"El último quilombo" celebra veinte años manteniendo su vigencia
La cinta estrenada con tres funciones en la desaparecida Sala 2 del Teatro UdeC generó muchas expectativas en su momento. A dos décadas de su estreno, uno de los guionistas y actores principales recuerdan este hito en la escena cultural.
Las palabras de Mauricio Castro, uno de los guionistas de la película "El último quilombo", estrenada el 18 de mayo de 2000, sintonizan con el presente, manteniendo su vigencia narrativa y propuesta dramática.
En torno al género policial, la trama desarrollada en un poco menos de 28 minutos, se interna en la vida y sueños de Don Ceferino (Juan Arévalo, en un bien planteado rol), un hombre ya adulto que busca retirarse luego de su último trabajo, como referencia al "quilombo" del título.
Como corresponde, pasan cosas, actos y actitudes, que la producción penquista dirigida por Herman Gatica plantea en ambientes más cercanos a los bordes que al centro del diario vivir. Es el margen por donde se mueve el trío de personajes principales, en un ambiente que para el guionista refleja otro momento de la capital regional. "Las micros eran de colores y la escena cultural penquista más underground que ahora", resume Castro, sobre una cinta que tuvo un proceso de desarrollo de casi dos años antes de su estreno.
"Desde terminar el guión hasta al estreno", ilustra el guionista, cuyo proceso de escritura cumplió con Borja. "Con Álvaro somos amigos, tenemos muchas cosas en común y por eso escribir fluyó fácilmente. Nos encerramos y al cabo de unas semanas teníamos el guión terminado", recuerda.
Consciente de la presencia de Quentin Tarantino en la cinta, "Perros de la Calle (1992) y Pulp Fiction (1994) le reventaron la cabeza a mi generación", remarca Castro, las referencias también se pueden notar aparecen desde las letras. "En ese entonces, estábamos muy influenciados por la literatura latinoamericana, en especial en esta historia, por Francisco Coloane y su forma de narrar la vida, muerte y el comercio ilegal con personajes extremos", explica el coguionista.
Ganador de un concurso organizado en 1998 por la extinta División de Cultura del ministerio de Educación, el guión filmado es parte de una trilogía de cortometrajes que buscaban narrar distintos momentos de la vida delictual, juventud, adultez y vejez. "Partimos con la tercera y se nos ocurrió enviarla a ese concurso para probar la mano. Nos fue bien y obtuvimos una mención honrosa. Ese premio fue el respaldo para iniciar la idea de hacerla realidad", cuenta el actual director de Cultura (s) del municipio penquista.
Aseguró que efectivamente el proceso fílmico tomó cuerpo con el estreno de la producción. "La estrenamos en la desaparecida Sala 2 del Teatro Concepción (ex cine Lido). Tuvo una muy buena recepción, llegaron muchas personas. Pienso que se generó mucha expectativa por ser una de las últimas películas en celuloide (en 16 milímetros) realizadas íntegramente en la ciudad", recordó Castro sobre el título, que se exhibió tres veces en el estreno y que actualmente puede verse en Vimeo.
Los encargados señalaron que la idea original era proyectar la cinta con público, pero por la emergencia sanitaria, lo harán en días con más normalidad. Sin embargo, acotaron, la van a relanzar en dvd.
"EL RUSO"
Patricio Ruiz, quien reside en Concepción desde fines de 1997, interpretó un personaje que tiene argumentos y perfil como para estar en el recuerdo del cine penquista.
"Siento que pudo haber sido mejor de lo que fue, es decir, pudo ser mejor policía, amigo, mejor persona, o a lo mejor fue lo suficientemente bueno, no sé, no lo juzgo, solo lo interpreté. La verdad es súper difícil imaginarlo a la distancia y más encima con la imagen que los policías tienen en estos días (…) Tal vez sea bueno no mirarlo en retrospectiva y solo dejar que sea un personaje arquetípico", resume, quien fue parte del equipo integrado por 18 personas, entre productores, técnicos y actores.
-¿Y cómo vuelves a ver la película dos décadas después?
-En primer lugar es increíble que ya hayan pasado 20 años. Me parece muy interesante ver cómo ha envejecido, claro y nosotros también. Siempre es muy agradable volver por los pasos andados y recordar los que éramos y el camino recorrido que ha pavimentado nuestro presente.
-¿Cómo fue el proceso de armado de los personajes de la película y el tuyo en particular (Ruiz fue director de actores)
-Mira, ese proceso siempre es variable. En el caso del Quilombo, lo que hicimos fue entrar en las circunstancias que nos entregaba el guión, además de la información que uno tiene luego de ver tanto thriller policial. Uno tiene un acervo que permite entrar a este tipo de personajes como si los hubiera conocido en profundidad. Sin duda fue muy entretenido, además que me tocó hacer la dirección de actores entonces la manera de entrar en mi personaje tiene mucho que ver con la forma que los demás actores entraron en los suyos.
-Trabajaste con Juan Arévalo, toda una presencia en la escena local y bien puesto en su rol
-Una belleza. Me ha tocado trabajar con él muchas veces y siempre ha sido un verdadero placer. Es un actor y un ser humano muy generoso y eso lo hace siempre un verdadero placer, además de ser muy divertido y un verdadero maestro de la actuación. Muy comprometido con su trabajo.