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GRUPO FUE LIDERADO POR CRISTIAN VARGAS, ACADÉMICO UDEC

Científicos chilenos advierten las implicancias de las carreteras hídricas

En un artículo publicado la semana pasada en la revista "Nature Sustaintability", un equipo interdisciplinario entrega una mirada holística de las propuestas de trasvase de agua, poniendo el acento en sus costos ambientales y sociales.
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POR NATALIA QUIERO SANZ

Hace algún tiempo comenzó a hablarse de la "carretera hídrica" en el país; proyectos de construcción de una ruta de transporte de agua desde la boca de los ríos del Chile central hasta el norte. La propuesta, que para nada ha estado exenta de las polémicas, busca brindar una solución para abastecer del vital elemento a una zona que, naturalmente, en pleno Desierto de Atacama y con muy pocas precipitaciones durante el año, lidia a diario con su escasez y ésta se ha exacerbado en el escenario de crisis hídrica que afecta al territorio nacional como uno de los efectos más evidentes del cambio climático en esta larga y angosta faja de tierra.

Y para aportar a la discusión, un equipo interdisciplinario e interuniversitario de científicos se reunió para entregar una mirada holística de las propuestas y sus implicancias en el artículo "Los costos ambientales de los trasvases de agua" (concepto técnico de estas rutas), publicado la semana pasada en la revista "Nature Sustaintability", perteneciente a la familia de la reconocida "Nature", donde participaron investigadores de las universidades de Concepción, de Chile, del Desarrollo y del Bío-Bío.

EL ANÁLISIS

Aportaron con su expertise académicos de áreas tan diversas como la oceanografía, climatología, ecotoxicología, economía y limnología, pues desde cuestiones ambientales hasta las sociales y económicas forman parte del problema y de la búsqueda de la solución, asevera el doctor Cristian Vargas, líder del análisis, y director del Núcleo Milenio Centro para el Estudio de Forzantes Múltiples sobre Sistemas Socio-Ecológicos Marinos "Musels", además de profesor titular de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción e investigador del Instituto Milenio de Oceanografía "IMO".

El biólogo marino y doctor en Oceanografía cuenta que las carreteras hídricas, que unirían el centro y norte de Chile son megaproyectos de "captura, almacenamiento y transferencia a gran escala de agua dulce a lo largo de hasta 2.000 kilómetros, a través de tuberías enterradas bajo tierra (en el Valle Central) o depositadas en el fondo marino del océano costero, paralelo a la fosa de Atacama". No se trata sólo de una iniciativa, sino varias, y aunque difieren en aspectos ingenieriles, por ejemplo, el fin es el mismo, afirma.

Existen experiencias de trasvases de agua en Estados Unidos (el Proyecto del Valle Central en California y el Proyecto del Arizona Central) y en España (Río Ebro), menciona como ejemplos el doctor Vargas. Y fueron las implicancias evidenciadas y conocidas de los proyectos, sumados al vasto conocimiento de los expertos participantes sobre la naturaleza, geografía, clima, actividades humanas en torno a las cuencas hidrográficas y las problemáticas existentes en Chile lo que dio vida al paper.

MÚLTIPLES IMPLICANCIAS

Sobre esto, Cristian Vargas sostiene que "lo primero que es importante considerar es que cualquier tipo de proyecto que se esté haciendo hoy se hace en un mundo que está sometido al cambio climático". Los efectos de este fenómeno son tan diversos como sus impactos según la zona que se mire, pero si hay unos más que comprobados en Chile son la disminución de las precipitaciones y una mega-sequía que se vive desde 2010.

Esto da vida a un severo y latente "escenario de escasez hídrica", advierte Cristian Vargas; otro elemento que se debe considerar, porque si bien en el norte hay un déficit hídrico natural que se ha agravado a raíz del cambio climático, este problema está afectando gravemente a la zona centro-sur del país. Y no sólo eso, ya que si bien históricamente en esta parte del territorio ha habido un "superávit hídrico", las proyecciones muestran que es también la que experimentará una mayor reducción de las precipitaciones y esto podría afectar el balance local. En efecto, los mismos ríos desde los que se quiere sacar agua han visto sus caudales muy disminuidos y Vargas asegura que "hay disminución de la disponibilidad de agua dulce" para las actividades humanas que se desarrollan en torno o en vínculo con los ríos, y que en gran parte sustentan las economías locales como la silvoagropecuaria.

Pero, así también es menos agua la que entra -y entraría- al mar y el oceanógrafo asevera que si en alguna discusión se ha planteado que la descarga de agua al océano es una pérdida y por eso hay usarla con otro fin, es una visión muy errada, porque el agua de los ríos está lejos de ser una destilada. "El agua de los ríos lleva nutrientes y otros elementos que son importantes para sustentar la productividad en las zonas costeras. Y, además, no es limpia en el sentido de estar libre de contaminantes y microorganismos (que pueden ser patógenos)", explica. Esto es lo que puede llegar al mar, que podría perder sustancias de importancia para la vida marina, pero también residuos, toxinas y microorganismos "pudieran ser transportados cuando el agua se trasvase a otra región, dado que los sistemas de tratamiento de aguas no son capaces de eliminarlos", afirma.

Por todo lo anterior, principalmente por las actividades humanas que dependen de la disponibilidad del recurso hídrico que ya es escaso, enfatiza el doctor Vargas enfatiza, por lo que el aspecto socioeconómico no se puede ignorar, pues las comunidades y sus economías ya se están afectadas por el déficit y podría empeorar.

El destino del agua es otro elemento que no se puede sacar de la discusión, sostiene el investigador. "Muchos de estos proyectos hablan de convertir el Desierto de Atacama en un vergel, iniciativas que en otros países como China se han desarrollado para tratar de ganar espacios a desiertos y tratar de implementar plantaciones de bosques", cuenta, pero su acento está en que así como esos ecosistemas son importantes, aquellos que per se son desérticos o semidesérticos no son menos relevantes y reemplazables: "también tienen un rol ecológico importante y de brindar servicios ecosistémicos que no sólo son de provisión para nosotros: estos ambientes proveen de elementos importantes para nuestra subsistencia, como el funcionamiento del sistema ecosistémico en sí mismo, la biodiversidad, el ciclo vital de los elementos. Esto debe ser considerado cuando se hagan los análisis de estos proyectos", reflexiona.

Diferencias de género ante el covid-19

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Diferencias de género se observan en el curso de muchas enfermedades. En el caso del covid-19 también se observaría esta tendencia. Los datos desglosados por sexo han mostrado en los primeros informes publicados un número igual de casos entre hombres y mujeres en la mayor parte de los países, a diferencia de Corea del Sur que siempre ha contabilizado más mujeres afectadas por covid-19. No obstante, en España ha sido desigual, pues inicialmente fue más frecuente en los hombres, pero a partir de fines de marzo, la magnitud de las cifras se igualó al aumentar en las mujeres. Este mismo patrón se ha observado en Bélgica, Portugal y registros más tardíos publicados en Holanda.

Pero, sí se han observado diferencias de sexo en la mortalidad y vulnerabilidad a la enfermedad. Frente al avance de contagiados hay una tendencia que se repite en los países con mayores casos confirmados: los hombres son más propensos a ingresar a la unidad de cuidados intensivos (UCI) y a morir debido a la pandemia. En el caso de China, la tasa de contagiados ha sido similar entre ambos, pero la tasa de mortalidad de los hombres ha sido casi el doble de las mujeres. Los mismo se ha observado en España, donde 72% de los ingresos a la UCI y 64% de los que fallecen corresponden a hombres. En Italia de los fallecidos sólo el 30% corresponde a mujeres.

¿Las causas de estas diferencias? Aún es prematuro confirmar los factores asociados, pero en China se ha propuesto que esta diferencia se debería a problemas respiratorios relacionados al tabaquismo, hábito que definitivamente es más común en hombres (54%) que en mujeres (4%). Pero, este patrón es diferente en Italia donde 28% de los hombres y 20% de las mujeres fuma. De ahí que se ha planteado que, como el virus afecta más a ciertos grupos de riesgo, por ejemplo, hipertensos, diabéticos y enfermos pulmonares, estas patologías están asociadas más a hombres que a mujeres lo que explicaría las tasas de mortalidad. Pero, también se han propuesto teorías genéticas y hormonales para las diferencias en la susceptibilidad por sexo a covid-19. Las mujeres son menos susceptibles a las infecciones virales debido a sus cromosomas X y hormonas sexuales. En un modelo animal en ratones, las tasas de mortalidad de hembras infectadas se dispararon cuando sus ovarios fueron extirpados o recibieron fármacos que suprimieron la actividad del estrógeno.

La evidencia muestra más errores diagnósticos en las mujeres que en los hombres en múltiples patologías, y una de las principales razones son los signos y síntomas asociados al sexo. A considerar, en España se ha publicado que en los hombres hay una mayor frecuencia de fiebre, dificultad respiratoria, neumonía y otros síntomas respiratorios, además de alteración renal. En las mujeres hay una mayor frecuencia de faringitis, vómitos y diarrea.

Interesante son también algunas diferencias en la prevalencia de síntomas de estrés postraumático en las áreas más afectadas de China. Las mujeres informaron significativamente más altas frecuencias en estado de ánimo negativo, hiperexcitación y mala calidad del sueño. Algunas evidencias sugieren que los niveles de hormonas ováricas serían responsables de estas diferencias.

Reconocer la medida en que los brotes de enfermedades afectan a mujeres y hombres de manera diferente es un paso fundamental para comprender los efectos primarios y secundarios de una emergencia de salud en diferentes individuos y comunidades, y para crear políticas e intervenciones efectivas y equitativas.