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Estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de España analizó rol protector

Cómo regulan la obesidad las células del sistema inmunológico

Una investigación descubrió que la activación del metabolismo de los macrófagos causa la inflamación del tejido adiposo y de la obesidad. Sus autores explican cómo esto puede llevar a la aparición de enfermedades como diabetes.
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Por Efe

Los macrófagos, las células del sistema inmunológico encargadas de defender al organismo de las infecciones, también juegan un importante papel en el correcto funcionamiento de nuestros tejidos y la regulación de la obesidad. Ahora, un estudio describe cómo tiene lugar este mecanismo metabólico.

El hallazgo, dirigido por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España y publicado en Nature Metabolism, podría servir para diseñar nuevos tratamientos para la obesidad y el sobrepeso, y para algunas patologías asociadas como el hígado graso o la diabetes tipo 2.

El estudio, dirigido por José Antonio Enríquez y David Sancho, fue en colaboración con la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA), en EE.UU., la Eastern Finland y la Kuopio University Hospital (Finlandia), y las universidades españolas de Salamanca y Complutense de Madrid (UCM).

La investigación detalla cómo la activación del metabolismo mitocondrial de los macrófagos -que se produce en respuesta al estrés oxidativo provocado por una dieta rica en grasas-, causa la inflamación del tejido adiposo y la obesidad, explica el CNIC en un comunicado.

"En las últimas décadas, diversos estudios han comprobado que, en condiciones normales, los macrófagos del tejido adiposo facilitan un ambiente antiinflamatorio y reparador", que desactiva cualquier proceso que altere la función normal de este tejido; "estos macrófagos se conocen como antiinflamatorios o tipo M2", explica Enríquez.

Pero, en ciertas situaciones, "los macrófagos M2 interpretan las señales de estrés, que normalmente aparecerían en respuesta a una infección, y promueven inflamación como mecanismo defensivo", agrega.

INFLAMACIÓN BUENA Y MALA

Estos procesos inflamatorios son responsables de la aparición de alteraciones que afectan al tejido adiposo y "están en el origen de la obesidad y del síndrome metabólico asociado a trastornos cardiovasculares, hígado graso o diabetes tipo 2", puntualiza el investigador.

En respuesta al exceso de nutrientes generados por una dieta elevada en grasas, "los macrófagos cambian su función y favorecen procesos inflamatorios, formando macrófagos proinflamatorios de tipo M1".

La investigación que ahora se publica analizó cómo los cambios metabólicos en los macrófagos regulan este proceso inflamatorio que subyace a la obesidad y el síndrome metabólico.

Aunque la inflamación es una respuesta normal del organismo y beneficiosa para enfrentarse a agresiones cuando es aguda y transitoria, es muy perjudicial cuando se vuelve persistente o crónica, aun siendo de bajo grado.

Esto, explican los investigadores, ocurre en la obesidad y el síndrome metabólico y conduce a una mayor mortalidad cardiovascular o la aparición de diabetes.

La información que aporta este nuevo trabajo demuestra que, en ausencia de una proteína denominada Fgr, el hígado incrementa su capacidad para eliminar grasas, generando compuestos químicos que se eliminan a través de la orina, y mejorando también las alteraciones que la obesidad causa en el metabolismo de la glucosa (diabetes tipo 2).

Los resultados, obtenidos en ratones, han sido corroborados en cohortes humanas donde los autores han encontrado una fuerte correlación entre la expresión de Fgr y los efectos negativos derivados de obesidad.

A la vista de estos datos, los investigadores sugieren la posibilidad de emplear inhibidores específicos de la proteína Fgr como tratamiento para los pacientes obesos y/o con síndrome metabólico, para reducir la inflamación y mejorar así los parámetros asociados con estas patologías, como el hígado graso o la diabetes tipo 2, para aumentar su esperanza y calidad de vida.

DESEQUILIBRIO

La obesidad es uno de los principales problemas de salud ya que está implicada en el desarrollo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer, hígado esteatosis, síndromes metabólicos, hipertensión arterial y algunas enfermedades autoinmunes.

La combinación entre una dieta excesiva de nutrientes, junto a la falta de actividad física y algunos factores genéticos conduce a un desequilibrio en la demanda de energía frente a la energía consumida que inicia la obesidad.

En Chile, según los últimos datos publicados por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el 74% de la población adulta sufre de sobrepeso u obesidad, siendo el país del grupo con mayor tasa de obesidad y sobrepeso, por encima de México (72,5%) y EE. UU. (71%).

Proyecto une a tres universidades presentes en la zona

Buscan aportar a disminuir el sobrepeso con algas marinas

La investigación liderada por académicos de la U. San Sebastián tiene por objetivo utilizar compuestos de algas marinas para productos nutracéuticos y alimentos funcionales.
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A través del proyecto "Algas marinas: masificación de una estrategia tecnológica sustentable para la formulación de ingredientes activos utilizados en alimentos funcionales con propiedades anti-obesidad", la Universidad San Sebastián (USS) sede Concepción junto a la U. Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y la U. Arturo Prat (UNAP) buscan valorizar las propiedades nutricionales de las algas y establecer un modelo sustentable de producción en las zonas costeras de la Región del Biobío.

Los lugares en cuestión son Coliumo, Llico, Rumena, Tubul y Tumbes, los cuales, mediante sus organizaciones de pescadores artesanales y recolectores de orilla, serán favorecidos con la entrega de paquetes tecnológicos que les permitirán valorizar este bio-recurso y así, entregar un producto semielaborado con mayor margen de comercialización. El proyecto también implica la transferencia de sistemas de cultivo y producción sustentable de algas pardas, lo que conjuntamente repercutirá en beneficios económicos, ambientales y sociales para el borde costero. La iniciativa cuenta con financiamiento del Comité de Desarrollo Productivo de la Región del Biobío.

"La información tecnológica y protocolos generados permitirán la producción de extractos de algas pardas ricos en fucoxantina que sirvan como ingrediente bioactivo para suplementos y alimentos funcionales con propiedades anti-obesidad, contribuyendo mediante ciencia y tecnología a añadir valor a la actividad de recolección de algas e impulsando encadenamientos productivos con el sector nutracéutico y alimentario", explicó el director del proyecto y académico de la Facultad de Ingeniería y Tecnología USS, doctor Patricio Oyarzún.

EXPLOTACIÓN SUSTENTABLE

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), actualmente se recolectan 1,1 millones de toneladas de algas en todo el mundo, donde China e Indonesia representan el 80% del total. Estos países han desarrollado una pujante industria a través de un desarrollo sostenible y con un fuerte componente social que beneficia a las poblaciones costeras dedicas a la actividad.

En el caso de Chile, la acuicultura de algas no representa un beneficio económico social que incentive su desarrollo como en los países asiáticos. De hecho, en los últimos tres años los desembarques de grupos de algas pardas han caído en más del 30% en el país. "Aunque no tenemos una tradición cultural asociada a la alimentación en base a algas, sí es importante su exportación. Sin embargo, esta es una actividad primaria orientada a la exportación de la materia prima en bruto, con bajo o nulo valor agregado, y cuya sobreexplotación ha afectado el ecosistema marino de zonas costeras del Norte Grande y Norte Chico del país", aseguró el investigador de la UNAP Diego Olivares.

BENEFICIOS PARA SALUD

El sobrepeso y la obesidad son indicadores relevantes para medir la salud estructural de un país. Eso porque influyen en la esperanza de vida de la población y en los gastos que realiza el Estado para el tratamiento de enfermedades crónicas, entre otros aspectos. En el caso de Chile, según la OCDE, el 74% de la población adulta sufre problemas de peso, siendo el país de la organización con peores índices.

Es por lo anterior que el proyecto también busca combatir esta pandemia no infecciosa. "Con la transferencia de conocimiento en producción de formulaciones a base de extractos de algas ricos en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y anti-obesidad, buscamos incorporarlo como un ingrediente funcional para promover la alimentación saludable", puntualizó Patricio Oyarzún.