Desafíos de una población que envejece
Estudios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que una persona que nace en América puede aspirar a vivir 75 años, casi cinco más que el promedio mundial, aunque las enfermedades, entre ellas el covid-19 que con carácter de pandemia ataca en todo el mundo, son los principales retos. Los informes elaborados antes de la emergencia sanitaria mundial indicaban que la población había ganado dieciséis años de vida, como promedio, en los últimos 45 años. Es cierto, vivimos más, pero a la vez la gente muere por causas que podrían evitarse, como accidentes o enfermedades cardiovasculares ligadas al sedentarismo y la mala alimentación.
Hay que poner atención en las enfermedades emergentes, como la obesidad y el sedentarismo, que sin lugar a dudas se han incrementado durante las cuarentenas. La obesidad, por ejemplo, es uno de los principales factores de riesgo para padecer una enfermedad crónica. Así, en el continente la tasa de obesidad duplica el promedio global: 26,8% frente a 12,9%. Además, el 15% de la población mayor de 18 años vive con diabetes, un porcentaje que se ha triplicado durante la última década. Y aunque la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha disminuido en promedio en América, sigue siendo la principal causa de muerte. El cáncer, en tanto, provocó en el continente la muerte de 1,3 millones de personas en 2012, y el 45% de ellos antes de los setenta años. Las lesiones causadas por accidentes de tránsito, representaron en promedio el 12% de las muertes, mientras los homicidios colocan a dieciocho países de América Latina y el Caribe entre los veinte más peligrosos del planeta.
De acuerdo a las estimaciones a nivel nacional, el envejecimiento poblacional en Chile seguirá aumentando y las proyecciones se ajustan a esta lógica, ya que todas las regiones evidencian un proceso creciente en este ámbito. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), seis de las regiones del país podrían superar el millón de habitantes para el año 2035, mientras que la población total a nivel nacional -actualmente de poco más de 19 millones- para ese año pasaría de 21 millones de habitantes. Esto significará un crecimiento de 10,6% de los habitantes totales en este período de quince años.
En relación a las regiones que concentran la mayor cantidad de población del país, se proyecta que la Región Metropolitana siga en primer lugar, aumentando en 2,5 millones de personas entre 2002 y 2035, llegando a 8.844.243 millones de habitantes para el mencionado último año. Le siguen la Región de Valparaíso, que albergaría a 2.162.052 millones de residentes, y la Región del Biobío, de la cual ya se desprendió Ñuble, con 1.710.192 millones de personas al final del período. A la vez, el 18,9% de la población chilena estimada para el año 2035 corresponderá al rango de 65 años y más.
Chile envejece a tasas aceleradas. El fenómeno tiene repercusiones de salud, económicas y sociales que exigirán repensar la forma en la que hemos construido el país y cómo lo haremos en el futuro. El envejecimiento poblacional presenta desafíos de cómo preocuparse de esa gran masa ciudadana que vive más años, y que a la vez exige más atención. Sin embargo, mucho puede hacerse para seguir mejorando tales indicadores, sobre todo en salud y ofrecer panoramas y programas alimentación más saludables para la población, con el fin de que ese aumento de expectativas de vida sea con calidad.
Se trata de un cambio que obliga a repensar las políticas públicas del país. Hay expertos que dicen que Chile no está preparado para enfrentar este cambio en la pirámide etaria, que llegó en forma acelerada. Al observar indicadores simples como las pensiones promedio, o el acceso a la salud, nos damos cuenta que Chile no facilita la vida de la tercera edad. Y esto podría ser peor conforme pasen los años y observemos un incremento de este segmento.
Hay expertos que dicen que Chile no está preparado para enfrentar este cambio en la pirámide etaria, que llegó en forma acelerada. Al observar indicadores simples como las pensiones promedio, o el acceso a la salud, nos damos cuenta que Chile no facilita la vida de la tercera edad.