¿Cómo sería la Tierra si aún vivieran los dinosaurios? ¿Cómo nos relacionaríamos con ellos? ¿De qué color serían?
Estas son algunas de las preguntas que más de una veintena de niños y niñas -de tercero y cuarto básico- de la Escuela de Cayucupil, en Cañete, se hicieron para construir el cortometraje "Encuentro de dinosaurios", el cual fue presentado la tarde del jueves, en el marco del Festival Internacional de Cine de Lebu 2020.
Fruto de un taller de stop motion, realizado durante agosto del año pasado por Claudia Pino, Gonzalo Fredes y Marcelo Díaz -directora, productor general del evento y encargado de los talleres de stop motion, respectivamente- la actividad es parte de una extensa labor en el área que se desarrolla hace más de 14 años.
"Lo importante es que ellos son el centro de todo. Nosotros solo llevamos los materiales y nos ponemos a disposición de la historia que ellos quieren contar. No vamos a imponer nada, solo les explicamos la técnica, les preguntamos de que quieren hablar y se ponen de acuerdo", señaló Fredes.
Algo que llama la atención es la capacidad de los niños de -democráticamente- elegir el tema del cual desean hablar. "Una vez que se les da el espacio de que cada uno vaya contando su historia, entre ellos deciden que les gusta más. Termina siendo muy sencillo ponerlos de acuerdo y empezamos a trabajar inmediatamente en el corto", resume el productor general de Cine Lebu.
A partir de este ejercicio, se arma una pequeña escaleta, es decir, un resumen de la historia con los detalles básicos de los planos, y -a partir de eso- se deciden los roles de cada uno de los pequeños.
ROL SOCIAL
La idea de realizar estos cursos con niños en riesgo social, de acuerdo a Fredes, va más allá de la vulnerabilidad social. "Para nosotros esto no es solo la falta de acceso a elementos económicos, sino que nos referimos a niños vulnerables en términos de poco acceso a bienes culturales", enfatiza.
"Quizás invitar a los niños a que realicen un cortometraje, que cuenten una historia y que lo que ellos pensaron y desarrollaron se transforme en un objeto real, les sube mucho la autoestima. Si tienen la capacidad de entender que pueden crear cuando tienen 10 años, las posibilidades de que se desarrollen son muy grandes", agregó.
Para Marcelo Díaz, comunicador audiovisual y profesor responsable del desarrollo del curso, siempre ésta es una experiencia nueva y bonita. "El cine no es solo hacerlo porque sí, ni solo por el goce de ver una buena obra. Esta actividad cumple el rol de acercar a los niños al cine, de cómo se hace desde adentro", comentó.
Se les enseñan, agrega, aspectos básicos del cine, que sirven para construir un buen cortometraje. "Ellos construyen el escenario y hacen las cosas según sus ideas, todo en base a sus propios referentes visuales", ilustró.
Consultados sobre el taller y la película, de forma tímida, los niños y niñas aseguraron estar felices por la producción y por su participación en el taller de stop motion. "Fue entretenido hacer la película (cortometraje), nos gustó harto", agregaron, quienes luego de presentar su obra, disfrutaron con la proyección de "Frozen 2".