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-¿Eso era poesía?
-Sí: soñar con el canto de los pájaros, especialmente los graznidos de las bandurrias, el canto de los trailes, o de pronto toparnos con sus nidos, observar con mucho respeto y cuidado esos nidos: nos decían que no había que tocar los huevitos porque los pájaros podían destruirlos. Estaba toda la poesía y la posibilidad de la vida palpitando en ese huevo.
SUEÑOS
-¿El poeta en el mundo mapuche tiene alguna especie de revelación, como le sucede a las machis?
-Hay un cultivo de un lenguaje que se ha ido olvidando, que es el lenguaje de los sueños. Esa es una parte muy importante en el inicio del día. Generalmente es la abuela la que pregunta si soñaste, qué soñaste. Los adultos contaban sus sueños, los niños aprendíamos a interpretarlos y a contarlos. Hasta que uno termina su sueño en esta tierra. Es una actitud cotidiana, del día que comienza. Aún sigue esta costumbre. Como suele decirse: todos sueñan pero no todos recuerdan sus sueños, porque no hay un trabajo de esa memoria, que está en todas las personas.
-¿Qué es la poesía?
-La poesía no es solamente verso. Es movimiento, gestualidad, textura, color, todo es poesía que se transforma en un sabroso almuerzo, once o desayuno. Y ahí están los sueños liderando lo cotidiano y lo trascendente, vinculándonos con la denominada realidad y la irrealidad, el misterio de la vida.
-¿En qué escribe? ¿Va directo al computador, tiene algún cuaderno especial?
-Para la poesía, necesito el papel. Lo narrativo lo hago directo a la computadora. La poesía requiere del papel, del contacto, de la visión. Uno puede tomar el cuaderno, la libreta y ver cómo avanza un poema. A veces va paso a paso y otras veces como un caudal.
MAPUDUNGÚN
-Si todos supiéramos hablar la lengua mapuche ¿cómo se transformaría Chile?
-Toda cultura y por tanto todo territorio se enriquece cuando hay diversidad de colores, visiones de mundo, modos de hablar. Cualquiera que sea el idioma, se enriquecen todos y todas. Mapudungún es una lengua muy musical, muy compleja y que contiene una profunda visión de mundo. Como toda visión nativa, recuerda que los seres humanos provenimos de culturas nativas, solo que algunos tenemos memoria y otros la han olvidado. El gran aporte de nuestra cultura es su visión de mundo vinculada con la naturaleza.
-¿Sirve volver a la cultura nativa en los tiempos que vivimos?
-Es un gran aporte, porque está con la mirada y el pensamiento puesto en sostener, sustentar el equilibrio de la naturaleza a la que pertenecemos. Si se genera un desequilibrio en la naturaleza se está generando lo mismo en nosotros mismos. Es una violencia que nos toca. Somos una pequeña parte de la tierra, mapuche: gente de la tierra.
-¿Desde cuándo está en Asturias?
-Cuando comenzó la pandemia yo estaba en Europa, en actividades literarias. Había sido invitado a la Bienal de Arte de Sídney, donde mi obra ocuparía un lugar relevante. Pero la pandemia llegó primero a Australia y luego muy rápidamente llegó a Europa y no alcancé a concluir este trayecto. No pude viajar a Australia y tampoco pude concluir las actividades programadas en Barcelona, porque vino la orden de confinamiento y mi pasaje que estaba para el 24 de marzo fue cancelado. Luego hice nuevas reservas tres veces y la empresa Latam cada vez canceló mi pasaje. Y no tiene visos de cumplir, por lo tanto, decidimos con mi compañera y nuestra hija tomar otra línea y estamos viendo en el transcurso de este mes qué sucede.
-¿Pudo celebrar?
-Sí, con la familia. Estamos en un lugar rural de Asturias, donde vive la hermana menor de mi compañera con su compañero. Celebramos, sí. Me prepararon una cena y conversamos, brindamos, emocionados por la importancia de este momento, parte de la historia de un territorio tan golpeado.
-¿Cómo celebrará cuando pueda volver?
-Tenemos que hacer primero nuestra cuarentena, ojalá la vida nos regale la posibilidad de llegar bien hasta allá. Luego pensaremos en celebraciones con la familia y con los amigos y amigas más cercanos en nuestra comunidad, en Quecherewe.