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Según análisis del desempleo de la UAI para el último trimestre móvil en Biobío

El 77,9% de quienes han perdido su empleo carece de profesionalización

El porcentaje corresponde a personas que terminaron con escolaridad solo a nivel primario o enseñanza media. Entre marzo y mayo de este año se eliminaron más de 130 mil plazas laborales, en relación a igual periodo de 2019.
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Por Alma Canales Silva

Poco más de 127 mil puestos de trabajo se perdieron en el Biobío entre marzo y mayo de este año (en relación a igual periodo de 2019) y 7.381 personas están desocupadas. Esas cifras fueron expuestas en el boletín que mensualmente publica el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, hace cinco días atrás. Pero, lo que no se informó en esa ocasión fue que los jóvenes entre 15 y 29 años, los adultos sobre los 60 años, además de las personas que solo tienen educación básica o media completa, son las más afectadas por el impacto de la pandemia por coronavirus.

Estos datos fueron compartidos y analizados en el Boletín Laboral de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, documento preparado mensualmente por el Centro de Economía y Política Regional (Cepr) de esa casa de estudios con apoyo del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, Coes. En él se revisa la situación de cuatro regiones del país. Una de ellas es Biobío.

De acuerdo al análisis, el 77,9% -prácticamente ocho de cada diez- de quienes se quedaron sin trabajo en el último trimestre sólo terminaron su educación básica o media, lo que equivale a más de 100 mil personas. Si se ve por rango etario, los más jóvenes (15 a 19 años) fueron los que más puestos perdieron, lo que equivale a un 29,1% de la fuerza laboral de ese segmento. Otro sector afectado es de las personas mayores de 60 años. El 28,7% se quedó sin empleo, lo que equivale a casi 26 mil personas.

Para Hugo Salgado, economista de la Universidad de Concepción y quien participa en la elaboración del informe, "el covid ha afectado con más fuerza a los grupos con menos herramientas para enfrentar los desafíos de la recuperación, por ejemplo, a los grupos de menor educación y mayor edad. La recuperación requerirá reconvertir muchos empleos a nuevas modalidades de trabajo, donde las habilidades digitales y la capacidad de adaptación y reconversión serán fundamentales".

Esto, agregó, tiene relación con el complejo escenario que proyecta el boletín, con una lenta recuperación económica que tomará varios años y que golpeará a los sectores más vulnerables.

Los más afectados

Porcentualmente, los jóvenes son los que más han perdido sus puestos de trabajo. Le siguen los mayores de 60 años. Entre ambos grupos suman más de 67 mil personas, es decir, la mitad del total de quienes están sin empleo en Biobío.

El economista Hugo Salgado planteó sobre esto que "podemos inferir de los datos que los ajustes en los empleos se han dado en grupos que probablemente tienen menor productividad en el escenario actual, que requiere muchas habilidades tecnológicas y capacidad adaptativa. Esto se observa en los grupos etarios que tienen menor experiencia laboral o que están próximos a la edad de retiro".

Expresó que mientras los más jóvenes requerirán apoyo para desarrollar nuevas habilidades y mejorar su empleabilidad, los grupos de mayor edad también tendrán que reconvertirse y desarrollar otras habilidades. "Quienes no lo hagan tendrán muchas dificultades en reinsertarse laboralmente en el escenario actual y futuro", proyectó.

Sobre los adultos mayores, el economista indicó que son quienes han sufrido más gravemente las consecuencias de la enfermedad, ya que han visto las consecuencias desde el punto de vista sanitario -pues es uno de los segmentos más afectado por el covid-19- y desde el ámbito laboral. "En los datos se observa una reducción persistente del empleo en los grupos de edad más avanzada desde la crisis social, lo que también muestra las mayores dificultades que tienen estos grupos para volver a encontrar trabajo cuando pierden su empleo", explicó el profesional.

Salgado calificó la gran pérdida de empleos en los segmentos vulnerables como una muy mala noticia, pues los mayores efectos del covid en el mercado laboral se generan precisamente en las personas que tienen menos herramientas para enfrentar un proceso de ajuste laboral. "Es probable que en este período las empresas consideren prescindir de los trabajadores que ellas consideran como menos imprescindibles o que ocupen puestos que son menos claves para la organización. Esto está muy correlacionado con el nivel educacional de los trabajadores".

Para quienes elaboraron el boletín, esto plantea un gran desafío social, ya que el gran impacto en la ocupación está sobre el grupo de menor educación que al mismo tiempo es el grupo de más bajos ingresos. En el informe consignaron que la encuesta Casen sistemáticamente muestra que el salto en ingresos está asociado a la educación superior y técnica profesional, mientras que aquellos trabajadores que solo poseen enseñanza media completa o inferior, sus ingresos tienen a ser considerablemente menores, por lo que la posibilidad que una gran proporción de este grupo se incorpore en el grupo de pobres es muy alta y demandará políticas especiales y urgentes.

"Debido a que este proceso comenzó hace más de un mes, las consecuencias negativas ya están ocurriendo", proyectaron.

Mejor adaptados

En contraste, las cifras muestran que tanto los grupos con formación técnica como universitaria son los que en general han tenido menos impacto en el mercado laboral, tanto en empleo como en cesantía. Mientas en el sector técnico la reducción de puestos laborales es menor al 7%, en el universitario la cifra es de 12,3%.

En cuanto a la desocupación, en el primer grupo es de 1,1% y para el segundo, el guarismo es negativo. Esto implica que más de 2 mil trabajadores se sumaron a la fuerza de trabajo en el último periodo medido. Es el único segmento educacional que está en esta situación, según refleja el boletín de la UAI.

Para el economista Hugo Salgado, esto puede deberse a que ocupan empleos que han podido adaptarse a las nuevas condiciones laborales y donde su experiencia y conocimientos son importantes para las empresas. Esto, sumó, demuestra el valor de la formación técnica y universitaria, no sólo en términos de generar mayores ingresos, sino que también porque entrega la posibilidad de soportar de mejor forma estos shocks en el mercado laboral y permite ajustarse más rápido.