Para el docente de la Universidad San Sebastián Lucas Serrano la elección de gobernador regional es la que mayor impacto generará este 2021 en el Biobío, especialmente porque -a su juicio- la designación de autoridades desde Santiago ha traído problemas e inoperancias. "Ciertamente el gobernador regional no va a suplir todo eso, pero sí es un paso en la dirección correcta, tener una persona que pueda golpear la mesa y no deber esa lealtad al nivel central", señala.
El analista político reconoce que, al tratarse de un nuevo cargo, no hay nada escrito sobre cómo ser un buen gobernador regional y los primeros que ostenten el cargo van a poder ir marcando cierta jurisprudencia e ir explorando las capacidades y limitantes del puesto, así como ver el peso mediático que tiene.
Serrano insiste en que "tampoco tenemos un estilo favorito o el que funcione más, no sabemos aún cuál va a ser el más útil". Y sobre las características de quien ostente este cargo, comenta que lo principal es la capacidad de poner a la Región por sobre su militancia partidista y decidir en favor de la gente, las demás características dependerían de lo que busquen los votantes.
Pero el director de Asuntos Públicos de Observa Biobío no cree que en el corto plazo la Región del Biobío cambie. "No creo que el 2021 sea un giro de 180 grados para la Región, es más un proceso de transición, porque hay que entender que en el marco institucional que van a asumir, con todas las falencias que tienen, con un año de pandemia; en Chile uno se da cuenta que las institucionalidades cuando parten se demoran en agarrar ritmo".
Lo anterior, porque pese a que ya comenzó el proceso de vacunación por la covid-19 en el país, al menos el primer semestre del 2021 va a seguir estando marcado por la pandemia y por la reactivación económica por la crisis en esta área provocada por la emergencia sanitaria.
De todas formas, Serrano plantea que se tiene que trabajar en potenciar el empleo, sobre todo en la provincia de Arauco y de Biobío, donde la situación económica ha estado más compleja, a lo que sumó una lógica presupuestaria para impulsar programas, como sería acelerar la Ley de Rentas Regionales. "Poco a poco ir generando cierta lógica de trabajo colaborativo, incluyendo a las personas en lo que se pueda, hacer consultas más participativas y que después esos resultados se vean tributados en algo, plantear una institucionalidad que convoque a todos y nos sirva a todos", sentencia.