"Bajo ningún punto de vista el circuito patrimonial de Lota quedará a la deriva"
La profesional detalló el procesos que sigue tras la quiebra de la Corporación Baldomero Lillo, que tenía a su cargo administrar un museo y un parque.
Un duro golpe sufrió esta semana el patrimonio cultural de la Región del Biobío, luego de que se anunciara la quiebra de Lota Sorprendente, organismo administrado por la Corporación Baldomero Lillo y que está cargo del circuito histórico y turístico del Parque Isidora Cousiño, el Museo Histórico y la famosa mina Chiflón del Diablo.
La noticia le fue comunicada este lunes a Macarena Vera, directora de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) Biobío, a través de una notificación electrónica. Los problemas, sin embargo, se acarreaban desde el año pasado. Las manifestaciones sociales, la huelga de sus trabajadores y la actual pandemia provocaron una crisis económica en la administración, situación que obligó a la institución afectada a solicitar $150 millones al Estado para solventar los próximos meses.
Pese a ello, los recursos no llegaron. Según anunció Vera días a atrás, la emergencia sanitaria imposibilitó la entrega de los dineros.
-¿Qué ocurrirá ahora con el circuito patrimonial?
-Ahora el proceso está en manos de tribunales. Ellos tienen que asignar un liquidador, quien se hará cargo de acoger la declaración de insolvencia de la empresa y todo lo que ello conlleva. El liquidador tiene que acoger la solicitud de la Corporación Baldomero Lillo y luego ver todo el proceso. Mientras eso ocurra, nosotros seguimos con el contrato de concesión. De hecho, hay trabajadores funcionando para el mantenimiento normal y el bombeo de las aguas, pese a que el circuito está cerrado hace tiempo.
-¿Cuál será el rol que asumirá Corfo en todo esto?
-Una vez que esto pase, evidentemente es Corfo quien se hará cargo de los bienes inmuebles de todo el circuito, es decir, se hace cargo de la mantención, la seguridad y el bombeo de las aguas, además de otros aspectos, para luego generar todo el proceso de adjudicación a una nueva empresa y hacer un nuevo contrato de concesión.
¿El circuito podrá volver a abrir cuando Corfo retome el mando?
Por supuesto que no. Eso se hace hasta que tengamos a la nueva empresa, pero bajo ningún punto de vista Lota se verá afectado en el sentido de que esto desaparezca. Corfo ya está generando todas las instancias y previendo cómo vamos a trabajar en el período en que busquemos a la nueva empresa.
NO HABRÁ CIERRE
-¿Es posible que esta iniciativa turística y patrimonial cierre definitivamente?
-Bajo ningún punto de vista. Esto es un circuito patrimonial de la comunidad de Lota y, evidentemente, nuestra principal preocupación es mantener este circuito, pero hay que hacer los procesos que corresponden y licitar una nueva empresa que se haga cargo. Hace poco estuvimos con el alcalde de Lota que vino hasta Corfo (ayer) para entregar un oficio y hacer consultas respecto a lo mismo, y ahí le dije que no se preocupara, que esto iba a continuar. Eso sí, hoy está en manos de tribunales y tenemos que esperar el proceso judicial, pero luego de eso Corfo tiene que hacerse cargo y viene el nuevo contrato que tenemos que licitar. Bajo ningún punto de vista el circuito se cerrará y quedará botado y a la deriva.
-¿Cuándo debiese asumir sus funciones el liquidador?
No lo sé. Eso lo ve tribunales. Respecto a sus funciones y cuándo se asigna, o si es que ya se hizo, la verdad no estoy en conocimiento. Probablemente, sí, pero ese ya es un tema de tribunales y ellos deben entregar la información. Ahora, el liquidador es el encargado de ver todo el tema cuando la empresa se declara en insolvencia.
-¿Qué ocurrirá con los trabajadores afectados?
-Por algo existe el contrato de concesión. Eso significa que una empresa se hace cargo en su totalidad. Es una empresa que asume la administración del circuito Lota Sorprendente y, al hacerse cargo y al entregarlo por concesión, eso implica a sus trabajadores y mantención. En estos momentos, lo que pase con los trabajadores es responsabilidad de la Corporación Baldomero Lillo, y es el liquidador quien tiene que resolver esos temas.