Aumento de casos de violencia intrafamiliar
La pandemia del coronavirus y las medidas de cuarentena, junto a los llamados que se han realizado para que las familias permanezcan en sus casas, han significado, entre otros problemas, el aumento de los casos de violencia intrafamiliar, cuando la convivencia dentro del hogar se ha deteriorado. La crisis sanitaria significa que muchas mujeres tengan que convivir las 24 horas con su agresor y se les ha hecho más difícil acudir a las comisarías de Carabineros para concretar una denuncia.
Desde que se inició la crisis sanitaria, en marzo del presente año, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género detectó un fuerte incremento en las llamadas a la línea telefónica 1455, de orientación sobre violencia intrafamiliar, y luego de cuatro meses de medidas de emergencia, las mujeres se han visto expuestas a más situaciones violentas, por lo que a través de esa línea, las víctimas recaban información sobre los procedimientos que deben seguir.
Posteriormente, se puso en funciones el WhatsApp de mensajes silenciosos (+56997007000), que permite que las mujeres puedan comunicarse y pedir ayuda psicológica, jurídica y, de ser necesario, se contacta a Carabineros.
Hace unos días, la ministra Mónica Zalaquett realizó un balance e indicó que casi 8 mil mujeres se han podido atender por esa vía, y considerando su efectividad, se ha definido que el WhatsApp de mensaje silencioso no sólo se mantendrá mientras dure la pandemia, sino que será una herramienta definitiva, como política permanente del Ministerio, con atención las 24 horas.
En ese sentido, se han reforzado los canales de atención y se preparan más medidas para ampliar la red de apoyo a quienes son víctimas de violencia de género, ante la perspectiva de que aumenten los casos por el aislamiento impuesto para frenar el avance del coronavirus. Esto ha significado que se reforzaron los turnos diarios y nocturnos en el servicio de orientación telefónica, se mantienen las citas en centros de atención y las casas de acogida siguen abiertas para quienes estén en riesgo o bajo amenaza de muerte. Cabe destacar que sobre los tipos de solicitudes, las mujeres piden orientación, ayuda y contención, además de consultar qué es violencia y qué no, todo eso especialmente en tiempos donde las medidas para prevenir el coronavirus, como las cuarentenas, aumentan las probabilidades de sufrir ataques.
Pese a las insistentes campañas que se han desarrollado durante los últimos años, los ataques a mujeres por parte de sus maridos, parejas, convivientes o pololos no han cesado, incluso hasta llegar al femicidio, que es la forma más extrema de violencia y una muestra de que en algunos sectores de nuestra sociedad todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la vida de las mujeres. La violencia suele expresarse primero como una agresión sicológica, para luego dar paso a los golpes y, en situaciones extremas, terminar con una vida.
El año 2018 se registraron en Chile 42 femicidios, de los cuales cuatro se cometieron en nuestra región. En 2019 fueron 46 casos consumados, de ellos, dos correspondieron a la Región del Biobío y dos a Ñuble. Y en lo que va del presente año, se contabilizan 18 consumados en el país y 55 frustrados. Sin embargo, en los tribunales se tramitan miles de causas sobre violencia física. Lo que importa es que esta situación debe denunciarse a tiempo y puede superarse con la colaboración de todos, partiendo desde la formación de los niños, acerca del respeto a todas las personas.
El WhatsApp silencioso se suma a la ayuda que presta el fono 1455, como también a las campañas que se publicitan en los medios de comunicación "Mascarilla 19" y "En esta comunidad no entra la violencia". Sin embargo, nunca serán suficientes si no se cuenta con la colaboración de todos como sociedad para involucrarse en esta realidad y hacer las denuncias cuando corresponda.
Pese a las insistentes campañas que se han desarrollado durante los últimos años, los ataques a mujeres por parte de sus maridos, parejas, convivientes o pololos no han cesado, incluso hasta llegar al femicidio, que es la forma más extrema de violencia en el hogar.