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Agricultores aprenden a producir semillas certificadas de papa

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Desde distintas localidades de la Provincia de Arauco llegaron los 120 productores que participaron en las actividades de capacitación de agricultores, en relación a la producción de semillas de papa certificadas en aspectos de sanidad y calidad.

Reunidos en un predio autorizado para la producción de este tipo de semillas, los asistentes recibieron de parte de especialistas de INIA Quilamapu, la Universidad Austral y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), información clave para producir semilla certificada, destacando aspectos de variedades, fertilización del cultivo, densidad de siembra, sanidad y enfermedades cuarentenarias, y proceso de certificación.

Esta actividad se enmarcó en la ejecución de un proyecto que financia el gobierno regional del Biobío y que ejecuta INIA, para transformar a la provincia de Arauco en productora de semillas certificadas de papa, dadas las características de zona libre de enfermedades y la excepcional calidad de suelos existentes para este cultivo.

La importancia de producir semillas certificadas está directamente relacionada con aspectos de calidad y precio, al tratarse de semillas que están libres de enfermedades (presentes en las semillas comunes), lo que garantiza buenos rendimientos y precios muy superiores a los de las papas para consumo.

La propuesta

El proyecto, que se encuentra en el segundo de cuatro años de duración, comenzó a entregar frutos el año pasado, cuando siete agricultores obtuvieron la certificación SAG que los acreditó como productores de semillas de papa certificada, lo que les permitió comercializar sus productos a precios muy convenientes.

En lo que va de 2020, son 12 son los semilleros en proceso de certificación, lo que resalta el éxito de la iniciativa.

En este aspecto, Rodrigo Avilés, director regional de Inia Quilamapu, indicó que "buscamos en la provincia de Arauco a productores que se dediquen a la producción de semillas certificadas de papa". Agregó que lo importante es que la provincia de Arauco sea un mercado de producción de semillas certificadas de papa, aprovechando las características fitosanitarias, libre de enfermedades, tanto en el proceso productivo como en el almacenamiento".

En tanto, Jorge Radonich, alcalde de Cañete, destacó que el trabajo implementado permite a los agricultores "mejorar la calidad de producción, proteger los suelos y convertirse en productores de papa certificada".

Indicó que por la venta de semillas certificadas reciben más ingresos, lo que les ayuda a mejorar la calidad de vida y los motiva a seguir en esta disciplina con mejores perspectivas.

La diferencia entre semillas corrientes y semillas certificadas es considerable desde todo punto de vista. No solo destaca por estar libre de enfermedades, sino que también presenta rendimientos que alcanzan las 70 toneladas por hectáreas, muy superiores a las 15 ó 20 toneladas de las semillas corrientes.

A la actividad asistieron también productores paperos vinculados a grupos Prodesal de Indap.

Lanzan libro para impulsar los deshidratados

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El Fondo para la Innovación Agraria (FIA) presentó un libro para potenciar el mercado de productos deshidratados. El texto aborda las exportaciones chilenas y los principales referentes en la variedad de la que se hable, ya sean pasas, manzanas, rosa mosqueta, cebollas, tomates, entre otras.

Además, cuenta con un estudio de mercado y un FODA (análisis de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas), para identificar el presente de la industria y cómo generar oportunidades en esta.

Por último, se determina que la diferencia entre cada categoría se debe a la falta de cooperación y apoyo entre los productores, a quienes mediante este texto se les ofrece una estrategia de desarrollo en conjunto.

El director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, mencionó que la idea de crear este texto surgió porque a pesar de que el comercio de hortalizas nació al alero del de frutas, nuestro país no ha logrado ganar un espacio de relevancia debido a que solo contribuye con un 0,2% en hortalizas y hongos, lo que se traduce en 2.400 y 300 toneladas, respectivamente.