El juez federal argentino Claudio Bonadio, quien tenía a su cargo varias causas emblemáticas sobre corrupción e investigaba a la exmandataria y actual vicepresidenta Cristina Fernández, murió ayer a los 64 años en Buenos Aires, a raíz de un tumor cerebral, precisó la agencia estatal Télam citando a fuentes judiciales.
El juez había sido intervenido quirúrgicamente en mayo pasado y una semana después reanudó su trabajo hasta fines de diciembre, cuando decidió tomarse un mes de vacaciones y luego una licencia compensatoria hasta el 1 de marzo.
El fiscal Carlos Stornelli, que trabajó con el juez en algunas causas, declaró que a Bonadio "no le gustaba que le pregunten sobre su enfermedad" pero "era un final que de alguna manera lamentablemente ya se preveía".
Bonadio contaba con una dilatada trayectoria de 26 años como juez federal y llevaba adelante causas de fuerte impacto político y su actuación no pasó indiferente en las últimas décadas.
Llevó a juicio a Cristina Fernández, que fue presidenta entre 2007 y 2015, la procesó en siete oportunidades y le dictó varias prisiones preventivas con pedidos para que le quitaran los fueros parlamentarios que le brindaban inmunidad de arresto, a la vez que investigó a numerosos exfuncionarios kirchneristas.
El magistrado llevaba el caso conocido como "Los cuadernos de la corrupción" sobre el supuesto pago de sobornos por parte de empresarios a altos exfuncionarios del Gobierno de Fernández y por el cual procesó a la actual vicepresidenta, acusada de ser la supuesta jefa de una asociación ilícita.
También tuvo a su cargo otras causas emblemáticas, entre ellas la que investigaba la firma de un memorándum de entendimiento con Irán, por la que la procesó por el supuesto delito de encubrimiento de los iraníes acusados por el atentado a la mutual judía AMIA en 1994.
La abogada Graciana Peñafort, que representó en algunas causas a Fernández, afirmó ayer que Bonadio "nunca fue un buen juez. Era un señor que venía de la política y que se dedicaba a perseguir gente".