"Esto no ha terminado y se nos viene un mes de enero muy complicado"
El profesional afirma que la proyección local de contagios de covid-19 indica que las altas cifras continuarán, lo que mantiene estresado al sistema de salud desde diciembre. Asegura que la estrategia de trabajo en red es clave, porque a diferencia de lo sucedido en septiembre con los traslados pacientes desde la Región Metropolitana, hoy la alta ocupación de camas UCI corresponde solo a personas de la Región.
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La Región está viviendo los días más difíciles desde el inicio de la pandemia, en marzo pasado. Las altas cifras de contagios diarios, con un peak de más de 600 personas, así como la gran cantidad de casos activos con promedios sobre los 2.500 pacientes se traducen en un mayor requerimiento de atenciones médicas y, por ende, en un alza de los casos de más gravedad.
Carlos Vera Bugueño, coordinador de la macrozona sur de Redes Asistenciales y director del Servicio de Salud Talcahuano, asume esa realidad y detalla cómo se han implementado estrategias para abordar el tratamiento de los pacientes más complejos y que necesariamente deben ser internados en las unidades de cuidados intensivos de la Región. Además, rescata el trabajo realizado por los equipos de salud y asegura que la labor en red de los recintos asistenciales transformó a Biobío en una gran hospital, donde las derivaciones y traslados de pacientes evitarán el llamado dilema de la última cama.
-¿Se puede afirmar que estamos en el momento más complejo de la pandemia en la Región del Biobío?
-Sí, claro que sí. Hoy la Región está en el momento en el que el sistema ha estado más estresado o demandado. Hay que recordar que cuando nosotros empezamos la pandemia, en el mes de marzo, teníamos 60 camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y hoy en el sistema tenemos 205 camas UCI. En algún momento llegamos a tener 208, pero fue un momento específico por la llegada de pacientes de Santiago, para poder apoyar porque la Región Metropolitana estaba en una situación demasiado complicada y frente a esa situación teníamos que tener disponibilidad de camas para poder ayudar.
-De hecho, en septiembre se llegó a contar con 213 camas UCI.
-Llegamos a tener 213 camas, pero hoy lo que tenemos en estricto rigor son pacientes 100% de la zona, de la Región. Son alrededor de 130 pacientes covid locales que están en la UCI, entonces la situación es muy distinta .
-Considerando que la pandemia es una situación para la cual la red asistencial no necesariamente estaba preparada, ¿cómo ha sido este proceso de reconversión de camas desde marzo a la fecha,? ¿Ha requerido adaptar protocolos o ajustes permanentes?
-No ha sido fácil. Si sumamos las 205 camas UCI y las 137 camas de unidades de tratamientos intermedios (UTI) tenemos un total de 342 camas críticas, lo que primero que todo demanda recursos humanos. Un ejemplo es el Hospital de Curanilahue, que no tenía camas UCI y hoy puede complejizar hasta 8 camas UCI. Lo otro es que teníamos hospitales de mediana complejidad como es el Hospital de Lirquén, que nunca había tenido camas críticas y hoy tiene 6 camas UTI. Pero si nos preguntamos si estaban preparados para esto, claro que no estaban preparados. Tuvimos que capacitar a personal con cursos para intensivistas, internistas, tuvimos que hacer cursos de intubamiento para poder colocar la ventilación mecánica invasiva, hubo que preparar al personal local. Todo eso con algunos convenios con las universidades.
-¿No se ha solicitado apoyo de profesionales de otras regiones?
-No hemos tenido como Región nadie que haya venido de otras zonas a ayudarnos y una de las cosas que nos ha ayudado es que la Región tiene muchas escuelas de Medicina, que tenemos personas muy preparadas. Pudimos soportar y ayudar a Santiago sin necesidad de traer gente y estamos soportando el alto nivel de demanda, con contagios sobre los 400 diarios durante dos semanas, estamos dando la pelea.
-Son cifras altas para la Región.
-Es verdad, y por cierto que esto no ha terminado y se nos viene un mes de enero muy complicado. Pero creo algo que algo que ha ayudado mucho, pese a que todo esto ha significado un tremendo desgaste de las personas, es el nivel de profesionalismo, que ha sido importantísimo. Somos la Región que tiene la más baja letalidad con respecto a las personas hospitalizadas en camas críticas covid y eso habla muy bien de nosotros.
-¿Qué rol juega la coordinación con el área privada de salud en este proceso?
-Una de las características importantes que ha tenido Biobío, sin exagerar, es que hemos tenido una buena coordinación pública-privada desde un inicio. Por allá por el mes de junio o julio se les pidió a las clínicas privadas que aumentaran sus unidades de pacientes críticos al doble, lo que había sido solicitado por el Ministerio. Acá en la Región el 100% de las clínicas lo hizo, algunas incluso triplicaron la cantidad de camas que tenían en coordinación con el ámbito público. Como coordinador de la red estuve trabajando mucho en eso, porque significaba recursos humanos, equipos e infraestructura. Todo este contexto y todo este tremendo trabajo que hay detrás ha hecho que hoy podamos tener 205 camas críticas UCI disponibles para la Región.
EQUIPOS HOSPITALARIOS
-Una parte de los contagios corresponde a personas que integran los equipos de salud, ¿cómo se manejan las situaciones de posibles contagios y cuáles son los protocolos a seguir?
-Hay que partir de la base que todo lo que son las IAAS, es decir, Infección Asociada a la Atención en Salud, ha existido desde hace más de diez años, porque todo virus o bacteria siempre deben ser controlado dentro de los hospitales. Estas infecciones, conocidas como intrahospitalarias, son complejas y están asociadas a las Garantías Explícitas en Salud, a GES, porque para poder entregar atención a patologías GES se debe estar acreditado en distintas áreas y dentro de ellas está que deben tener todos los protocolos para infecciones intrahospitalarias. Ahora se amplió el protocolo a otras áreas, tenemos un proceso muy estricto y es tan así que las personas que atienden pacientes covid en las unidades de paciente crítico son las que menos efectos han tenido por contagios de paciente a funcionario. El control que se realiza en esa área es tremendo. Son camas que están en habitáculos totalmente sellados, con ventilación negativa con filtro para sacar de manera permanente el aire y para acceder se debe cumplir todo un protocolo. Lo más complejo es que el mayor número de brotes que hemos tenido han sido en áreas que no son de paciente crítico y normalmente con personas que se han infectado por vía comunitaria.
-Uno de los casos que ha marcado este tema es el del médico y director del Servicio de Salud Concepción, Carlos Grant, quien se encuentra internado desde hace semanas.
-Lo de Carlos es una situación que nos tiene muy tristes, estamos afectados en lo emocional, sobre todo porque él ha sido un gestor de la red asistencial de Concepción de muy buen nivel, siempre con gran disposición a ayudar. Él además está a cargo del Hospital Guillermo Grant Benavente, que es el más importante del sur de Chile, y trabajamos mucho en mi calidad de coordinador de la red asistencial. Nos tiene muy tristes. Pertenece a un grupo de profesionales que se han contagiado y que han estado gravísimos, pero el caso de él es más fuerte, porque está muy grave y nos tiene preocupados. Esperamos en Dios que salga adelante.
ESTRATEGIA Y PROYECCIÓN
-¿Cómo ha sido el proceso de reorganización de los turnos o de los procesos de trabajo para los funcionarios?
-Ha sido fuerte. Hay que tener en consideración que todos se han reinventado. Quienes trabajaban en pediatría han tenido que ir a la unidad de paciente crítico, hay personas que incluso han salido a terreno sin ser de la especialidad, pero han salido a ayudar. Los profesionales de la salud han sido increíbles en todo esto, un 7. Entonces los funcionarios se han ido reorganizando, hoy no tenemos tanta demanda en la urgencia, entonces los funcionarios se van reubicando en el establecimiento de acuerdo a las necesidades. Eso ha ameritado una tremenda gestión y los hospitales se han ido preparando por fases, es decir, si tiene 20% de ocupación de camas críticas se siguen ciertas directrices, si hay 25% de ocupación se siguen otras, hasta llegar a estos niveles, que estamos con un 90% de ocupación y que estamos trabajando full.
-¿Se ha mantenido una buena relación con los gremios en este proceso?
-Creo que hemos tenido una excelente relación, que mi visión es precisa, porque soy director del Servicio de Salud Talcahuano y sólo puedo hablar por esa área, pues hay que recordar que son tres servicios más. Pero en mi experiencia los gremios se han puesto en la línea, han trabajado muchísimo. Quienes están en cargos gremiales se han dedicado mucho a su labor, así lo veo en el Hospital Las Higueras, donde se han preocupado especialmente de buscar la forma en que los funcionarios se protejan más, cómo motivar para una mayor prevención y autocuidado, etc. En este aspecto tengo que decir que ha sido una muy, muy buena relación, es lo que yo veo, pero no sé cuál será la realidad de los otros servicios de salud
-El escenario actual es de alta ocupación y 100% de pacientes covid locales, ¿cuál es la estrategia para evitar que colapse la red asistencial?
-Lo que hemos potenciado es trasladar a los pacientes. En aquellos lugares donde hay mayor exigencia, como por ejemplo el hospital Guillermo Grant Benavente donde están los pacientes más graves, una vez que los pacientes van mejorando y van saliendo de la gravedad son trasladados. De esta forma, hemos ido llevando pacientes al hospital de Tomé, a Florida, desde Los Ángeles al hospital de Mulchén, etc. Se trabaja en red y desde ese punto de vista la Región del Biobío es un gran, gran hospital, todos han ido cooperando para salir adelante.
-¿Cuántos traslados se han realizado?
-Llevamos más de 340 movimientos de pacientes a nivel regional y hasta el día 25 de diciembre llevábamos trasladados a Santiago 105 pacientes de la Región, a otras regiones 47 y dentro de la Región 192 movimientos. Hemos movido fuera y dentro de la Región 344 pacientes porque hemos trabajado en red.
-Usted afirma que enero será un mes difícil, ¿hay una proyección para las próximas semanas?
-Sí, claro que sí. Si sacamos las cuentas, entre el 4 y el 5% de las personas que son casos activos de covid-19 están llegando a camas críticas. Si mantenemos 2.600 casos activos, debemos calcular que habrá 130 pacientes covid en camas UCI y hoy tenemos entre 130 y 137 y estamos dando abasto. Es decir, si se mantiene esa cantidad de casos activos podemos dar abasto, pero no podemos pasarnos de esa cantidad. La población también tiene otros problemas, hay patologías cardiacas, accidentes cerebrovasculares o accidentes de tránsito y por lo tanto las camas UCI no solo son para covid. Se debe entender que cuando alguien no se cuida , no toma las medidas de prevención, hay una posibilidad de que cuando se contagie ocupe una cama que tal vez un familiar requiere por otras enfermedades. Hoy estamos bien con lo que tenemos, podemos llegar a tener un 93 o 95% de ocupación de camas críticas, pero hay que seguir bajando los contagios, porque ahí está lo fundamental. Hoy el 95% de virus que están en el ambiente son covid, por lo tanto, cuando se le dice a las personas que se cuiden, que si les duele la cabeza o tienen ciertos síntomas consulten, no les debe caber duda que, en un 95% de los casos es covid.
"La vacuna requiere un periodo para ser efectiva"
-En forma paralela a las fiestas de fin de año arribaron las primeras dosis de vacunas al país. ¿Cree que este hecho puede generar una sensación de falsa seguridad en las personas?
-Eso es lo que no queremos que ocurra. Como tampoco hemos querido esa falsa sensación de seguridad dado que hemos estado a la altura como red asistencial del Biobío, porque nunca hemos tenido a ninguna persona con covid en los pasillos o en sillas, como sí ocurrió en Santiago alguna vez. Como en la Región del Biobío no ocurrían esas cosas temíamos que las personas pensaran que eso pasaba en otras partes. Por supuesto que ahora nos genera preocupación esta otra situación. Lo que se debe entender respecto de las vacunas es que primero se va a vacunar el personal de salud, no a la población en general, ya que hay que proteger a los equipos de salud que son los que nos sostienen a todos nosotros. Lo segundo es que son dos dosis y estos primeros vacunados recibieron la primera dosis los días 25 y 26 de diciembre, y la segunda dosis la recibirán el 15 y 16 de enero. Es decir, la vacuna requiere un periodo para ser efectiva, no es que todos queden de inmediato inmunizados.
-De hecho, se anunció que los grupos se priorizaron y otros que no se incluirán.
-El Presidente de la República ya ha dicho que serán, por ejemplo, los adultos mayores. Hay que pensar que los niños menores de 16 años no se van a vacunar, entonces podrían ser vectores del virus de todas maneras, es un grupo que tiene muy baja letalidad y en el cual no se ha probado la vacuna. La población recién el segundo semestre del próximo año podría estar vacunada, entonces esto no ha terminado. Es verdad que la vacuna es una tremenda luz de esperanza por una gran gestión, somos uno de los primeros países en el mundo que nos estamos vacunando y eso nadie lo puede negar, pero hay que seguir con la prevención de contagios. Ahí tenemos una gran responsabilidad.