"Si no estamos bien en salud, no vamos a tener reactivación"
El secretario de Estado visitó la semana recién pasada la Región del Biobío para dar inicio oficial al plan de reactivación, que se extenderá hasta 2022.
Una nutrida agenda en relación a la Región del Biobío tuvo la semana pasada el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno. El titular del MOP participó en el Encuentro Regional de Empresas (Erede) 2020 y dos días después estuvo presente en el Aeropuerto Carriel Sur para oficializar el detalle de una estrategia que alcanza una inversión pública superior a los US$ 663 millones hasta 2022, en torno a 160 proyectos.
Según expuso el ministro a Diario El Sur, los énfasis estarán puestos en obras de rápida ejecución y que generen empleo, asociadas particularmente a iniciativas de vialidad, agua potable rural, colectores de aguas lluvia, a inversiones en las Rutas 160 o en los inicios de las construcciones de la Ruta Nahuelbuta y del Puente Industrial, que debiese concretarse a partir de 2021.
-¿Es posible asegurar una recuperación económica sólida cuando el avance de la pandemia aún es incierto?
-Como mencioné en Erede, el objetivo de este plan es crear empleo, pero la base es la salud. Si no estamos bien en la salud, no vamos a tener reactivación. No es posible que la gente pueda a salir a trabajar si están en cuarentena.
-Por lo menos en Biobío la situación aún está un poco complicada en términos de salud...
-Efectivamente. Ahí estamos atrás de lo que ha pasado en el país. Ahora, en el último tiempo han estado mejorando los indicadores, por lo tanto, es posible que dentro de algunos días o semanas vayan reduciéndose las medidas de confinamiento, y eso va a generar la posibilidad de que las personas vuelvan a movilizarse y a retomar algunas de sus actividades.
-¿Por qué se habla de un plan de reactivación económica para la emergencia cuando varias de estas obras ya estaban en carpeta? ¿Qué es lo distinto hoy?
-Lo que hace el plan de reactivación es que el número total de obras es mucho más alto. Por eso decimos que en el caso del Biobío el monto que se va a gastar en obras públicas es 58% más. Si no se hubiesen tenido los fondos de la recuperación, obviamente se habría podido solamente hacer dos terceras partes de eso, porque no habríamos tenido este aumento de más de 50%. La diferencia es que hay muchos más recursos, y eso permite hacer muchos más proyectos.
-¿Qué obras nuevas considera el plan o cuáles tiene pensado anunciar MOP en vista del contexto?
-Los proyectos del plan de recuperación son todas iniciativas que estaban consideradas antes, pero que no tenían financiamiento, es decir, que ya habían hecho su diseño, ingeniería o que tenían su aprobación medioambiental. Los otros proyectos que uno pudiera pensar como nuevos, en el sentido de que nunca se hubiera hablado de ellos, son imposible de pensar para tenerlos en un plazo breve.
-¿Cómo operará específicamente la mesa público-privada de reactivación que anunció el Presidente en el Erede 2020 y cuánto poder de decisión e injerencia real puede tener el sector privado o la sociedad civil en esta instancia?
-Esta es una mesa que ya está funcionando. La preside el intendente y están todos los seremis que tienen que ver con este tema. Están los gremios y los dirigentes sociales, y la idea es trabajar todos juntos, de manera tal de poder hacer realidad estos proyectos. Las iniciativas han surgido de las necesidades locales y, por otro lado, la idea es que se lleven a la práctica.
-Pero para graficarlo bien, ¿de qué manera un representante del sector privado o de la sociedad civil podrá apoyar en esta mesa? ¿Qué decisión le correspondería?
-La decisión tiene que ver con las buenas ideas y la información. Más que un problema de quién decide qué cosa, obviamente, las decisiones finalmente las tiene que tomar la autoridad, pero de acuerdo a la información existente. Se trata de que las decisiones que tiene que tomar la autoridad sean lo mejor informadas posible.
CONFLICTO EN ARAUCO
-Cuando fue ministro de Desarrollo Social estuvo a cargo de la búsqueda de diálogo a raíz de los conflictos en Arauco y La Araucanía. ¿Vio frutos tras esa labor?
-Pienso que sí (…) Creo que uno de los aportes tiene que ver con el impulsar el sentido de que la verdad no la tiene nadie. La verdad es una cosa en donde necesitamos conocer las visiones de otros. Y, en segundo lugar, cosas concretas que van en el sentido de ir resolviendo los distintos problemas que están en la base de lo que ahí se vive, es decir, un tema histórico de discriminación y de no valorización de una cultura distinta.
-¿Cómo se logra eso?
-Chile debe estar orgulloso de sus propias raíces, y eso tiene que ver con el idioma, con los textos de educación y cómo se interpreta la historia común que tenemos, que ha tenido una interpretación que ha sido desde un solo punto de vista. También hay que resolver problemas asociados a la Ley Indígena.
-¿Eso implica un reconocimiento constitucional o un Estado plurinacional?
-Por supuesto que el reconocimiento de esta comunidad, como son los mapuche, requiere cambios legales en algunas cosas. Antes de que dejara Desarrollo Social presentamos el Ministerio Indígena o el Consejo de Pueblos. Es importante que haya una expresión del reconocimiento constitucional sobre cómo integramos no solo a los mapuche, sino que a las distintas etnias y pueblos originarios en nuestro país, y que eso esté reflejado ahí.
-¿Por qué cuesta tanto conciliar puntos de encuentro en esta zona?
-Las razones son muchas, pero sin duda tienen un origen histórico. Creo que también hay problemas que tienen que ver con la discriminación (…) Ahora, a pesar de que estas zonas reciben un apoyo del Estado muy sustantivo, son las más pobres de Chile, en donde hay menos caminos pavimentados o menos acceso al agua potable. Entonces, es evidente que estamos haciendo algo mal.