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-¿Entonces no hay que reabrir los colegios?

-No estoy diciendo que no se abran los colegios, sino que si se abren tienen que aplicarse protocolos muy muy estrictos y estar muy atentos para reaccionar rápido en cuanto a controlar los posibles brotes. Tienen que tener muy claro que siempre hay un riesgo. No hay actividades de riesgo cero. Se ha visto que el Mineduc y los colegios han puesto el foco en la prevención. Y eso está bien, con un aforo reducido en las salas, ventilación, lavado de manos, mascarillas, algunas medidas como horarios diferidos, medición de temperatura a alumnos, profesores, administrativos y auxiliares. Pero hay que estar conscientes de que las medidas que se tomen y que ojalá sean planes acordados por todos los estamentos, con la comunidad educativa, tienen que ir necesariamente con un plan de acción que sea rápido, eficiente y que incluyan las medidas y formas de comunicación que van a tener cuando ocurra un caso. También tiene que estar claro qué hacer con un caso positivo dentro del colegio. Qué van a hacer, cómo van a avisar, ¿van a someter a cuarentena a todo el colegio? ¿Van a avisarle al grupo del curso, a los profesores? Hay que mantener la trazabilidad, saber dónde están cada uno de los funcionarios y estudiantes para poder generar estas medidas rápidas. Lo importante es básicamente poder actuar rápidamente y encontrar a los 20 o 50 contactos que tuvo el contagiado durante las últimas 2 semanas y someterlas a cuarentena y evitar que esas personas estén en contactos con otros. Esto es cortar rápido la cadena de transmisión: es un juego de velocidad y eficiencia para encontrar rápidamente a los contactos. Esto ha sido algo que he echado de menos en la discusión.

-Hay mucha esperanza puesta en que la vacuna permita volver a la normalidad. Pero acaba de decir que no es la solución final. ¿Por qué?

-Hay que ponerse en escenarios. Las vacunas se demoran y no sabemos qué tan efectivas van a ser. Puede ser que tengamos una fantástica que nos prevenga la enfermedad y los contagios. Y ese es un buen escenario, pero no sabemos si eso va a ser posible. Pero también puede ser que la vacuna sirva sólo para evitar la muerte en los grupos de mayor riesgo o que no sea tan efectiva o parcialmente efectiva. Además, es importante recalcar que va a ser difícil que esté disponible para todo el mundo de manera inmediata. Es probable que a nivel a mundial los países prioricen a los grupos de mayor riesgo, como tercera edad o enfermos crónicos. Cualquiera de estos escenarios, el mejor o el peor, va a significar necesariamente mantener las medidas de lavado de manos, uso de mascarillas, distancia social, mantener la teleeducación y el teletrabajo lo máximo posible. Esto nos va a acompañar probablemente por todo el 2021 o una buena parte del próximo año. No hay una bala de plata, hay esfuerzos colectivos y muchas medidas que tenemos que tomar para poder controlar esta pandemia. Y es el escenario que tenemos para el próximo año. Ojalá salga una vacuna y un tratamiento que sean efectivos, pero una vacuna o un tratamiento efectivo para cortar la cadena de transmisión es una probabilidad, no una certeza. Por lo tanto, hay que estar conscientes de que no va a cambiar mucho la forma en que estamos viviendo durante gran parte del 2021.

-¿Hay algún modelo para fijarse?

-Son básicamente dos, con líneas distintas, pero eficientes. Uno es Nueva Zelanda, que actuó rápido y profundo aislando el virus y reduciendo la velocidad de propagación desde el inicio. El otro es Corea (del Sur), con un sistema de trazabilidad muy eficiente que ha generado un control temprano de la patología. A pesar de tener muchos casos, de forma temprana lograron cortar la cadena de transmisión. Tal vez podríamos poner también a China, que en un principio actuó un poco tarde, pero luego hicieron cuarentenas por mucho tiempo y de forma profunda. Eso demostró que sirve para controlar la enfermedad. El mejor escenario que podríamos tener es que estamos más preparados para eso, hemos aprendido. Tenemos que actuar rápido, pero hay que dar la posibilidad de que se tomen medidas a nivel local, para evitar el retraso de la toma de decisiones de un nivel tan centralizado como es en Chile.

"Es importante que las autoridades locales puedan decidir con respecto a las medidas de cuarentena, ya sea a nivel regional o comunal, o un tándem de alcaldes con autoridades regionales".