Al comenzar el nuevo año, en un periodo tan excepcional, hay un hecho que marcó el 2020 y que quisiera destacar en una de sus aristas, por la importancia que reviste para el país, y que podría traducir como el gran deseo para el futuro de Chile: elaborar una nueva Constitución. No obstante, parte del actual contexto resulta preocupante: la marcada polarización y los altos niveles de intolerancia en el debate público.

¿Cómo construimos unidad nacional? Estamos llamados a buscar la unidad, a fortalecer la conciencia de la democracia, la confianza en las instituciones y el ejercicio de la ciudadanía. Asimismo, y paralelamente con ello, requerimos proyectarnos, Chile y los chilenos, a largo plazo, en los diversos aspectos sociales, económicos, culturales, de innovación y educativos, de tal forma de concretar un bien común sostenible y sustentable en el futuro. Por ello proponemos construir una Estrategia Nacional de Desarrollo de Chile.

Esta construcción debería ser participativa e inclusiva, de todos y para todos. Participativamente, es decir promoviendo la consulta de opinión de los ciudadanos, considerarlos y escucharlos. Inclusiva, sin excluir a ningún segmento de la sociedad civil.

Considerando la lógica natural las redes sociales, tenemos que romper prejuicios, discriminaciones, marginación y exclusiones, y ser conscientes en cada debate de que el diálogo y la participación de miradas, muchas de ellas diferentes a la propia, son necesarias para crear acuerdos, soluciones o cambios duraderos y aceptados ampliamente.

El país se construye entre todos y para todos. Es lamentable presenciar cómo muchos sectores de la población se agrupan entre pares, considerándose frecuentemente los verdaderos patriotas, auto-reafirmando sus opiniones y marginando a los que piensan distinto. No podemos "eliminar" a los disidentes; eso es para las dictaduras.

En principio, no existen ideas ni valores que prevalezcan sobre las otras, ni tampoco supuestos "verdaderos chilenos" que impongan aquello a los que hipotéticamente no lo son. Siguiendo al filósofo de Harvard, Michael Sandel: las grandes convicciones morales y religiosas deben ser parte del debate sobre cuestiones públicas y políticas. No podemos ni debemos construir un proyecto país solo para nuestro grupo, para aquellos que piensan igual como nosotros. Ese proyecto no sería integral ni inclusivo, sino que parcial y sesgado. Somos parte de una diversidad en que nadie sobra ni debe sobrar.

Ello implica construir un Chile para todos, en que se gobierne para todos, según estándares de bien común, sin hacer primar ideologías, ni intereses parciales u ocultos.

En resumen, que este 2021 sigamos cimentando un camino para un país más justo, fraterno y humano, con una democracia fortalecida y confiable.

En el libro Cómo Mueren las Democracias de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt (2018) se plantea que, a diferencia de lo observado en la década de los setenta y los ochenta, los autócratas no serán personas vestidas con uniforme sino que serán líderes que acceden al poder mediante los votos y estando en el cargo comienzan a asumir conductas antidemocráticas centradas en destruir a la oposición, en coaptar los demás poderes y en restringir las libertades ciudadanas.

Según estos autores son los partidos políticos lo que deben cumplir un rol de "cribado" de aquellos candidatos con historia y discurso antidemocrático. Es su responsabilidad, como parte de una élite política, velar por el correcto funcionamiento de la democracia legitimando a los rivales y autorregulando sus actos institucionales. Las conversaciones entre líderes de partidos políticos son fundamentales para perfeccionar las propuestas de ley en un proceso de negociación, que puede tener mala fama, pero que asegura en la mayoría de los casos una sinergia que favorece el bien común.

Entonces, si los partidos políticos son muy necesarios ¿qué les pasó a los nuestros?

Primero hay que considerar que la crisis es sistémica y que afecta a varios países del mundo. Manuel Castells, en su libro "La Ruptura: La crisis de la democracia liberal" (2018) lo plantea con claridad: dos tercios de los ciudadanos del planeta se sienten decepcionados de los políticos: hay una baja legitimidad y una alta indignación.

No es que los partidos políticos sean tercos, sino que la sociedad avanzó más rápido dejándolos "cojos" al momento de instalar temas en la agenda. La globalización, su poca comprensión del cambio técnico, la sobremitificación de los mercados, la captura de algunos grupos internos y externos, y su ceguera ante dimensiones emergentes como la desigualdad, la sustentabilidad, la equidad, el territorio, por mencionar algunas, los desconectaron de la realidad, generando el circuito decepción, menor legitimidad e indignación.

La militancia en Chile hoy alcanza el 6% de la población que puede votar. La clase política no se renovó sinceramente y la demostración de ello que es lo que sucedió en octubre del2019 y la prueba más cercana son los Independientes, los que creen sinceramente que pueden ser un aporte más pertinente para pensar el destino del País.

Necesitamos de (nuevos) partidos políticos que sean capaces de leer el escenario, de incorporar la savia nueva, sin coaptarlos, sino integrando visiones como legítimas y pertinentes. En una democracia compleja los partidos no son sólo una máquina para mover eficientemente la bandera en tiempos de elecciones, sino que son los garantes de la calidad y pertinencia de la discusión democrática.

Es urgente repensar el funcionamiento de los partidos políticos porque, lo que les sucede a estos, finalmente nos termina por afectar a todos.

De acuerdo a la Ley de Educación Superior, a partir de este año 2021 comienza un nuevo sistema de admisión. Al respecto, es importante reflexionar sobre la evolución del sistema de admisión a las Universidades en Chile y cuestionar su verdadera utilidad.

Durante la Colonia, la formación profesional estaba circunscrita a la Iglesia, siendo la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino y el Convictorio San Francisco Javier, las responsables de la formación en Teología, Arte y de sacerdotes y misioneros. El desarrollo cultural de la época impulsó la fundación de la Real Universidad de San Felipe, con cátedras de matemáticas, filosofía, medicina y derecho, permitiendo la formación de profesionales que atendieran las necesidades de la sociedad. En esos años, no existía un proceso de admisión, ya que la demanda de formación profesional era baja y reservada para la elite.

Fue en el año 1850 y hasta 1966, cuando la Universidad de Chile instaura el Bachillerato, como vía de ingreso a la Educación Superior. En esos años aún existía una escasa proporción de la población chilena con acceso a Educación Media y Universitaria, por lo que la aplicación de este instrumento se realizaba sin inconvenientes.

Al cabo de unos años, aumentó la demanda por Educación Superior, se crearon nuevas instituciones y sedes regionales y la aplicación de este Bachillerato comenzó a tener limitaciones teóricas y técnicas, por lo que en 1967 se implementó la Prueba de Aptitud Académica, un sistema centralizado, que seleccionaba estudiantes por aptitudes, como predictor de éxito en la Educación Superior. Sin embargo, este instrumento tenía limitaciones, ya que las aptitudes académicas dependen, principalmente, del entorno sociocultural, por lo que para lograr una población más homogénea se cambió el enfoque de la selección hacia contenidos curriculares, que en teoría deberían ser iguales para todos los estudiantes, dando origen en el año 2004 a la Prueba de Selección Universitaria.

Este cambio no logró disminuir las brechas en el acceso, persistiendo las inequidades y la segregación, lo que impulsó, recientemente, a realizar una nueva modificación al instrumento, creando la Prueba de Transición Universitaria, enfocada en competencias, con menos contenidos y preguntas y que además puede ser ponderada hasta con un 30% en el puntaje de postulación.

En síntesis, la aplicación de una prueba estandarizada, con menos contenidos y preguntas, en una población que no es homogénea, no terminará con los problemas estructurales de la Educación en Chile y tampoco se logrará otorgando mayor autonomía a las Universidades en los porcentajes de ponderación, sino más bien le traspasa el problema a estas instituciones, que tendrán que hacer esfuerzos adicionales, incluso con menos recursos, para nivelar contenidos en los primeros años.

Urge construir un Sistema de Educación de calidad, cuya admisión a la Educación superior vele por la equidad en el acceso, para terminar con la segregación que tanto daño le ha hecho a Chile.

Lunes 28 de diciembre: El Presidente Sebastián Piñera firmó ayer el proyecto de ley contra el crimen organizado, que cambia el concepto de asociación ilícita por el de asociación delictiva y asociación criminal, estableciendo penas diferentes para cada uno, sumado a la delación compensada por parte de los detenidos. La iniciativa presentada ayer "modifica el delito de asociación ilícita que está en nuestro Código Penal desde el año 1874, y lo reemplaza por dos nuevas figuras: la asociación delictiva y la asociación criminal", detalló el Mandatario.

Martes 29 de diciembre: El Ministerio de Salud reconoció ayer que está trabajando en el fortalecimiento del plan Paso a Paso y en eventuales flexibilizaciones de algunas normas para beneficiar a los sectores económicos más afectados por la pandemia, los que podrían tener mayores libertades que las actuales. La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, sostuvo que "en relación al plan Paso a Paso y su fortalecimiento, el cual estamos trabajando, quiero decir que considera el plan Paso a Paso actual, es decir, un avance de libertades en función de ciertos parámetros epidemiológicos".

Jueves 31 de diciembre: El Gobierno anunció ayer que se creó un permiso especial para que los chilenos salgan de vacaciones en medio de las medidas restrictivas que buscan evitar la propagación del covid-19. Esta autorización tendrá varias restricciones, como que solo podrán acceder a ella los habitantes de comunas que están en fase 2 del plan Paso a Paso, es decir en transición, y estarán excluidos quienes viven en zonas que están en cuarentena. El ministro de Salud, Enrique Paris, explicó que "el consejo asesor ha visado este plan y estamos muy conscientes de que hay necesidad de vacaciones.

Miércoles 30 de diciembre: En plena crisis por la pandemia de coronavirus, un terremoto sacudió al mediodía de ayer la zona central de Croacia y dejó al menos siete muertos, entre ellos una niña, y cerca de 20 heridos, mientras al cierre de esta edición seguían las tareas para rescatar a personas atrapadas entre los escombros, informaron las autoridades locales . El Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo informó que un terremoto de magnitud 6,3 se sintió a 46 kilómetros al sureste de Zagreb, la capital de Croacia, y a diez kilómetros de profundidad. E l terremoto causó grandes daños, derrumbando techos, fachadas de edificios e incluso construcciones enteras.

Jueves 31 de diciembre: Pasadas las cuatro de la madrugada de ayer y tras 12 horas de sesión parlamentaria, la expresidenta Cristina Fernández, actual vicepresidenta y titular del Senado argentino, confirmó la aprobación de la nueva Ley de Aborto en ese país: "Resulta aprobado con 38 votos afirmativos, 29 negativos y una abstención. Se convierte en ley y se gira al Poder Ejecutivo". De esta manera, Argentina se convirtió en uno de los pocos de países América Latina en legalizar el aborto, tras varios intentos frustrados que finalizaron con la aprobación de un proyecto considerado "histórico".