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UdeC, UCSC y UBB calcularon 12 mil millones de pesos en pérdidas sólo por la caída de matrícula

Universidades vislumbran un 2021 complejo por crisis económica

Proyectan que a una baja en matrícula, menores ingresos por servicios externos y el gasto asociado a la conectividad de los estudiantes se suma la reducción en las partidas de educación superior en la Ley de Presupuestos del próximo año.
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Por Alma Canales Silva / alma.canales@diarioelsur.cl

Desde el año pasado que las cosas venían complicadas para las universidades del país y, entre ellas, las de la Región. Este 2020 lo partieron con mermas económicas derivadas de una menor matrícula producto de la incertidumbre que generó el denominado estallido social. Eso, antes de que el covid-19 se esparciera por el mundo y, en el caso del país, obligara a decretar estado de excepción, lo que llevó a trasladar las aulas a los computadores a partir del 18 de marzo.

La pandemia generó dos cosas. Primero, obligó a los planteles a reorganizar sus finanzas para poder comprar licencias de plataformas para hacer las clases virtuales, adquirir planes de internet e incluso equipos para que los estudiantes siguieran con sus clases. Y segundo, la crisis económica derivada de las restricciones hizo que aumentara la morosidad de los estudiantes e incluso, muchos optaran por congelar o desertar.

Según un informe elaborado por el Cruch y publicado el 21 de abril, los planteles asociados al Consejo de Rectores calcularon un desembolso de $16.555 millones por gastos no contemplados. Entre la UBB, la Universidad de Concepción (UdeC) y la Católica de la Santísima Concepción (UCSC) este monto se estimó en $2.427 millones. Mas de la mitad corresponde a la UdeC.

En tanto, la disminución de fondos derivada de la caída de matrícula se calculó en casi 12 mil millones de pesos para los tres planteles. La cifra representa el 0,8% del presupuesto considerado por las universidades antes de la pandemia. A ese monto hay que sumarle $2.670 millones derivados del artículo 108 de la Ley de Educación Superior, asociado a la gratuidad.

"Como Cruch Biobío-Ñuble hemos hecho reuniones para discutir esos temas y generar instancias para compartir experiencias de lo que se está haciendo. Han sido tiempos complejos", reconoce Mauricio Cataldo, rector de la Universidad del Bío-Bío (UBB) y desde mayo presidente del Consejo de Rectores (Cruch) Ñuble-Biobío.

Agrega que 2021 no se ve mejor: "Vislumbramos salir de la crisis en tres o cuatro años. Las universidades estamos proyectando planes de ajuste para tres o cuatro años".

Las mermas

Antes de los episodios de violencia y del coronavirus, las universidades tenían problemas financieros derivados de la implementación de la Ley de Educación Superior. El artículo 108 establece que la gratuidad, que cubre el 100% de la carrera del alumno beneficiario, tiene una cobertura de la duración formal de ésta. El primer año adicional, cuando termina la beca, el estudiante debe pagar la mitad del arancel. La otra mitad es asumida por el plantel. Este factor complica sobre todo a aquellas universidades con un alto porcentaje de alumnos vulnerables.

Reinier Hollander, vicerrector de asuntos económicos de la UBB, cuenta que "el efecto del artículo 108 son casi 900 millones de pesos menos para la UBB. Como no estamos recibiendo estos ingresos tenemos que compensarlos con planes de austeridad".

Por eso, agrega, el Cruch solicitó al gobierno derogar este artículo, para evitar un déficit estructural en las casas de estudio superior. No han tenido respuesta.

En el caso de la UCSC, Claudio Silva, vicerrector de Administración y Finanzas, dice que tienen "800 alumnos con gratuidad con el artículo 108, eso genera un déficit del orden de los $800 millones".

Para la UdeC, esto representa casi mil millones de pesos.

El otro gran déficit se generó por concepto de matrículas. Este 2020 el ingreso de estudiantes fue menor a lo proyectado debido a la situación socioeconómica del país.

Claudio Silva estima que en la UCSC esa merma es de un 8%. En el caso de la UBB, la disminución de ingresos es de un 9,8% indica Hollander.

Miguel Ángel Quiroga, vicerrector Asuntos Económicos UdeC, cree que cerrarán el año con pérdidas de un 7%. La cifra es menor a la proyectada a inicios de año, reconoce, cuando se calculó en un 11 a 13%.

Según Quiroga, las cifras negativas en la UdeC no se han generado por el lado de las matrículas, sino por la suspensión de servicios externos. "El impacto más importante proviene de los proyectos de investigación, de la asistencia técnica y prestación de servicios que realiza la universidad, como asesorías, análisis de muestras en laboratorios. Esta pérdida ha sido alrededor del 26%. El principal impacto de la institución ha sido por esa vía", reafirma.

Reorganización

El primer desafío que planteó el covid-19 fue cómo mantener las clases pese al cierre de los planteles. La solución fue potenciar las plataformas virtuales.

Claudio Silva expresa que la UCSC financió alrededor de 3 mil conexiones y unos 800 equipos para que sus alumnos pudieran acceder a las clases y el material educativo. Esto implicó una inversión de 365 millones de pesos, aproximadamente.

En la UBB asignaron casi 382 millones para ello y en la UdeC, $1.307 millones. Esto permitió, en el caso de la última institución, entregar 4 mil becas de conectividad y prestar unos mil equipos.

Miguel Ángel Quiroga cuenta que "hay una parte importante que se ha podido financiar con gastos que hemos dejado de realizar producto que nuestras actividad no es presencial. Hemos gastado menos en servicios básicos (agua, gas electricidad). Hemos tenido que gastar mucho menos en el traslado de nuestros académicos a los congresos. Se ha minimizado el gasto en materiales, como el papel. Esa es otra fuente importante de ahorro".

En el caso de la UBB, Reinier Hollander explica que tuvieron que generar un plan de contracción económica: "Este año realizamos un plan que va desde postergar el plan de contratación del año 2020, reducción de gastos en distintos presupuestos de la universidad, centro de costos".

Añade que "las instituciones son con costos fijos, así que tenemos distintos compromisos de remuneraciones, con nuestros proveedores, por tanto, cuando hay una disminución de los ingresos, aumento de la morosidad, nos impacta. Eso nos lleva a tener que gestionar la universidad con mayores esfuerzos y disciplina interna orientada al control de los costos de la institución".

La solución para la UCSC fue reorganizar los gastos y postergar algunas acciones, como nuevas contrataciones. También tuvieron que suspender inversiones asociadas a mejoramiento de espacios, aunque eso fue lo de menor impacto, ya que están en proceso de acreditación y requieren mejor infraestructura para aquello, explica Claudio Silva.

Proyección 2021

Los vicerrectores de finanzas estiman que 2021 puede ser igual o peor que este año, ya que se mantiene la incertidumbre, el coronavirus y las clases remotas, todos los factores que llevaron a ajustar sus finanzas.

El primer factor de preocupación es qué pasará con las matrículas. Los planteles locales creen que la prueba de transición que se va a rendir este año, sumado a los problemas económicos y a la mantención de la modalidad a distancia pueden llevar a los futuros estudiantes a optar por postergar el ingreso a la educación superior. Esto hará caer las matrículas y con ello, los ingresos que perciben lo planteles.

También hay preocupación respecto al financiamiento, ya que las partidas consideran reducción en distintos ítems en la educación superior para 2021. Miguel Ángel Quiroga, vicerrector de Asuntos Económicos de la UdeC explica que "el financiamiento este año se había mantenido inalterado y para el próximo año los recursos que se están destinando a las universidades están bajando significativamente en términos reales, en un 15% y 6%. Eso es un elemento adicional que no nos ha estado impactando de manera tan directa este año".

El rector de la UBB, Mauricio Cataldo, indica que "los rectores vemos con mucha preocupación la reducción de las partidas de educación superior porque ya hemos asumido, sin que el Estado pusiera recursos nuevos, todo el tema de la pandemia. Venimos con los presupuestos bastante ajustados. Tuvimos que hacer ajustes porque con la merma de ingresos no había cómo funcionar igual que antes".

Cataldo asegura que en su calidad de presidente del Cruch Ñuble-Biobío seguirá insistiendo con el gobierno para que se implementen las medidas requeridas a inicios de año, asociadas a la derogación del artículo 108 y a permitir el uso efectivo de los excedentes del fondo de crédito universitario, a fin de que los planteles tengan un respiro que les permita seguir funcionado sin comprometer la calidad de su educación, ratificada por los años de acreditación que cada uno de los planteles tiene actualmente.