Bajar de peso: No basta con dejar de comer
Para adultos con hábitos sedentarios, la OMS recomienda entre 150 y 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física de intensidad vigorosa como mínimo en la semana.
El aumento del consumo de carbohidratos a causa de la ansiedad y la disminución de la actividad física debido a las restricciones sanitarias han generado un alza en el peso de muchos. La llegada del verano, que conlleva usar menos ropa y más delgada, ha dejado en evidencia esos molestos rollos que afectan la salud y la autoestima. El riesgo es iniciar un plan de reducción del peso sin orientación profesional.
Yazmina Pleticosic Ramírez, académica de Pedagogía en Educación Física de la Universidad San Sebastián, comenta que, en el verano, "las personas se preocupan más de su condición y aspecto físico, y comienzan a implementar restricciones alimentarias y a realizar actividad física sin considerar que es necesario asesorarse con profesionales del área de la actividad física y la nutrición para que estas medidas no afecten la salud".
La docente puntualiza que, para obtener beneficios en la reducción de grasa corporal o "bajar de peso", se debe utilizar una estrategia que combine ejercicio físico y dieta, ya que el primero por sí solo puede que no contribuya a la pérdida de peso deseada. Por otro lado, indica que se sabe que el ejercicio físico puede incrementar la masa muscular y que, en términos prácticos, ésta pesa más que la grasa.
"El ejercicio físico es fundamental en los planes de pérdida de peso como también para mantenerse saludable, porque contribuye a preservar la masa muscular, mantener la pérdida de peso por más tiempo y aumenta la movilización de la grasa abdominal", sostiene la experta.
Para lograr bajar de peso se debe alcanzar un desbalance energético. "Entre dieta y ejercicio, debiera fluctuar entre 500 a 1.000 calorías diarias, para producir una pérdida de peso no mayor a un kilo a la semana, pero solo a través de terapia combinada y con la asesoría que requiere cada persona", explica la académica.
Agrega que los resultados pueden ser mejores en la medida en que se implementen cambios en la conducta y en los estilos de vida, además de desplazamientos activos e incluso el uso de la tecnología. Respecto de los programas de ejercicio, éstos deben combinar la fuerza y resistencia aeróbica para mejorar la capacidad funcional en el tratamiento de la obesidad.
Yazmina Pleticosic indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha entregado nuevas directrices sobre actividad física y hábitos sedentarios para adultos. La recomendación es hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física de intensidad vigorosa como mínimo en la semana, añadiendo dos o más veces actividades de fortalecimiento.
Finalmente, la académica USS y magíster en Educación Física, entrega las siguientes recomendaciones para tener éxito en programas de ejercicios físicos enfocados a la reducción de peso:
Hacerse un chequeo previo a iniciar el programa, pues se deben realizar evaluaciones iniciales de parámetros de la condición física, composición corporal y de nivel de actividad física, con profesionales del área.
Realizar programas basados en ejercicios aeróbicos, de fuerza y flexibilidad.
Tener presentes un régimen alimentario y terapia psicológica en caso de que sea necesario.
Realizar evaluaciones de seguimiento, para realizar las adaptaciones necesarias en el programa de entrenamiento.