Altos niveles de morosidad
Un total de 4.959.145 personas en el país se encuentran en situación de morosidad, de acuerdo al estudio correspondiente al segundo trimestre del presente año, elaborado la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, con información de Equifax. Esto significa un fuerte aumento de 8,2% respecto al mismo periodo del año pasado y de un 3% respecto al primer trimestre de este año. Los autores del estudio han señalado que es el incremento más importante desde que en el año 2012 se ejecutó el "borronazo" en que millones deudores salieron de las listas de Dicom.
Uno de cada tres chilenos mayores de 18 años tiene compromisos impagos, con una morosidad promedio de $1.894.721 (en nuestra Región del Biobío es $1.614.964), cuestión que podría agravarse en los siguientes informes, que seguramente captarán mayormente los impactos de la crisis económica que ha seguido a la pandemia de coronavirus, con cierre de empresas, despidos de trabajadores y una tasa nacional de desocupación de 12,2%.
El estudio reveló que el 42% de las personas tienen compromisos impagos con las multitiendas y el 28% tienen deudas en mora con la banca, aunque éstas últimas corresponden a montos mayores. El número más alto de morosos con el retail se explica por el acceso a diversas tarjetas de casas comerciales, que se entregan con bajas barreras de acceso, otorgando créditos de bajo monto, pero a un mayor número de personas. El problema afecta levemente más a las mujeres que a los hombres, mientras el rango etario de los deudores impagos se concentra entre los 30 y 59 años.
En las últimas décadas, la sociedad se ha vuelto muy permeable al consumo, estimulada por las facilidades que ofrecen los sistemas de endeudamiento, como tarjetas de créditos bancarias y comerciales, así como el expedito acceso a los préstamos y avances en dinero. Asimismo, es frecuente que a los jóvenes universitarios se les ofrezcan productos bancarios, lo que constituye un riesgo si se considera que aún se encuentran estudiando, no generan ingresos y dependen económicamente de sus familias, lo que supone que ingresarán al mercado laboral con compromisos financieros ya contraídos.
Por otra parte, está el endeudamiento de personas de la tercera edad, que muestra más tendencia a caer en el incumplimiento de pagos, la gran mayoría de los cuales no corresponde a la existencia de créditos hipotecarios, automotores o de consumo sino al recurrente avance en dinero que obtienen en tiendas comerciales y supermercados, que se utilizan para la adquisición de medicamentos, alimentos y calefacción, pero que tiene altas tasas de interés.
No puede desconocerse tampoco que el endeudamiento no responsable, por sobre la capacidad de pago de las familias, ha llevado a un persistente aumento de la morosidad, que se acentúa en los períodos en que se deteriora la economía y el mercado del trabajo se restringe. Así, las personas que pierden sus empleos estables, como ha ocurrido en esta pandemia, deben buscar otros más precarios, que en ocasiones sirven para sobrevivir pero no para asumir los compromisos que representa un endeudamiento. El abogado Ricardo Ibáñez, de Defensadeudores.cl, ha señalado que el número de morosos debiera aumentar a nivel país, y también en nuestra región debido a los mayores niveles de desempleo, el término de los beneficios que el gobierno entregó, y la postergación de cuotas de créditos de consumo e hipotecarios que los bancos ofrecieron a sus clientes. De manera que cuando esos beneficios terminen y los trabajadores vean que la recuperación económica y creación de empleos perdidos será lenta, hacia fines de año se verán los mayores efectos de la morosidad.
De ahí que será necesario que superada la pandemia, las industrias puedan empezar a funcionar y a reactivar la economía, lo que permitirá la creación de nuevos empleos y reposición de aquellos que fueron congelados durante esta crisis sanitaria.
Uno de cada tres chilenos mayores de 18 años tiene compromisos impagos, con una morosidad promedio de $1.894.721 (en nuestra Región del Biobío es $1.614.964), cuestión que podría agravarse en los siguientes informes, que captarán mayormente los impactos de la crisis económica derivada de la pandemia.