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Lesley Briceño, doctora en Ciencias Políticas y académica de la UDD:

"Los argumentos que han utilizado ambas posturas son casi infantiles, se perdió la discusión de fondo"

La experta puntualiza que el plebiscito de hoy se realizará bajo un contexto inédito y que influenciará a los más de siete procesos electorales que vienen dentro del próximo y siguiente año. Critica la falta de liderazgos políticos, producto de la crisis que viven los partidos y las instituciones, lo que puede ser una ventana para que aparezcan líderes populistas y que se llegue a un cambio de la conformación del mapa de poder en el futuro.
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lesly.zurita@diarioelsur.cl

Chile vivirá un proceso eleccionario inédito y con un contexto político-social que ningún analista hubiera previsto: un país polarizado con una alta injerencia de las redes sociales, una proliferación de las noticias falsas, conocidas como "fake news", con manifestaciones en las calles que terminan en hechos de violencia y vandalismo, una clase política desacreditada y una pandemia que se ha cobrado a nivel nacional más de 13 mil 700 vidas.

El plebiscito que se llevará a cabo esta jornada es sólo el inicio de un intenso periodo eleccionario que incluye desde primarias, municipales, gobernador regional, eventualmente los constituyentes (en caso de ganar el Apruebo), parlamentarias y presidenciales. Y lo que pase este domingo puede ser decisivo para cada uno de los siguientes procesos.

Por eso, la doctora en Ciencias Políticas y académica de la Universidad del Desarrollo (UDD), Lesley Briceño, reconoce que hoy es un día determinante y que la pandemia cambió los pronósticos que se tenían acerca de este proceso en cuanto a participación y desarrollo, especialmente porque el debate de ambas posturas no logró profundidad ni acercarse al país que se quiere formar en el futuro, plantea.

Además, crítica la falta de liderazgos políticos, la poca capitalización de apoyos que han logrado los rostros nuevos y cómo esta situación puede derivar en el surgimiento de líderes populistas. El llamado es a que la ciudadanía participe de las instancias que ya existen.

-¿Cómo definiría el escenario actual de nuestro país y cómo afectaría a los procesos que se vienen en los próximos meses?

-En general, ha sido un año bastante convulso, que nadie se había esperado y no solamente por la coyuntura del estallido social, sino que por la pandemia y las consecuencias que eso ha traído a nivel social y económico. Por un lado, el estallido nos demostró la desconexión que había entre la clase política y la sociedad civil, que no era nueva y que se venía agudizando desde los últimos años, también se puso de manifiesto la desigualdad vinculada al trabajo precario y la falta de oportunidades. Eso, sumado a los hechos de violencia que vivimos, genera un ambiente bastante complejo porque tenemos una clase política que todavía no se pone de acuerdo, hay una crisis importante de credibilidad desde las instituciones y hacia los funcionarios del Estado. Por otro lado, nos encontramos con que dentro de una misma coalición las posturas frente al plebiscito son divididas e incluso dentro de los mismos partidos.

-¿Cómo la pandemia y la conmemoración de un año desde el 18-O cambian lo que se había proyectado para esta elección?

-El escenario es totalmente distinto a lo planeado en noviembre del año pasado y que este acuerdo político salió muy tarde, por un lado, el plebiscito hubo que atrasarlo y no es el escenario ideal. Idealmente habría sido votar sin pandemia, pero no podemos postergar las elecciones única y exclusivamente por una crisis sanitaria. También hay que aprender de otros procesos electorales que se han llevado a cabo en los últimos meses y que nos pueden servir con miras al futuro.

-¿El plebiscito va a definir lo que sucederá en los procesos siguientes?

-Sí. Probablemente dependiendo de la opción que gane, a pesar de que las encuestas hablan del Apruebo, obviamente las futuras elecciones van a tener un puntal referente a ese resultado, pasando por los compromisos que vayan a adquirir acorde a los resultados de este domingo.

ROL DE PARTIDOS POLÍTICOS

-Estamos viviendo una polarización de la sociedad, que se ve incentivada por las dos posturas del plebiscito y que ha potenciado la difusión de "fake news", ¿cómo afecta esta polarización al proceso mismo?

-Pareciera ser que hay una rabia de parte de ambos lados y donde las redes sociales son usadas para descargarse. Se ha dado en los últimos días, por ambos lados, que los del Rechazo toman las imágenes de violencia para decir que no quieren una sociedad así y por eso votan Rechazo, por otro lado, los del Apruebo con una lógica del empate, dicen "ustedes apoyaron el bombardeo de La Moneda"; se ha tomado mucho esa discusión y en redes sociales proliferan los "bots" que no tienen asidero. Y efectivamente eso se traduce en una sociedad más polarizada y que genera, por un lado, la violencia y la manifestación de la crisis en los partidos políticos y en otros aspectos se va a manifestar en lo que va a ocurrir este domingo con el Apruebo o el Rechazo.

-¿Es crítica respecto al debate de fondo de ambas posturas durante la propaganda al decir que utilizan el empate y no otros argumentos para defender su opción?

-Se ha perdido un poco la discusión de fondo y que tiene que ver con el país que queremos, hay algunos temas que no se han tratado, que no se han visto en la franja ni en la discusión política que se ha dado en los últimos días: si voy a votar Apruebo o Rechazo, por qué, cuál es el país que quiero. Los argumentos que se han utilizado han sido casi infantiles, de "yo voto Rechazo porque estoy contra la violencia" o "yo voto Apruebo porque quiero un mundo mejor. ¿Cuáles son los argumentos reales? Esa discusión, lamentablemente, no se ha tenido y eso es un problema que manifiesta nuevamente la crisis de la clase política.

-¿Pueden los liderazgos políticos contribuir a disminuir esta polarización?

-Nuestros liderazgos políticos han estado desaparecidos en los últimos años, se nos ha puesto de manifiesto que no existe renovación en la política, los rostros nuevos que llegaron en algún momento no han logrado capitalizar ese apoyo político de la mejor forma y, tal vez, se han convertido en líderes bastante locales dentro de ciertos sectores, pero no hacia una lógica nacional. Falta un liderazgo claro. Si miramos desde el Gobierno, tienen una crisis importante de confianza, además de credibilidad, donde -lamentablemente- el Presidente no parece ser el líder indicado para poder aunar a su propio conglomerado político. Si miramos a la oposición, tampoco han podido organizarse de forma homogénea, está dividida en un sinfín de grupos.

-¿Desde dónde podrían aparecer nuevos liderazgos?

-Al no haber una renovación de la clase política, la posibilidad latente está en la llegada de otras agrupaciones más organizadas, especialmente los populismos. Puede ocurrir que un candidato aparezca y sea un líder populista, que aúne un discurso que refleje intereses transversales de la sociedad civil y que finalmente pueda posicionarse dentro de la sociedad. Pensemos lo que pasó en Brasil con Bolsonaro o la imagen del mismo Donald Trump en EE.UU. Son figuras carismáticas, con un discurso que todos quisiéramos escuchar, pero que en realidad no tiene asidero político.

-¿Y qué sucede con los alcaldes, quienes desde el estallido y durante la pandemia han tenido un rol protagónico?

-Ha sido interesante lo que ha pasado con ellos, desde el estallido que comenzaron a cumplir un rol mucho más importante, a ejecutar ciertas atribuciones que tenían, a organizar la discusión dentro de la sociedad civil. Ojo, ese trabajo ellos ya lo hacían, pero se hizo más visible y lo mismo ha pasado en el contexto de pandemia, ha sido interesante cómo cambió su imagen, considerando que era el cargo menos importante dentro de la política respecto a ser diputado, senado o incluso participar dentro del Gobierno.

Pero el problema es que, debido a que no tienen mucho poder de acción, no han podido capitalizar ese apoyo, porque no han cambiado las oportunidades para hacerlo, no tienen recursos y no han podido desarrollar ideas extra.

GOBERNADORES Y PARTICIPACIÓN

-Usted habla de la falta de recursos, ¿la elección de gobernador regional puede marcar un antes y un después en esa línea para el desarrollo local?

-Si lo miramos desde la perspectiva electoral, es un gran logro, pero tienen que ir de la mano con atribuciones que sean reales, no que vengan a cumplir un rol solamente de ejecutar un presupuesto que viene desde Santiago. Y para la descentralización, es necesario que el Estado entregue competencias a las regiones.

-La principal herramienta que tenemos de participación en el país es la elección, ¿cómo podemos potenciar el uso de otros mecanismos e incluir nuevos?

-Nuestra democracia es representativa, lo que nosotros hacemos es elegir cada cuatro años representantes y uno espera que hagan su trabajo de forma adecuada. Para tener un sistema más participativo hay que trabajar con las organizaciones de base como las juntas de vecinos, que son -quizás- la unidad más básica dentro de la administración del Gobierno y donde la gran mayoría de los vecinos no participan, donde habitualmente dejamos que sean los mismos de siempre que estén vinculados a las organizaciones, no nos involucramos y eso tiene que ver con la responsabilidad personal. Porque ya existe la organización, pero nosotros no participamos y a veces ni siquiera sabemos cuál es nuestra junta de vecinos.

Por otro lado, tiene que ver con la rendición de cuentas, yo a mi representante tengo que pedirle cuentas, pedirle por qué votó como votó. Eso es fundamental para tener una democracia mucho más participativa y eso es por parte de la ciudadanía, nos falta empoderarnos y participar más de las opciones que ya tenemos.

-¿Y de parte del Estado?

-Pasa porque el Estado entregue estos espacios y los canales de participación de forma más adecuada, algunos municipios han hecho plebiscitos o consultas ciudadanas, desde ellos está la voluntad, pero el Estado tiene que entregar la competencia para que la ciudadanía elija dónde invertir los recursos, cuál es el proyecto de ciudad que tengo y eso pasa por descentralización y modernización también.

-También es importante que sean consultas vinculantes para motivar a la ciudadanía...

-Ese es otro aspecto también, porque sino la gente se pregunta para qué va a participar si al final lo que digan va a dar lo mismo. Ahí hay que trabajar para que efectivamente pasemos de una democracia sólo representativa, a una más participativa.

-El plebiscito será el primero de más de siete procesos electorales que se vienen, ¿puede influir lo que pase este domingo en la conformación de los mapas de poder hacia el futuro?

-La polarización de nuestro país, independiente del contexto de la pandemia, ha hecho que las fuerzas políticas cambien, han surgido muchos más partidos políticos, de hecho hay 25, antes hablábamos de dos coaliciones, donde una es la gobernante y sólo tenía dos partidos y la otra eran cuatro más. Hoy nos encontramos frente a otro escenario, eso va a generar dispersión del voto, puede generar el surgimiento de nuevos partidos políticos, puede ser que se transformen en fuerzas políticas, nuevos rostros y eso cambia a lo que estábamos acostumbrados en los últimos 30 años, lo cual no es necesariamente malo.

Lesley Briceño reconoce que el país está altamente polarizado, lo que se suma a la violencia y noticias falsas que proliferan por las redes sociales. Cree que esto puede ser determinante para el resultado de hoy.

La voluntad que falta para modernizar el Estado

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-El Servel fue tajante en realizar el plebiscito en un solo día, ¿debería, en el futuro, analizar de forma seria modificaciones a nuestro sistema electoral?

-Creo que hay que revisarlo, una de las cosas importantes que tiene que mirar el Estado es su modernización y parte de eso tiene que ver con nuestra forma de votar. El voto adelantado no es comenzar a votar en marzo para una elección que va a ser en diciembre, sino que es abrir una o dos semanas antes la posibilidad de que la gente se acerque a ciertos lugares específicos. El voto electrónico, se confunde mucho con el online, pero son distintos, es donde uno va a una urna a marcar su opción, dejando la información registrada en el sistema. En el voto online, no puedo garantizar que la persona que está frente al computador sea quien dice ser.

-¿Qué le falta a Chile para poder avanzar hacia la modernización del Estado, incluyendo el proceso electoral?

-Este es uno de los temas pendientes, si bien hemos digitalizado muchas opciones, esto no es lo mismo que modernización, que apunta a reformas a las estructuras, disminución de la burocracia y al desarrollo de un Estado que sea acorde al siglo XXI. Y una de las variables tiene que ver con la falta de voluntad política y eso incluye a todos los organismos, porque no puede ser que un Gobierno empiece un proceso de modernización y al siguiente esos cambios varíen o se destruyan, por lo tanto, pasa por un acuerdo de todo el sector político. Los problemas de modernización pasan también por la centralización, todas las decisiones pasan en Santiago y eso también es un acuerdo político, de generar autonomía, horizontalidad en el poder y ahí nos encontramos nuevamente con trabas.