Ingeniero creó fórmula para modificar el agua de ríos o lagunas en potable
Lleva más de 25 años vinculado al agua en su calidad de ingeniero en producción de la Universidad del Bío-Bío. Estuvo trabajando en muchas empresas, incluso internacionales, en que pudo generar una cartera de clientes, sobre todo en las sanitarias. Se trata de Alejandro Torres, profesional que luego del terremoto ocurrido hace casi 10 años, creó una fórmula que permite transformar el agua de ríos, lagos o vertientes en potable y en cosa de minutos.
Contó que esto surgió cuando Essbio le pidió unos servicios para una planta. Estaba en eso cuando vino el potente movimiento telúrico, en que dejó sin suministros básicos a una gran parte de la población, entre ellos el agua potable.
DESARROLLO
"Como vi esa realidad, me pregunté que cómo era posible que la gente se quedara sin este elemento. Así comencé con esta inquietud, hasta que el 2017 una localidad de la ahora Región de Ñuble no tenía agua potable y eso que tenía un río al lado. El vital elemento lo entregaban con camiones aljibe y eso me llevó a resolver el tema de manera urgente", contó.
De esta forma comenzó a desarrollar una fórmula química exacta. La probó con aguas del río Biobío, las lagunas Chica y Grande de San Pedro de la Paz, pozos, punteras y en todas las cuencas de la zona, logrando transformar el líquido en potable.
Ha sido tal el resultado que, según planteó, luego de conversar con profesionales de la Universidad de Concepción le recomendaron patentar su creación, sobre todo porque el proceso toma unos 30 minutos y deja el agua en potable, es decir, bajo la norma NCH 409/1, lo que implica que cumple con los requisitos físicos, químicos, bacteriológicos y de desinfección que aseguran su inocuidad y aptitud para el consumo humano.
Se trata de un sachet de 0,7 gramos que contiene el compuesto que por ahora es secreto y el sistema es muy simple: se recoge el agua desde cualquier punto, esté o no turbia, se vierte en un balde o bolsa, se mezcla cinco minutos suavemente, se deja por 25 minutos en reposo y de ahí se puede beber.
"Luego de hacer los análisis respectivos, una vez mezclada con el compuesto, el agua turbia se cristaliza, baja las concentraciones de fierro y de otros metales, lo que fue un hallazgo, porque mucha gente consume agua de vertiente, que se ve limpia, pero las consecuencias pueden aparecer a futuro, como por ejemplo, cálculos renales", hizo ver el profesional.
PRECISO
Torres aclaró que la formulación es precisa, no se puede exceder ni poner menos de un milígramo, sino no queda bien. En todo caso, recalcó que existe la posibilidad de limpiar más cantidad de agua, que es el siguiente paso que quiere dar, tomando en cuenta que el agua potable es clave, porque el ser humano, en caso de una catástrofe, puede comer hasta raíces, pero estar muchos días sin líquido puede ser hasta fatal.
El producto se llama "Vita", nombre femenino en el que se basó de la vitalidad y de la vida. Su idea es que una vez que obtenga todos los permisos y, por su puesto, inscrito en la Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), sacarlo al mercado, aunque lo segundo tomará un poco más de tiempo.
Lo importante es que no se tratará de algo caro para el público, pero la idea es que a futuro sean los organismos públicos quienes sean sus principales clientes, sobre todo pensando en las emergencias que se puedan presentar, en especial en un país que sufre cada cierto tiempo de fenómenos naturales complejos.
Si bien Torres ideó esto para casos de emergencia, han surgido un sinnúmero de opciones, como podría ser las fábricas embotelladoras de agua.
Hasta donde sabe, le han dicho que se trata de algo único en el mundo, pero existen sistemas con utensilios para lograr limpiar el agua y hacerla bebestible, pero la diferencia está en que se trata de un emprendimiento local y el objetivo es que cuando se haga a mayor escala, sea fabricado acá, en la zona, incluso si el día de mañana le ofrecen comprar la fórmula pondrá como condición que la elaboración se haga en la Región del Biobío.