. Por eso, cuando partieron las primeras restricciones, una solución fue entregar cajas a los estudiantes con los ingredientes que se requerían para preparar un plato específico.
"Con la asesoría del docente en la clase virtual, el alumno pudo hacer la preparación en su casa, pero esto no se podía hacer con todas las preparaciones, porque el docente tiene que estar con el alumno", afirma.
En el CFT Lota Arauco, detalla el rector Patricio Pérez, lo primero que hicieron fue ampliar la red de servidores de soporte informático para que los estudiantes no tuvieran problemas para usar los software de simulaciones. "Esto es para todas las carreras. Las de administración usan un software contable donde los estudiantes simulan una empresa, tienen que ver los libros de venta. Los jóvenes de mecánica practican soldadura en software para ello. Otros trabajan en Autocad, por ejemplo", menciona.
Actividades pendientes
Salud es una de las áreas más complicadas porque requieren interactuar con personas. Por eso son estas carreras donde hay actividades pendientes hasta que se levanten algunas de las restricciones de movilidad.
Thomas Klischies, subdirector académico Duoc sede San Andrés, dice que la solución que encontraron para suplir la suspensión de los campos clínicos fue la implementación de un hospital virtual en la sede. La experiencia implica que el alumno utiliza unos lentes 3D y un par de mandos. El año pasado se trabajó en pediatría y este año abordarán primeros auxilios.
Klischies remarca que como esas actividades sólo pueden hacerse en la sede, hay que esperar a que la zona avance en el plan Paso a Paso.
En el IP Virginio Gómez están en la misma situación. El rector Rolando Hernández cuenta que solicitó al Ministerio de Salud flexibilizar las restricciones para los estudiantes de esta área. "Hay muchos laboratorios, prácticas presenciales con fantones, mecánica dental, ahí en la práctica tienes que adquirir una destreza mecánica. Esas cosas se han frenado. En este instante tenemos 930 personas de enfermería que si Salud nos autorizara a hacer las prácticas acá, en siete u ocho semanas las podemos recibir y podrían entren a su internado en los hospitales", detalla.
Gastronomía es otra carrera con actividades pendientes, pues si bien hay algunas preparaciones que pudieron hacerse, hay otras que requieren que los alumnos estén en las salas de clases.
Para ello, indica Klischies, redujeron los aforos a la mitad y una vez que se levante la cuarentena programarán los talleres para los estudiantes.
Más adaptados
El 2020 fue un año convulsionado y de aprendizaje. Las instituciones tuvieron que revisar sus planes y adaptarlos, los docentes aprendieron cómo hacer sus clases a distancia y los estudiantes, cómo adquirir los conocimientos con esta nueva fórmula. Todo esto estuvo cruzado por el temor al covid-19.
Este año ya hay más certezas sobre la enfermedad, hay protocolos claros y la comunidad educativa ya está más acostumbrada a la virtualidad. El rector del Virginio Gómez, Rolando Hernández, lo resume así: "El año pasado se matriculó un buen grupo de personas y después se fueron muchos. Veníamos saliendo del estallido social. Había menos experiencia para abordar esto, también menos información sobre la enfermedad y andábamos todos más paranoicos. Este año hemos llenado todos los cupos y tenemos una retención mejor que el año pasado".
En Duoc ocurrió lo mismo, según el subdirector académico de la sede Andrés. Prueba de ello es que Diego Rodríguez, que congeló en 2020, ya inició los trámites para retomar técnico en construcción.
El rector del CFT Lota Arauco pide una sola cosa: "Que las empresas entiendan que estas generaciones probablemente no vengan tan bien preparadas, pero en la parte transversal esperamos que vengan bien".