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Elizabeth Aguilera, presidenta de la Mesa Ciudadana de Lota

"El Estado tiene una deuda indiscutible con todos nosotros"

En conversación con Diario El Sur la dirigenta de la entidad que vela por el patrimonio, cultura y turismo, detalló el trabajo colaborativo que hacen, sus principales ejes y la importancia de la comuna.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

Cuando se habla de "preservar el patrimonio", suele pensarse que tiene que ver con el resguardo de objetos materiales. Construcciones, artefactos y demases.

Si bien esto es, en parte, cierto, lo real es que esta protección va más allá y -también- dice relación con tradiciones, historias, saberes y conocimientos. El llamado patrimonio inmaterial.

Pero esta labor no podría realizarse sin un importante apoyo, quizás el más importante, el de la ciudadanía. Los propios habitantes de un lugar.

Bien lo sabe Lota y su Mesa Ciudadana para el Patrimonio, Cultura y Turismo. Ésta última, una instancia que nació en 2008 y que actualmente está integrada por 24 organizaciones lotinas y ocho profesionales -independientes y de diversas áreas- que prestan sus servicios en la Mesa. Además, también han logrado importantes alianzas con universidades como la UBB, UdeC, USS o Universidad de Chile.

"Nos fuimos dando cuenta en un análisis, cerca de 2010 y 2011, después del terremoto, que el panorama no era muy alentador. Teníamos, y tenemos todavía, una situación social y económica bastante difícil (...) Empezamos a ver cuáles eran las soluciones para eso", comenta Elizabeth Aguilera, presidenta de la Mesa Ciudadana.

A partir de ahí, según cuenta, comenzaron a percatarse de la herencia, que "nos dejaron de la industria del carbón. Nos dimos cuenta que teníamos patrimonio arquitectónico, histórico, social, natural, geológico, en fin. Lota tiene mucho patrimonio, por donde uno lo mire".

A partir de ahí y hasta hoy, el trabajo de la organización se centra en ejes como la preservación del patrimonio, el arte y la cultura, el turismo, la participación ciudadana y la educación.

LABOR DE LOTINOS

Si bien el carácter ciudadano de la mesa se da por las organizaciones de la sociedad civil que la conforman, también apunta a los jóvenes de la comuna.

De acuerdo a Aguilera, quien está a la cabeza de la Mesa desde 2017, lo que los moviliza es que la ciudad despegue y que sea un sector de desarrollo. "Principalmente, que los niños y jóvenes puedan tener oportunidad de desarrollarse en lo laboral y como personas en su propia ciudad", resume.

La situación de hoy, acota, es que muchos crecen, se educan y deben irse, porque "aquí no hay oportunidades. Nos resistimos a eso y para que eso ocurra, tenemos que hacer que la ciudad se transforme en algo atractivo".

En 2016, Lota accedió al Programa Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática; en el mismo año, la comuna minera fue sede del V Congreso Nacional de Barrios y Zonas Patrimoniales, logrando reunir a más de 500 personas. El año pasado, la Mesa lideró una jornada para dirigentes de comunas patrimonialistas de las zonas de Ñuble y el Biobío.

Todo esto, sumado a los inicios del trabajo del "Plan Lota: Hacia un sitio de patrimonio mundial", que busca su declaración como Patrimonio de la Humanidad (Unesco), son algunos de los hitos destacados de la labor de la Mesa Ciudadana, de acuerdo a su presidenta.

Un trabajo que se basa en la organización, algo que para Aguilera no es extraño, explica, pues los mineros lotinos fueron famosos por su organización en pro de mejoras en sus condiciones de vida y trabajo, debido a las dificultades que imponía estar bajo la tierra.

"Ellos fueron capaces de pararse y de decir 'no, esto no me gusta' o 'no, esto no lo quiero'. Lo hicieron con organización y unidad, sabiendo que era lo correcto. Eso es lo más importante, y a los niños hay que enseñarles que hay dignidad en la lucha que uno emprende por mejorar lo que tiene", sostuvo.

"Nuestra lucha es distinta, pero es la causa por el rescate del patrimonio. Es justa, nosotros nos merecemos que nuestra ciudad florezca nuevamente. El carbón le dio vida, riqueza y trabajo no solo a la ciudad, sino que a la Región y al país", afirmó.

Para la líder de la entidad lotina, ésta es una de las principales causas del apoyo de la Mesa al "Plan Lota". "Chile tiene reconocido el aporte de las salitreras en el norte y el aporte de la minería del cobre, pero no tiene reconocido en el mundo el aporte que significó la minería del carbón. Ahí hay 150 años de historia importante y que Chile debe reconocer".

La organización también trabaja de la mano de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural. "Les pareció coherente que pensáramos que, a partir del patrimonio, podemos desarrollar nuestra ciudad y emprender un desarrollo social y económico. Es importante que el Estado se haga cargo de esto, porque tienen una deuda indiscutible con nosotros. Así empezamos este 'Plan Lota'", enfatiza.

En abril de 1997, el Gobierno de la época tomó la difícil decisión de cerrar la Empresa Nacional del Carbón y Lota fue, sin duda, uno de los sectores más afectados por la medida. Un hecho que ha marcado a sus habitantes durante todo este tiempo. "A Lota le falta la vida que alguna vez tuvo. No hemos superado todavía el duelo de la pérdida de nuestra única fuente laboral", asevera la dirigenta.

Para Aguilera y la Mesa Ciudadana, este renacer debe ir de la mano de un plan de desarrollo turístico sustentable. "Si pensamos que Lota sea Patrimonio de la Humanidad, necesitamos ver cómo vamos a administrarlo. A partir de qué actividades económicas vamos a canalizar lo que pueda traer esta nominación", ilustró.

Opinión

Pewkallal, o nuevas formas de conmemorar el 12 de octubre

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Por Francisco Huichaqueo, cineasta mapuche y académico, Depto. Artes Plásticas UdeC.

Por mucho tiempo se nos ha dicho sobre el descubrimiento de América. Se nos ha indicado a los conquistadores como entidades dignas de recordar por sus "descubrimientos", uno de ellos es Cristóbal Colón, famoso navegante de los mares, que en 1492 -se dice- descubrió América según la historia oficial europea.

Hoy se cuestiona como verdad absoluta la visión europea, y hace ya bastante tiempo se ha derrumbado esa postura tan soberbia acerca del famoso descubrimiento de América.

Europa nunca reconocerá que las flotas chinas anduvieron por estos mares mucho antes que ellos, y dejaron sus huellas, como la gallina de huevos azules que vemos hoy en el campo mapuche o en Rapanui. Incluso pude verlo de primera fuente, estando en China grabando un documental hace algunos años.

Lo que sucede en 1492 es una gran avanzada comercial y religiosa liderada por la potencia mundial de la época, España. Su propaganda fue el concepto de "descubrimiento" como noticia mundial, para obtener el financiamiento y operar este gran negocio europeo que adolecemos hasta nuestros días. Ejemplo de ello, la explotación de los recursos y rotura de un gran y complejo ecosistema indígena.

Los niños mapuches oyen en la escuela que hay que estar orgullosos de haber sido conquistados por España, pues trajeron zapatos, civilización y religión, entre otras cosas. De lo contrario, aún estaríamos no civilizados y atrasados con el resto del mundo y, sobre todo, del mandato de Dios.

MIRAR AL FUTURO

Es importante saber primero, que no descubrieron nada. Acá en AbyaYala (Latinoamérica) habitan y habitaron millones de personas originarias. En estricto rigor no se descubrió un territorio, sino que se ocupó uno internalizando una religión y un modo de pensar la vida. Al que estaba en desacuerdo le esperaba la muerte con la espada en una mano y la Biblia en la otra.

Cuando el indígena se arrodilló por la fuerza y cerró sus ojos, se dio cuenta de que ya no tenía tierra y tampoco su cosmovisión.

El 12 de octubre está impreso a fuego en la memoria de los pueblos originarios como un trago amargo que aún no termina.

Es un trago amargo que en octubre pasado -en muchos lugares de Chile- decidió quitar los monumentos de los grandes conquistadores europeos. Esa acción proviene de una rabia acumulada no solo por los conquistadores, también se extiende a lo largo de cinco siglos de violencia hacia el cuerpo indígena que no ha cesado. Tendríamos que ser ciegos como sociedad para no darnos cuenta de ello.

Por esta razón, se invita a la gente de Chile al ejercicio de pensar la historia desde otro lugar. Podemos hacerlo por la sencilla razón de cómo se ha construido una historia ficticia que nos ha dejado el racismo, la esclavitud, una religión forzada y un pueblo roto, con una identidad confusa y sin un marco de derechos como primeros habitantes.

Tenemos que hacer el ejercicio de descolonizar la educación y dar pase a otro tiempo, donde el grito indígena se comprenda de una buena vez y se entiendan sus legítimos reclamos.

Ser empáticos con lo que proponen, respetarlos, trabajar en conjunto y asumir la moreneidad que se refleja al mirarnos en el espejo por las mañanas, y dejar el fantasma de la colonia atrás, citando a los poetas Huinao y Chiwailaf.

Hoy es necesario reflexionar acerca de cómo queremos proyectarnos como país en esta ruka llamada Chile, donde convivimos y habitamos. Reflexionar urgente de qué educación vamos a heredar al futuro de Chile y cómo queremos ser representados a los ojos del mundo.

Anhelamos un día en que el 12 de octubre no sea un ícono de la conquista europea, ni tampoco de la resistencia indígena, sino que sea el día de la unificación equitativa de los pueblos y Estados, con un marco de derechos y voz propia. Por ejemplo, en el Senado o por qué no en la Moneda, donde las lenguas milenarias sean un orgullo y riqueza cultural de un pueblo y que cada persona pueda unir ambos conocimientos sin opacar a la otra. El futuro de esta ruka llamada Chile tiene derecho a saber que el lucero del alba es Venus, pero también Wiñelfe, y que su proyección en la tierra es la flor del canelo.

Por esa razón pewkallal don Cristóbal Colon, pewkallal don Pedro de Valdivia, pero deje su caballo, acá lo cuidamos mejor.