Preparativos para la temporada de incendios
El incremento de las temperaturas, la sequía y la creciente intencionalidad de los incendios forestales llevaron a la Conaf a poner en práctica el plan nacional para la prevención y combate de estos siniestros durante la temporada que se extenderá hasta el 30 de junio de 2021. En los últimos días ya se han registrado algunos siniestros en Santa Juana.
El ministro de Agricultura, Antonio Walker, ha señalado que la temporada será difícil, porque los bosques están muy secos, con poca agua, lo que implica que hay gran cantidad de material que actúa como combustible. En efecto, las temperaturas serán entre 0,5 y 1,5 grados más altas que el promedio de los últimos 30 años, entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía.
Para la Conaf es preocupante cómo ha aumentado la cantidad de incendios intencionales. El 43% de los episodios en el periodo 2019-2020 fue generado por desconocidos, situación que ha ido al alza en los últimos años. En nuestra Región del Biobío, se estima que el 68% de los siniestros de bosques y pastizales fueron provocados con el fin de hacer daño, mientras que en la Región de Ñuble la cifra fue de 51%. Durante la temporada recién pasada se registraron 8.128 incendios forestales en todo el país, que consumieron 102 mil hectáreas, mientras que en el periodo inmediatamente anterior fueron 7.219.
El Ministerio de Agricultura ha definido que para enfrentar este escenario en el período 2020-2021, se ha desarrollado un plan que contempla 262 brigadas para combatir el fuego, integradas por 3.021 brigadistas, superando las 238 brigadas, con 2.515 personas de la temporada pasada. También habrá medios aéreos para apoyar las labores, con 35 helicópteros, incluido el arriendo de los helicópteros Chinook, que lanzan grandes volúmenes de agua, además de 26 aviones.
Tan importante como el equipamiento de que se dispondrá para la temporada, lo es la capacitación del personal de combate y de la ciudadanía, con el fin de desarrollar planes de protección civil. Las Fuerzas Armadas han participado en iniciativas de instrucción y equipamiento de las brigadas de refuerzo formadas por soldados. Asimismo, se han identificado los puntos más críticos, donde las viviendas se encuentran muy cercanas a los bosques, con el fin de tomar medidas preventivas. Como parte de ello, se ha impulsado la creación de brigadas comunitarias preventivas, para que los pobladores sepan qué hacer en caso de que el fuego forestal amenace a sus casas. Los vecinos han sido capacitados por expertos de las empresas forestales, para que puedan responder de forma autónoma ante posibles emergencias. Se trabaja a través de videoconferencias y reuniones presenciales en pequeños grupos, con las comunidades en la prevención de los focos de fuego, por lo que se han realizado reuniones con los habitantes de zonas de interfaz, con el objetivo de que se mantenga la limpieza de pastizales y la preparación ante posibles emergencias. Se trata de una estrategia que fomenta la colaboración entre vecinos, municipios, empresas forestales, eléctricas, bomberos e instituciones asociadas al sistema de protección civil, que incorporan distintos tipos de ayuda.
El objetivo de la red de prevención comunitaria, que opera con más de trescientos comités en siete regiones del país, es bajar la ocurrencia de incendios para proteger la vida, los bienes y entornos de las personas que habitan en esas zonas de interfaz, lo que probablemente será más difícil de enfrentar este año, debido a la pandemia de coronavirus, que ha concentrado mayormente la atención de diversos servicios, y también las limitaciones que existen para reunirse.
Los incendios tienen su origen, casi en su totalidad, en el ser humano y sus actividades, ya sea por descuido o negligencia en la manipulación de fuentes de calor en presencia de vegetación combustible, por prácticas agrícolas casi ancestrales, por una escasa cultura ambiental o por intencionalidad.
La temporada será difícil, porque los bosques están muy secos, poca agua, lo que implica que hay gran cantidad de material que actúa como combustible. Las temperaturas serán entre 0,5 y 1,5 grados más altas que el promedio de los últimos 30 años, entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía.