Proponen que infraestructura natural sea clave para mejorar drenaje urbano de Concepción
Un proyecto desarrollado por organizaciones y profesionales del sur aspira a que las ciudades tengan sistemas mucho más resilientes, para hacer frente a fenómenos como las inundaciones.
Referentes en China, Estados Unidos, Australia y Europa son los que han observado en los últimos meses los integrantes de un proyecto que aspira a la creación de una guía de drenaje urbano sostenible, basada en el concepto de infraestructura verde y que aspira a contribuir a la forma en que se realiza la gestión de las aguas lluvia en ciudades del sur de Chile, entre ellas Concepción.
Se trata, en primer término, de fomentar un cambio de mirada para revalorizar aquellos espacios naturales existentes en los centros urbanos del sur que se caracterizan por su alta pluviosidad y por sufrir frecuentes episodios de inundaciones en los periodos de mayores precipitaciones. Algo de lo que saben muy bien los habitantes de comunas como Concepción, Lota y Tomé.
"Buscamos rescatar espacios de agua y naturaleza que son parte de la matriz de infraestructura verde natural que tenemos en estas ciudades -y Concepción en particular- que tiene una condición increíble por sus ríos y humedales, para comenzar a cuidar más estos espacios no solo porque son bonitos, sino porque cumplen un rol funcional en materia de drenaje urbano. Es decir, a medida que respetamos esos espacios nos evitamos problemas como las inundaciones, que cada vez ocurren de manera más frecuente", explica Camila Teutsch Barros, directora de la empresa B Patagua y líder del proyecto "Drenaje Sostenible para Ciudades Resilientes" (ver recuadro).
La ingeniera en Recursos Naturales recalcó que este tipo de episodios tiene que ver con la forma en que se planifican las ciudades, ya que -a su juicio- estas actualmente crecen de manera "bastante desregulada".
Andrés Riveros, encargado de Planificación Territorial de Fundación Legado Chile, complementa que "las inundaciones son algo recurrente en nuestro país y se acentúan por el modelo de urbanizaciones que hemos creado. Básicamente, lo que hacemos es impermeabilizar los suelos, aumentar las correntías y habitar las zonas de riesgo, las que a su vez, ocupan personas con menos recursos. Esto se agrava mucho más si tenemos en cuenta las variables de cambio climático o c cambio global, en donde se esperan periodos más prolongados sin lluvia, pero en paralelo, episodios más cortos de precipitaciones mucho más fuertes y extremas".
EL FUNDAMENTO
La Guía de Drenaje Urbano Sostenible se basa en la conservación de la naturaleza de las ciudades y apunta a los beneficios sociales que se pueden obtener de un proceso de este tipo.
Esta fórmula de solución basada en la naturaleza tiene como objetivo disminuir la cantidad de agua que llega a la red pública de drenaje, reduciendo la posibilidad de inundaciones. Además, permiten almacenar o reutilizar el agua superficial dentro de los entornos urbanos, mejorando la calidad del agua que llega a los acuíferos.
En particular, espacios naturales como humedales y esteros se transforman en vías de almacenamiento, retención y depuración de las aguas, a la vez que proveen espacios de esparcimiento y hábitat de vida silvestre.
Para el caso de Concepción, Camila Teutsch enfatiza que "los humedales son fundamentales. Hay que reconocer las funcionalidades: son esponjitas, almacenan y amortizan crecidas importantes de los cauces y los episodios de altas precipitaciones y luego van liberando lentamente esa agua. Tienen también la capacidad de infiltrar y purificar. El agua sale más limpia de esos espacios naturales".
LA INSPIRACIÓN
Principios como proteger, retrasar, almacenar y liberar las aguas son parte de la inspiración de este proyecto, el mismo que se utilizó con éxito para crear el concepto de "ciudades esponja" en China.
En la búsqueda de modelos para la creación de la guía se estudiaron también ejemplos como el Plan Maestro de descentralización de las aguas de Sidney, Australia, así como el Plan de Gestión de Aguas Lluvias Sustentable de Nueva York, el cual rescata ideas como acceso y uso recreativo de los cursos de agua y el fomento de proyectos orientados a mejoras de la infraestructura gris.
Además se revisó el plan de Dinamarca de 2012, que se inspira en un programa general de adaptación de las ciudades al cambio climático.