"Desayunar como reyes, almorzar como príncipes y cenar como mendigos" es un dicho antiguo y que seguramente muchas personas han oído y también aplicado en su hábitos alimentarios. Y aunque parezca un romanticismo, da cuenta de una verdad conocida por los expertos en relación a la calidad y cantidad de las comidas diarias, que dan al desayuno un lugar protagónico en su importancia, y por eso debe ser adecuado y suficiente.
La razón es que "son los primeros nutrientes aportados tras muchas horas de ayuno (al dormir durante la noche) que nuestro organismo necesita para realizar todas las actividades matutinas. Pone al cuerpo en marcha para el funcionamiento del día", asevera Carola Pantoja, nutricionista de la Clínica Biobío. En particular, aporta la energía necesaria y regula el déficit de glucosa que se produde tras el ayuno de las horas de sueño, que es el principal combustible energético para el cerebro, explica, por lo que precisa que "existen muchos estudios que respaldan el mejor y mayor rendimiento intelectual y físico" al que contribuye consumir un desayuno apropiado. También se sabe que la inclusión adecuada de esta comida cada día tiene un efecto en el estado de salud integral, relacionándose con control del peso y menor riesgo de sobrepeso u obesidad, y así también de otras patologías asociadas.
En efecto, Pantoja advierte que al no desayunar o al consumir desayunos inadecuados e insufientes se producen consecuencias en el corto y largo plazo, entre las que la profesional detalla "falta de energía, bajo rendimiento intelectual, fatiga, mal humor, disminución del metabolismo y deficiencia de aporte de nutrientes en general que a largo plazo producen enfermedades por deficiencias, sobrepeso o trastornos metabólicos como insulinoresistencia por no tomar desayuno".
DESAYUNO ABUNDANTE
Y cada día existe más evidencia científica para avalar el valor del desayuno para la salud integral de las personas, y añadir otros argumentos a su favor.
Uno de los últimos hallazgos es que un desayuno abundante en lugar de una gran cena (que sucede en muchos casos) contribuye a quemar el doble de calorías, además de prevenir el alto nivel de azúcar en la sangre y la obesidad.
Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism
Pero, ¿qué explica el efecto sobre el gasto calórico? La respuesta es la termogénesis inducida por la dieta (TID), que según explica Carola Pantoja se trata del proceso de quema de calorías que se produce por la digestión y absorción de los distintos nutrientes que aportan los alimentos una vez consumidos. Añade que el proceso de digestión acelera el metabolismo.
La TID no es un concepto nuevo, sino bien conocido y así también se sabía que el funcionamiento de este mecanismo difiere según la hora de comida y también tipos de alimentos que se ingieren. "Esto se explica porque nuestro metabolismo y hormonas se secretan de acuerdo al ciclo circadiano, y nuestro gasto calórico o quema de calorías se realiza mejor durante la mañana ( luz día) que durante la tarde o noche ( noche)", comenta Pantoja.
Por tanto, la novedad de la investigación no es el hecho en sí mismo, sino "cuantificar en específico del gasto calórico por efecto termogénico de los alimentos en cada horario de comida". Sobre esto, explica que "es sabido que el gasto por digerir y absorber alimentos corresponde a cerca del 10% del gasto calórico del día", pero el estudio demostró que entre una cena y desayunos altos en calorías, el TID era 2,5 veces más alto en la mañana que en la noche después de las comidas altas en calorías y bajas en calorías.
Para llegar a este resultado se comparó personas que c0nsumieron desayunos bajos en calorías y una cena abundante, y viceversa (cantidad idéntica de calorías para la cena y desayuno abundante).
También se halló que el aumento inducido por los alimentos en las concentraciones de azúcar en sangre e insulina disminuyó luego del desayuno en comparación con la cena y que un desayuno bajo en calorías aumenta el apetito, particularmente para los producos dulces .
UNA COMIDA COMPLETA
Para Carola Pantoja este estudio da más razones para resaltar la relevancia de desayunar y los beneficios que una inclusión adecuada de esta comida genera. Por eso, enfatiza que "un desayuno debe ser equilibrado, variado y suficiente en nutrientes. Es decir, aportar proteínas, grasas de buena calidad, carbohidratos complejos y fibra, aportando alrededor del 20% a 25% de las calorías totales del día que requiere una persona". Los requerimientos son individuales y varían según edad, sexo, talla y nivel de actividad física.
Destaca, además, que tras despertar lo ideal es que no pase más de media hora hasta desayunar, rompiendo el el ayuno de la noche y activando el metabolismo.
Pensando en el estudio aludido, plantea que sería importante seguir investigando para tener resultados y recomendaciones más específicas o distintas a las que ya se hacen sobre alimentos, mezclas de alimentos y horarios.