La casa es el hogar privado, la ciudad es el hogar público. Una ciudad es una estructura compleja que acoge un sistema complejo de relaciones establecidas por la vida cotidiana de sus ciudadanos, quienes coexisten y conviven diariamente en esta estructura. La ciudad tiene tres niveles que constituyen las referencias de sus dimensiones y de sus decisiones: el territorio en su más amplia expresión; el entorno habitado, construido por obras de edificación, infraestructura y redes de servicios; y el marco legal que regula el objeto y alcance de la vida urbana y sus posibilidades de crecimiento y desarrollo individual y colectivo.
La ciudad de Concepción se ha construido y reconstruido varias veces debido a la acción sísmica propia de su territorio. Esto le ha dado a su entorno construido una imagen de varios 'Concepciones', en el sentido de la coexistencia de lugares con valor histórico y carácter patrimonial, con nuevas construcciones y espacios públicos, dando forma a la diversidad urbana que la caracteriza. Pensar en Concepción implica, entonces, reconocer su condición de construirse y reconstruirse y dar cabida a un futuro inclusivo para sus ciudadanos.
Pensar la ciudad es una tarea colaborativa de quienes la habitamos. Pensar una ciudad inteligente demanda relacionar de forma coherente el territorio, el entorno habitado y el marco legal para construir primero una visión global de ciudad, centrada en la inclusión de los ciudadanos y sus oportunidades, y luego establecer estrategias y acciones conducentes a relacionar de forma concordante todos los componentes del sistema de relaciones urbanas: organizaciones comunitarias, transporte, infraestructura, redes, comunicaciones, patrimonio e instrumentos de planificación territorial.
Para hacer de Concepción una ciudad inteligente, debemos establecer cambios positivos en los componentes del sistema urbano y sus relaciones. En este sentido, se hace necesario optimizar el sistema de transporte urbano para aumentar la conectividad y reducir la alta congestión vehicular que hoy tenemos, desincentivar el uso del automóvil para desplazamientos cortos y por el centro de la ciudad, e incentivar el uso de la bicicleta.
También debemos mejorar los espacios públicos para consolidar las rutas peatonales, densificar en forma equilibrada para motivar a los ciudadanos a vivir en el centro de la ciudad y así reducir los grandes desplazamientos en tiempo y espacio hacia la periferia.
Por cierto debemos digitalizar las redes de servicios, actualizar el Plan Regulador Comunal que con una vigencia de 16 años ha debido ser modificado 15 veces, clara señal de que requiere ser renovado con una visión de futuro.
Ya existen iniciativas en los ámbitos público, privado y académico respecto del desarrollo de Concepción como una ciudad inteligente (smart city), por tanto, hay desde donde comenzar a trabajar.
Para construir un Concepción inteligente debemos trabajar en una concepción inteligente de ciudad.