Efecto pandemia: en 41% suben procesos por ley de insolvencia el primer semestre
El incremento de renegociaciones, reorganizaciones y liquidaciones se observa en personas y empresas. Desde tribunales informaron que no hay atrasos en audiencias.
La crisis económica derivada de la pandemia puede graficarse con indicadores regionales como la caída del 21,4% del desembarque pesquero a junio de este año, en relación a igual mes de 2019, o el desempleo de 10,6% para el trimestre abril-mayo-junio, con un gran incremento de personas que no salen a buscar trabajo por las bajas expectativas respecto al mercado.
El impacto de una actividad económica disminuida puede generar problemas económicos que complican el pago de cuentas o préstamos financieros.
El seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, dijo que desde el estallido social, en octubre de 2019, se vio un aumento en las solicitudes ante la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir), entidad que supervisa los procesos de renegociación o quiebra.
Según las cifras de la Superir, si a junio de 2019 se tramitaron 354 procedimientos concursales para personas y empresas, este año ya han iniciado 509. No obstante, el gran incremento de trámites se observa en personas más que en las firmas, según las cifras de la Superintendencia.
"Las pérdidas de las empresas producto del estallido social se empezó a sentir en marzo. Las empresas pensaron que podían recuperarse este año, pero la pandemia agudizó las dificultades", mencionó el seremi.
Agregó que los problemas de las empresas derivaron en despidos, lo que ha complicado la situación financiera individual y de agrupaciones.
Dos opciones
La ley 20.720 de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas se promulgó en enero de 2014 y fijó dos tipos de procedimientos para personas y dos para empresas que cumplen con los requisitos fijados por la normativa (ver recuadro).
En el caso de las personas, las opciones son renegociación y liquidación. La primera permite acordar con los acreedores nuevas condiciones para cumplir con los pagos. La segunda considera un proceso judicial para vender los bienes de la persona y con ese dinero saldar las deudas.
Durante el primer semestre de este año 42 personas han pedido una renegociación y 382, la liquidación de sus bienes. La proporción es similar a la del año pasado, aunque las cifras son más bajas: 25 renegociaciones y 254 liquidaciones.
El abogado Alfredo Trentini, del estudio jurídico Estoyenquiebra.cl -que trabaja con este tipo de casos-, reconoció que este año se ha visto una mayor morosidad. Dijo que las consultas se han incrementado en un 20%. Eso sí, aclaró que el aumento ha sido sostenido en los últimos años y que el estallido social y la pandemia lo agudizaron.
Sobre los factores que han incidido en el incremento, además de la crisis económica, el jurista nombró el cambio de actitud que han tenido la banca y el retail: "Antes se priorizaba mucho la propuesta de reprogramación de deuda, pero como las condiciones económicas han cambiado, ahora tienen que hacer una reevaluación de los clientes".
Al igual que las personas, las empresas también tienen dos alternativas: la reorganización y la liquidación. El primer semestre del año pasado, 2 se acogieron al primer procedimiento y 76 al segundo. Hasta junio de 2020, la tendencia es 3 y 82.
En tribunales
La renegociación y reorganización son procedimientos en los que media la Superir. Es distinto lo que ocurre con las liquidaciones, que son procesos donde intervienen los tribunales.
Antonella Farfarello, jueza del Segundo Juzgado Civil de Talcahuano, contó que los procedimientos, en promedio, duran más de un año y que no ha habido atrasos por la pandemia, ya que las audiencias se están haciendo por plataformas digitales.
Agregó que "el liquidador lleva el ritmo de la causa, y en realizar una serie de gestiones que generalmente hacen para determinar los bienes o patrimonio real del deudor y realizarlo, en su caso, es lo que demora".
Difusión
Mauricio Gutiérrez indicó que se han reunido con representantes de varios municipios de la zona para socializar la normativa. No obstante, reconoció que falta mayor difusión.
Sobre el funcionamiento de la oficina regional (ubicada en el edificio de Chile Atiende, en Castellón 435), se ha priorizado el correo electrónico para realizar consultas, aunque la oficina está abierta y atendiendo.