Viene de la página anterior
-Ya que refiere el reconocimiento de pueblos originarios. ¿Sería una revaloración puramente cultural o con ámbitos de autonomía?
-Así como mencioné que la descentralización debe ser coherente con nuestra condición de Estado unitario, creemos que también el reconocimiento de los pueblos originarios debe estar en coherencia con ello. Es perfectamente posible, y deseable creo yo (obviamente hay que escuchar más a los pueblos originarios que lo que yo pueda decir), que ese reconocimiento de su cultura, de su historia, de su lengua, sea compatible con su integración al Estado unitario de Chile. Hay sectores que piensan que el reconocimiento va hacia la plurinacionalidad y ciertas autonomías. Nosotros creemos que es posible lograr ese reconocimiento real, tangible, profundizando su integración con su cultura e historia a nuestro Estado unitario y a nuestro desarrollo.
-¿Cómo ve la situación del empleo debido a la crisis: es el desempleo real mayor que el que señalan los indicadores?
-El desempleo sin duda es más alto del que las cifras indican, porque a las personas desempleadas, que está en torno al 13%, hay que sumar aquellas personas que normalmente estarían buscando trabajo y dejaron de hacerlo porque asumen con resignación que en la realidad de pandemia no pueden: son los "nuevos inactivos", que son alrededor de un millón de personas; y tercero, están los que están con contrato suspendido. Esos tres grupos suman casi tres millones de personas, es decir, 30%. Esa es la cifra real. Y hay que agregar ese mundo de trabajo informal que crece. Porque el desafío del empleo no es solamente cerrar la brecha de desempleo e inactividad, sino también darle oportunidad al empleo informal. Para ello debemos poner en el centro de la política a las empresas en crecimiento, porque el proceso dinámico de crecimiento de las empresas activa el círculo virtuoso de más y mejores empleos formales. Por eso hemos sido muy insistentes en que las políticas segmentadas por tamaño desincentivan el proceso de crecimiento.
-Le quedan unos pocos meses en la presidencia de la Sofofa. ¿Cómo le gustaría que continuara su acción, enfocada tanto en lo nacional como en lo gremial?
-No hay contradicción entre lo gremial y lo nacional, o entre el interés empresarial y general. La Sofofa, y cualquier actor que aspire a influir en el debate público, tiene que ser creíble y coherente. Debe pararse desde lo que es y no disfrazarse en otro grupo de la sociedad. Sofofa representa a grandes empresas chilenas, a 22 gremios profesionales y a 48 gremios sectoriales de toda la economía. Es el gremio más transversal de Chile, son nuestros socios desde Mercado Libre, la empresa más grande la Latinoamérica, hasta industrias manufactureras que están en Sofofa desde su constitución. No es solamente un gremio industrial: están las grandes empresas manufactureras, las pyme productoras de pan, las clínicas, empresas de telefonía, tecnológicas como Sonda y Coasin, en fin, representamos una gran diversidad de mundos empresariales. Desde ahí nos paramos, no presumimos no representar el interés de la empresa. Si no somos capaces de explicarles a las personas cómo las beneficia un mayor protagonismo del mundo empresarial en el desarrollo de Chile, algo ha fallado en nuestra labor. Por eso no hay contradicción entre el interés general y el interés de la empresa, creo yo. Obviamente el interés general pasa por que el Estado regule para limitar las externalidades negativas que pueda provocar la actividad económica, o prevenir o sancionar las malas prácticas, pero no pasa por acotar el ámbito de acción de la empresa y reemplazarlo por el del Estado, como algunos postulan.
-Hablando de sanciones, ¿qué opina del posible juicio político al ex ministro Mañalich por su actuación en la pandemia?
-El mecanismo de la acusación constitucional se ha tergiversado completamente y la acusación contra el ministro Mañalich en un momento sanitario tan extremadamente complejo es infundada y raya en un oportunismo lamentable.
-De ganar el Apruebo y ya no siendo presidente de la Sofofa, ¿le interesaría ser candidato a la Convención Constituyente?
-El rol público que pueden ejercer los empresarios es fundamental. Yo pertenezco al mundo empresarial, mi vocación es empresarial. Desde la empresa, una vez que deje Sofofa, voy a seguir promoviendo con mucha sistematicidad que los empresarios se activen en el debate público no solamente a través de los gremios que lo representan, que es esencial, sino que también directamente: es un rol ineludible participar de lo público. Esa va a ser mi vocación futura, la misma que he venido desarrollando en los últimos 20 ó 30 años.