"El servicio tiene una historia de mala fama y se ha estigmatizado al niño que está en Sename y eso es muy injusto"
La autoridad indicó que urge avanzar en la primera supervisión y junto con ello en un plan para mejorar los canales de denuncia y de los servicios. "Hoy nuestras herramientas de supervisión son débiles para fiscalizar calidad", reconoció.
Por Esteban Vega Garrido esteban.vega@diarioelsur.cl
"Este nivel de gravedad no lo habíamos conocido anteriormente", afirmó la directora nacional del Servicio Nacional de Menores (Sename), Rosario Martínez, luego que dos jóvenes fueran baleados por Carabineros al interior de una residencia en Talcahuano.
Martínez fue parte de la comitiva de autoridades nacionales que arribaron al Biobío, para conocer en primera persona el estado de salud de los menores de 14 y 17 años.
En su paso por la zona, lamentó la forma en cómo muchas personas trataron esta agresión a los jóvenes. "El servicio tiene una historia de mala fama y se ha estigmatizado al niño que está en la red Sename y eso es muy injusto", mencionó.
Asimismo, reconoció que urge avanzar en la primera supervisión y junto con ello en un plan que permita integrar a los niños, niñas y adolescentes, junto a sus familias, en los canales que les permitan mejorar sus servicios.
¿Cómo se va a vincular ese plan focalizado con las residencias eso con la intervención golbal anunciado en mayo de este año?
El plan de acción en Biobío es un trabajo que estamos haciendo en conjunto con el mundo académico, con la Unicef para evaluar y pesquisar distintos procesos dentro del servicio. Estamos revisando en profundidad los procesos de adopción, las vulneraciones que han ocurrido dentro de las residencias. También estamos revisando los procesos de supervisión y un sinfín de acciones para ver cómo podemos mejorar y gestionar de mejor manera. Dentro de eso está efectivamente el cómo funciona operativamente una residencia, de manera que podamos articular mejores canales de comunicación, con los niños que están en residencia, para que en caso de que ocurra algo lo podamos conocer y actuar de manera temprana.
Acá se ha mencionado la revisión de los procesos. ¿Cuándo podrían concretarse avances en la ejecución de este plan global, que cumplió seis meses desde que fue anunciado?
Efectivamente los cinco primeros meses fueron de análisis de una gran información y ya estamos pronto a tener las conclusiones para realizar las modificaciones pertinentes para mejorar la atención que tenemos en la región.
¿Ya hay fecha para que este operativo?
Aún restan dos meses para terminar el estudio. Esperamos venir poco antes para corregir y hacer operativo lo más rápido posible.
De los que han visto. ¿Por dónde se debiera partir o que urge por mejorar?
Hay muchas oportunidades de mejoras, principalmente una de las más evidentes es nuestras herramientas de supervisión. Hoy nuestras herramientas de supervisión son débiles para fiscalizar calidad. Son buenas para fiscalizar temas administrativos, pero si bien eso es importante, también es importante que la intervención funcione y vaya aportando al desarrollo de nuestros niños, niñas y adolescente.
La situación en el Hogar Macera nuevamente reveló la compleja situación de la salud mental. ¿Qué se está haciendo para acudir a tiempo?
Le pedí al intendente que me apoyara con algunos recursos, con la postulación de un fondo que vamos a trabajar en conjunto con Salud desde el nivel central para que podamos tener una programa piloto de intervención psicológico en terreno que nos va a permitir descongestionar los Cosam, los hospitales y atender a los niños en terreno.
El ministro Delgado planteó que esta era una oportunidad para revisar los protocolos para este tipo de procedimientos. ¿Coincide en que llegó el tiempo de hacer un cambio en ese sentido?
El protocolo nuestro es llamar a salud para pedirles apoyo para la contención de estos chicos, pero el protocolo de carabineros, sobre cómo complementa la respuesta de salud, es un protocolo que debe ser manejado por el ministerio del Interior, no me compete a mi como directora de Sename. Lo que sí es importante trabajar es la sensibilidad con los carabineros y eso es algo que me gustaría impulsar para que entiendan que no es lo mismo un procedimiento policial que cuando nos enfrentamos a un niño, niña y adolescente.
¿Por qué ha costado tanto adelantarse a estas contingencias, entre ellas varias denuncias por graves delitos, como abuso sexual?
Nuestras herramientas de supervisión denotan que hay una falta de pesquisa y alerta temprana de las condiciones que están viviendo los niños. También nos falta, y esto tenemos que trabajar con los organismos colaboradores, una nueva metodología, porque hoy nos conectamos con el responsable de la residencia, le preguntamos sobre las cosas, pero tenemos que diseñar canales para conéctanos con los usuarios, los niños y sus familiar, a eso no hemos llegado. Estamos pensando una estrategia para diseñar estos canales que nos permitan alertar de manera oportuna.
¿Y cuál es la responsabilidad ahí de los organismos colaboradores?
La idea es que nos apoyen con herramientas de supervisión y que también fomenten dentro de los equipos el comunicar. Muchos de los hechos que ocurren son sabidos por el resto de los funcionarios y no los alertan, los ocultan por temor. Cuando todo es tardío no estamos velando por el interés superior de los niños.
SEGUIMIENTO DE PROCESOS DE ADOPCIÓN EN LA ZONA
Uno de los compromisos de las líneas de trabajo que incluyó el plan de intervención del Sename en Biobio fue una revisión de los casos de adopción en la zona, en trámite y ya finalizados, tras las denuncias por eventuales irregularidades.
Sobre esto, Martínez enfatizó que existe un malentendido sobre los procesos. "Acá hay una idea colectiva que el Sename quita a los niños y lo que hace el Sename en realidad es ejecutar la orden de un tribunal, es un juez quien determina si un niño es susceptible de ser adoptado".
¿Y a nivel interno debe haber cambios, porque son ustedes quienes informan a los jueces?
Estamos trabajando en una nueva forma de evaluar a los niños y a las familias susceptibles de adoptar. Es un trabajo que se puede mejorar, no es estático.