Fiscalización de medidas sanitarias en la Región
Tras ocho meses de emergencia sanitaria, la pandemia de covid-19 nos está mostrando toda su complejidad. Los rebrotes que han surgido en algunos países europeos develan los riesgos que hay al no contar con una vacuna, por lo que el control de la pandemia requiere necesariamente que la ciudadanía acate las medidas preventivas que en forma reiterada se dan a conocer.
La alta movilidad de las personas que no hacen caso de los persistentes llamados de las autoridades sanitarias para evitar la propagación del virus, ha significado que las cifras de contagiados y de fallecidos sigan subiendo en algunas zonas, de manera que en esos lugares donde la población comete las mayores infracciones, se aleja cada vez más la posibilidad de retomar cierta normalidad. Las personas que andan en la calle sin mascarilla, que organizan fiestas en espacios cerrados en horarios de toque de queda o salen en comunas en cuarentena, pueden ser perseguidas penalmente según el artículo 318 del Código Penal, al poner en peligro la salud pública, lo que se aplica dentro de la excepción constitucional en el que se encuentra el país desde el 18 de marzo del presente año, por el coronavirus.
Hace unos días, la fiscal regional, Marcela Cartagena, ha señalado que la zona acumula 30 mil imputados bajo esta figura penal, asociados a más de 16 mil causas. Si bien en algunos casos se plantean como infracción al orden público, la Fiscalía a nivel nacional estima que quienes contravienen disposiciones como el uso de mascarilla en espacios públicos o la organización de actividades masivas están afectando la salud pública, razón por la cual se les formaliza. La Defensoría Penal Pública plantea, en cambio, que esto no es constitutivo de delito y que debería abordarse como infracción, con multas asociadas, más que como un procedimiento penal, que considera una penalidad de presidio.
Si bien no hay acuerdo respecto de la forma cómo se aborda la situación de los infractores, lo cierto es que hay muchas personas que incumplen deliberadamente las medidas de protección que involucran una responsabilidad con uno mismo y también con la sociedad, porque si las acciones preventivas no se acatan se demora el avance hacia una normalidad.
El mundo nos está mostrando que el covid-19 es extremadamente complejo de manejar y que pese a que llevamos más de ocho meses de emergencia sanitaria, los avances para controlar la pandemia no son suficientes. El comportamiento de la ciudadanía ha sido dispar en el país, por lo cual se han adoptado las restricciones sanitarias que correspondan a cada zona. La cifra de 30 mil imputados por infracciones a la normativa de salud pública en nuestra Región revela que se trata de personas que pese a todos los llamados que se realizan con el fin de respetar las normas de prevención de contagios de coronavirus, se comportan de manera imprudente, poniendo en riesgo a los demás.
En los medios de comunicación y en las redes sociales se dan a conocer casos de personas que infringen medidas como el uso adecuado de mascarillas y el distanciamiento social. Esto se puede ver en las filas que se realizan frente a bancos, locales comerciales, servicios públicos, o al subir y bajar de buses. Pese a todos estos meses de instrucción a las personas, parece que la población relajó las medidas de cuidado, justamente en momentos en que se preveía el auge de contagios. También se han conocido casos de personas que realizan fiestas, reuniones y asisten a funerales masivos sin las mínimas precauciones; la salida a la calle de personas que están contagiadas y que no respetan la cuarentena, u otras que insisten en desplazarse los fines de semana, con el riesgo de contagiar o de ser contagiado.
En consecuencia, es fundamental que las familias entiendan la necesidad de acatar las medidas de prevención y cuidado que se disponen, porque de lo contrario las posibilidades de volver a una relativa normalidad se alejarán cada vez más.
En la zona se ha imputado a unas 30 mil personas este año, por delitos contra la salud. Si bien en algunos casos se plantean como infracción al orden público, la Fiscalía a nivel nacional estima que quienes contravienen estas disposiciones están cometiendo delito y afectando la salud pública.