La decisión del municipio de Concepción de establecer límites a las construcciones en altura en el centro de la capital regional ha generado debate entre los actores inmobiliarios, académicos y la ciudadanía. La discusión se ha instalado en aspectos como la vocación de la ciudad, la calidad de vida y de los espacios públicos. Así, aunque la propuesta de la administración comunal hoy aboga por edificios de hasta 12 plantas para el centro y 18 en la periferia, agrupaciones sociales insisten en que la máxima no debe superar los cinco pisos.
Sin embargo, Concepción no es la única comuna del área metropolitana que actualmente permite que en algunos sectores residenciales se construyan edificios sin límite de altura. Hay otras seis que utilizan el mismo criterio de edificación, lo que está establecido en la ordenanza del Plan Regulador Comunal de Chiguayante, Coronel, Hualpén, Penco, San Pedro de la Paz y Tomé.
Eso sí, el criterio de altura libre no implica que se levanten construcciones de cualquier envergadura, sino que se rige por otros parámetros técnicos, como la rasante (recta imaginaria que, mediante un determinado ángulo de inclinación, define la envolvente dentro de la cual puede desarrollarse un proyecto de edificación, según la definición de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción), la calidad del suelo y otros parámetros constructivos.
En cambio, las comunas de Hualqui, Lota y Talcahuano mantienen instrumentos de planificación vigente que limitan a tres, cinco y 15 pisos la máxima para edificios residenciales al interior de sus territorios, respectivamente.
COMUNIDADES ACTIVAS
Carolina Arriagada, arquitecta urbanista y docente de la Universidad del Bío-Bío (UBB), manifestó que las consecuencias de la decisión de Concepción comenzaron a hacerse visibles con el anuncio de un nuevo proyecto habitacional en San Pedro de la Paz. Se trata de dos torres de 18 pisos que la inmobiliaria Aitue quiere instalar en Los Canelos con Michimalonco.
Según dijo la arquitecta, la decisión de la inmobiliaria de construir edificios de gran envergadura fuera de la capital regional sería la respuesta a las restricciones que hoy se analizan en la ciudad de la independencia. "Es un efecto dominó", dijo.
A su juicio, "si la capital de la Región está en esta lucha por limitar las alturas máximas, esto se va a traducir en que las inmobiliarias migren a comunas aledañas, pero también hará que las comunidades estén alerta y empiecen a pedir a sus municipios que se regulen las alturas en sus territorios", explicó.
Para que esto no se traduzca en una guerra entre las comunidades y las inmobiliarias, donde algunos aboguen por edificios bajos y otros por libertad para renovar y densificar las manzanas, la docente UBB planteó que el plan regulador metropolitano debe ser el que se pronuncie al respecto.
"Este plan también va a tener que cuestionarse y ver qué postura va a tomar. Los instrumentos de planificación van a tener que repensarse, pero a través de uno mayor, que es el del Gran Concepción que hoy está en proceso de análisis en el ministerio de Vivienda y Urbanismo, porque los planes comunales y metropolitanos son vinculantes entre sí y deben convivir de buena manera", añadió.
Lo importante, agregó, es que si los municipios inician procesos para actualizar sus instrumentos de planificación territorial, lo puedan realizar abiertos a la comunidad y haciéndolos lo más participativos posible.
EN MODIFICACIÓN
Contrario al efecto que está ocurriendo en Concepción, donde el municipio persigue limitar la máxima de las construcciones, en Lota apuestan por aumentar la altura permitida, para potenciar más el desarrollo local. Eso sí, se debe considerar que el plan regulador de la excomuna minera data de 1983, por lo que hoy el municipio urge por una pronta actualización del instrumento.
En ese sentido, Guillermo Rodríguez, secretario de Planificación de la comuna, explicó que la idea es iniciar este año con los estudios para la actualización del documento y, aunque todavía hay que superar varias etapas, en cuanto a la altura la idea es extender al menos hasta 10 la cantidad de plantas con las que puede contar un edificio residencial.
"Nuestro plan regulador permite edificios hasta cinco pisos, por lo que hoy no tenemos problemas inmobiliarios. Eso sí, la actualización de nuestro instrumento es una prioridad y ahí vamos a tener que revisar la situación de la altura, así como también otros aspectos. Nosotros tenemos una estrategia de desarrollo que apunta a lo cultural y patrimonial, por lo tanto ahí no podríamos potenciar la altura para poder resguardar nuestras zonas típicas, pero sí estamos abiertos al desarrollo inmobiliario en algunos sectores específicos como Colcura, lo que nos permite potenciar turísticamente ese sector y eso está en línea con nuestro proyecto de desarrollo comunal", indicó.
Otras comunas que están en revisión de sus planes son Penco, que inició el año pasado la actualización de su estrategia, y Hualpén, que construye su primer plan comunal, ya que el utilizado hasta el momento es el que heredó de Talcahuano cuando se separó de esa comuna.