Campaña para evitar microbasurales
La Municipalidad de Concepción ha informado que durante los últimos días se han retirado cerca de 800 toneladas de desechos y enseres en desuso desde diversos sectores de la comuna, con el objetivo de evitar la formación de microbasurales y mantener un entorno limpio y seguro. De esa cantidad, alrededor del 10% corresponden a material cartones, plásticos y residuos electrónicos, que ha sido entregado a los recicladores asociados, para su reaprovechamiento.
Las escenas de los microbasurales en algunos barrios o a la salida de las ciudades se repiten en todas partes, de manera que esos lugares comienzan a transformarse en botaderos de desechos. El aumento de la población se traduce en incremento de la basura en las calles, cuando no se acompaña del cuidado del ambiente. Pero no tendría que ser así, si cada uno hace lo que corresponde.
El alcalde Álvaro Ortiz ha señalado que los equipos de aseo han redoblado esfuerzos en la realización de operativos de retiro de cachureos para evitar la generación de microbasurales. Junto a ello, ha hecho un llamado a que los vecinos aprovechen de buena forma estas campañas, sin incorporar basura o desechos domiciliarios, puesto que su retiro se realiza de forma periódica y todos los días y horarios.
Los depósitos ilegales de desperdicios se han multiplicado durante la pandemia. Recientemente el municipio penquista había identificado en un catastro al menos cuarenta de ellos, donde las personas botan escombros, materiales de construcción, maderas, colchones viejos y diversos residuos. No obstante que se realiza limpieza de esos sectores, en pocos días de nuevo aparecen los basurales. Según un decreto municipal, quienes sean sorprendidos depositando desechos industriales, sanitarios o especiales en la vía pública o en el bien nacional de uso público, se arriesgan a multas de 1 a 5 UTM (de 51 mil a 255 mil pesos).
Varios municipios de la zona difunden con frecuencia sus planes destinados a eliminar desperdicios y escombros, mediante recolecciones programadas, para evitar que éstos sean dejados en microbasurales que con frecuencia nacen en sitios abandonados o a orillas de las carreteras. Aun así, es posible apreciar restos de muebles, colchones, televisores, desechos de demoliciones y otras especies que los camiones recolectores del servicio domiciliario no reciben.
Cuidar el medioambiente es de la mayor importancia, si consideramos cómo las sociedades han deteriorado el entorno, sin comprender que nuestra existencia forma parte de un todo mucho más complejo. Nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de magnitud, causados por el hombre. El calentamiento global que hemos generado es la mejor prueba de ello y los daños son evidentes: aguas y territorios contaminados, grandes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen a nuestro hábitat con cambios de insospechadas consecuencias.
La Región del Biobío no escapa a ello, cuando se analizan la contaminación del mar, de los ríos, recursos acuáticos que se secan y emisiones a la atmósfera causadas por diversas fuentes. Si a eso se agrega la poca conciencia en la disposición de las basuras, es clave abordar el problema y asumir compromisos individuales y colectivos.
Todo hace parecer que hoy la conciencia ecológica crece. Así también se desprende de los movimientos sociales que han puesto de relieve estas discusiones. Sin embargo, más allá de los grandes temas medioambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no menos importantes, confinados a las comunidades, en las que la conciencia ecológica es escasa o no existe. Están desde quienes lanzan basuras a los ríos, lagunas o al mar, o quienes tiran a diario sus desperdicios en las calles.
Es frecuente que muchas personas asignen a los demás la responsabilidad de mantener limpio el ambiente y sus ciudades, pero no entienden que es una tarea que parte por cada uno. Al menos, hay que comenzar evitando la formación de los microbasurales.
Los microbasurales se han multiplicado en la pandemia. El municipio penquista había identificado en un catastro al menos cuarenta de ellos, donde las personas botan escombros, materiales de construcción, maderas, colchones viejos y diversos residuos. Se realiza limpieza, pero en pocos días reaparecen.