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Un seminario donde se analizarán las oportunidades que existen en la construcción de escuelas en madera, desde el diseño a la industrialización, es la próxima de las actividades del proyecto FutureEduSpace, una interesante iniciativa financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional del Biobío y ejecutada por la Universidad del Bío-Bío, con el fin de contribuir a mejorar la calidad de la educación escolar a través de espacios de aprendizaje creativos, confortables y sustentables, que propicien la innovación pedagógica.

La actividad se realizará este jueves 17 de diciembre, a partir de las 11:30 horas y se enfoca en responder otro de los objetivos claves de la iniciativa: promover el uso de la madera en espacios educativos y la industrialización de sistemas constructivos replicables en la Región del Biobío.

LAS EXPOSICIONES

El seminario "Escuelas en madera: desde el diseño a la industrialización", contará con cuatro charlas en torno a esta interesante materia, las que partirán con la directora del proyecto FutureEduSpace, María Beatriz Piderit, quien hablará sobre los desafíos para la integración de la madera en espacios educativos. Posteriormente Pierre Blanchet, de la Universidad Laval de Canadá, compartirá su experiencia en la construcción de escuelas en madera desde la perspectiva canadiense.

A continuación, Adrián Eiras, de Cadwork, estará a cargo de contar el rol de la interoperabilidad bajo la metodología BIM (trabajo colaborativa para la concepción y gestión de proyectos de edificación y obra civil), como transición del diseño a la construcción con madera. Finalmente, Julián Cardona de Cortelima presentará experiencias y desafíos de la construcción industrializada con CLT (madera contralaminada) en el sur de Chile.

Para participar del seminario "Escuelas en madera: desde el diseño a la industrialización", se puede obtener más información en el sitio web del proyecto: futureeduspace.ubiobio.cl/

La Dra. Beatriz Piderit asegura que el proyecto es una iniciativa regional que aborda las deficiencias de la infraestructura escolar y que gracias al presente trabajo permitirá también la innovación pedagógica.

Así también transferir el know-how en innovación en espacios educativos a grupos objetivos, fortaleciendo el capital humano de sostenedores y directivos de escuelas, arquitectos, diseñadores. Además, se busca promover una Red de Innovación en Espacios Educativos en nuestra región.

INTEGRANTES

"FutureEduSpace" es financiado por el Gobierno Regional del Biobío, a través del fondo de innovación para la competitividad (FIC-R) y el proyecto es integrado además, por investigadores de la Facultad de Arquitectura Construcción y Diseño (FARCODI). Se trata de la arquitecta Alejandra Bancalari Cornejo y la Mg. Pía Lindemann Varoli de la Escuela de Diseño Industrial. Se suman también los académicos de la casa de estudios estatal, Mg. Magaly Mella Abalos, Dr. Mario Ramos Maldonado, y el director del Centro de Investigación en Tecnología de la Construcción de la Universidad del Bío-Bío (CITEC) Ariel Bobadilla Moreno.

Además cuenta con la asesoría externa en educación de Carolina Meyer, educadora.

LA DIRECTORA DEL PROYECTO FUE PREMIADA

La directora del proyecto, María Beatriz Piderit Moreno, recibió en octubre de este año el Premio Municipal de Concepción, en la categoría Investigación Aplicada.

La distinción fue por su aporte al mejoramiento de la infraestructura escolar, en especial a través del proyecto orientado a construir espacios educativos innovadores.

Cuenta una antigua creencia minera que las mujeres no podían bajar a la explotación porque los hombres se distraían y la mina, celosa y territorial, provocaba derrumbes con su enojo.

Lejos de lo que auguraban los más supersticiosos, las mujeres llevan años haciéndose un hueco en la poderosa minería de Chile, el primer productor de cobre del mundo, y demostrando que los prejuicios, por muy machistas que sean, no son imbatibles.

Son las dos de la tarde de un miércoles de diciembre en El Teniente, la mina cuprífera subterránea más grande del mundo, ubicada 85 kilómetros al sur de Santiago y propiedad de Codelco. Cesia Barraza choca el codo a un compañero a quien va sustituir a los mandos de una pala de siete metros de longitud, con capacidad para levantar hasta siete toneladas. Le quedan por delante ocho solitarias horas recogiendo rocas.

"La mina es como un monstruo, pero se puede dominar", afirma a Efe esta operaria, que fue la primera mujer en el nivel "sub-6" del yacimiento, con más de 3.000 kilómetros de galerías subterráneas.

"TRANSFORMACIÓN LENTA"

La minería es uno de los campos más "masculinizados" en Chile: solo el 8,4% de la fuerza laboral es femenina, según un estudio del Consejo de Competencias Mineras (CCM). "En otros países con producción minera, como Australia o Canadá, la participación sube hasta el 20%", reivindica Tamara Leves, presidenta de Women In Mining (WIM) Chile, una ONG global dedicada a acelerar la inclusión de la mujer.

A las barreras culturales, se suman impedimentos estructurales, como una ley de principios del siglo pasado que prohibía el acceso de mujeres y niños a las minas para protegerlos de la dureza de la faena y que no fue derogada hasta 1997, cuando las autoridades "se percataron de su existencia", explica Leves.

La presencia de mujeres ha crecido en la última década (7,1% en 2012), pero sigue habiendo una enorme brecha por sexos en la segregación de las tareas y en la formación, pues la mayoría de las trabajadoras se dedican a actividades administrativas y, por lo general, suelen tener más cualificación que los hombres.

Evelyn Jiménez, con casi dos décadas en la industria y actualmente supervisora en el Centro Integrado de Operaciones Mineras de El Teniente, se siente parte de esa transformación cultural, "lenta pero progresiva", que ha tenido la industria. "Me tocó vivir un cambio generacional, comencé con trabajadores muy antiguos, con los que tuve que desarrollar varias competencias blandas para poder integrarme. Esta profesión por entonces era 100% machista", recuerda.

La minería, que representa más del 10% del PIB chileno, es el motor de la economía y está jugando un rol fundamental en la recuperación del país, inmerso en una crisis histórica por la pandemia.

Se calcula que para 2023 se necesitarán cerca de 30.000 personas en la industria, por lo que "aumentar el porcentaje de mujeres no solo responde al legítimo derecho de igualdad, sino que también a la necesidad de mano de obra calificada", apunta la directora de Diversity Development Consulting, Claudia Rojas.

"Hay un 25% de mujeres que estudian algo relacionado con la minería y solo el 8,4% termina ejerciendo, lo que evidencia una pérdida importante de talento", agrega Rojas, también vicepresidenta de WIM Chile.

Con solo 32 años, Natalia Zúñiga conoce bien la situación de las mujeres en la mina. Es jefa de extracción en un sector de El Teniente y tiene a su cargo a 120 personas, entre ellas Barraza.

Es consciente de que la dureza del trabajo, los horarios, la vida en campamentos y la falta de conciliación desincentiva la incorporación de la mujer, pero confía en sumar más rostros femeninos a su equipo a medida que aumenta la automatización y la fuerza se hace accesoria.